Los trabajadores comenzaron a limpiar las capas de polvo que se han acumulado en los espejos, y se estima que la construcción de la planta de 110 megavatios culminará a fines de 2019. Funcionará en combinación con un parque solar convencional de 100 megavatios que fue conectado al sistema eléctrico en mayo.
El único proyecto termosolar de Sudamérica reanudó su construcción justo cuando la tecnología que utiliza corre el riesgo de ser superada por una alternativa más barata.
El complejo Cerro Dominador estuvo acumulando polvo en las llanuras del desierto de Atacama durante más de dos años después de que el ex copropietario Abengoa SA enfrentara dificultades financieras. La compañía finalmente vendió su participación a su socio, la firma de capital privado EIG Global Energy Partners LLC, que en mayo obtuvo los US$758 millones que necesitaba para terminar la planta de US$1.100 millones.
«No ha sido fácil llegar hasta aquí, hemos pasado algunas horas difíciles cuando no sabíamos si lo lograríamos», dijo el jueves el máximo ejecutivo de Cerro Dominador, Fernando González, desde el complejo al reanudarse los trabajos. «Cerrar el financiamiento fue un hito que muestra la confianza de los bancos internacionales en la tecnología y en el país».
Cuando se concluya, Cerro Dominador será una pieza de ingeniería impresionante, con 10.800 espejos gigantes que reflejarán la luz hacia la cima de una torre de más del doble de la altura de la Estatua de la Libertad. Mientras el sol inunda los cielos, los movimientos minuciosos de los espejos, algunos a un kilómetro y medio de la torre, calentarán una solución salina que a su vez calentará el agua. El resultado es energía eléctrica las 24 horas del día.
A miles de kilómetros de distancia, en el interior de Australia, se encuentra una tecnología rival que puede hacer que las plantas termosolares sean cosa del pasado.
La batería de iones de litio más grande del mundo, construida por Tesla Inc. de Elon Musk, puede almacenar 129 megavatios/hora de la electricidad generada en un parque eólico cercano, según Bloomberg New Energy Finance. La batería se fabricó en menos de 100 días y el costo estimado del proyecto oscila entre 100 millones de dólares australianos (US$74 millones) y 120 millones de dólares australianos. Se necesitarían muchas de esas baterías para suministrar la misma cantidad de electricidad que Cerro Dominador toda la noche.
«La tecnología (termosolar) no está obsoleta, pero es una tecnología de nicho, lo que significa que solo es viable en zonas geográficas que tienen patrones muy altos de luz solar», como el norte de Chile, dijo Pavel Molchanov, analista de Raymond James.
Los precios de las baterías cayeron un 24 por ciento en el año hasta diciembre de 2017, según un informe de 2018 de Bloomberg New Energy Finance, más de lo previsto a comienzos de año.
«Las baterías a gran escala para la red eléctrica son una nueva tecnología que no existía hace 10 años», dijo Molchanov. «Se están convirtiendo cada vez más en una tendencia dominante».
Cerro Dominador obtuvo un contrato a 15 años para producir electricidad a US$114 por megavatio por hora, a partir de 2019. Ese contrato ha permitido a EIG seguir adelante con el proyecto a pesar de la potencial competencia de las baterías.
«Dentro de 15 años, esta planta estará operando como lo hace ahora», dijo González. «Ha sido construida con una vida útil de 30 a 40 años».
Tan seguro está EIG que comenzó a estudiar el potencial de un segundo proyecto termosolar en el desierto de Atacama, dijo el presidente de la compañía, Bill Sonneborn, en una entrevista la semana pasada.
Sin embargo, es difícil hacer predicciones sobre el futuro en esta industria.
«Quince años es una eternidad en la industria solar», dijo Molchanov. «Todo en la energía solar será completamente diferente en 15 años».