Venía como avión, el cobre acumulaba tres alzas consecutivas hasta ayer, esto porque la principal exportación de Chile cerró la semana con pérdidas tras la publicación de datos de la economía china.
Con una baja de 0,74% cerró este viernes el cobre en la Bolsa de Metales de Londres (LME), al transarse en US$ 2,69729 la libra, valor que se compara con los US$ 2,71747 del jueves y con los US$ 2,67211 del miércoles.
El metal rojo frena las tres alzas consecutivas anotadas durante esta semana tras la publicación de datos de la economía del principal comprador de la materia prima nacional. El impulso económico de China volvió a debilitarse durante agosto y puso a prueba los nervios de las autoridades en momentos en que se preparan para una posible nueva ronda de conversaciones comerciales con sus pares estadounidenses.
La influencia de las tensiones comerciales sigue siendo el factor clave en el precio del cobre que, pese a lo anterior, el promedio del mes subió a US$ 2,67461, mientras que el anual retrocedió a US$ 3,02536. Por su parte, la cotización futuro a 3 meses finalizó en US$ 2,70568 la libra, con una variación negativa de 0,81% con respecto al jueves (US$ 2,72791).
El crecimiento de la inversión en activos fijos de China se desaceleró en los primeros ocho meses del año al ritmo más lento desde por lo menos 1999 y la inversión en infraestructura creció apenas 4,2 por ciento, la expansión más débil desde el comienzo de la serie de datos en 2014. Eso indica que las políticas para acelerar ese gasto tardan en surtir efecto a pesar de que la producción industrial se sostuvo en agosto y las ventas minoristas se aceleraron.
Una economía en desaceleración debilita a China con miras a las posibles nuevas conversaciones comerciales que evalúan ambas partes, lo que se suma al riesgo de una mayor desaceleración si el presidente de EE.UU., Donald Trump, impone aranceles a otros US$200.000 millones de productos chinos. Trump usó ayer Twitter para provocar a China en relación con su presunta debilidad y tuiteó que la caída de su mercado bursátil indicaba que el país se ve presionado para llegar a un acuerdo.
“No es una posición deseable para encaminarse a nuevas conversaciones comerciales con EE.UU.”, dijo Katrina Ell, economista de Moody’s Analytics en Sídney. “Los datos sobre la actividad de China en agosto confirman que la economía persiste en una senda de desaceleración y que tal vez pierda velocidad algo más rápido de lo que deseaban las autoridades”.