El precio de la bencina está en las nubes y el llamado del ministro de Hacienda es a cotizar entre las distintas estaciones de servicio. Pero más allá del regateo, el secretario de Estado defendió el impuesto específico a los combustibles por el impacto social que representa su recaudación.
Los automovilistas y conductores dependientes del combustible fósil están más que preocupados. El precio de la bencina alcanzó su nivel más alto en los últimos cuatro años; tras experimentar su cuarta alza consecutiva e incluso, en algunas partes del país, el litro ya supera los $ 1.000.
De acuerdo a Enap, las gasolinas de 93 y 97 octanos experimentaron alzas de 5,8 y 5,7 pesos respectivamente llegando a los $772,9 por litro y 785,6 pesos.
Ante esto, el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, llamó a los conductores a cotizar el precio de los combustibles, ya que las diferencias entre las distintas estaciones de servicio pueden alcanzar hasta los $150.
Pero más allá del regateo, en entrevista con radio ADN, el secretario de Estado defendió el impuesto específico a los combustibles por el impacto social que representa su recaudación. «Es un impuesto que puede no ser popular, pero está recaudando cerca de US$ 2.500 millones y está ayudando a financiar programas sociales”, manifestó.
El jefe de la billetera fiscal explicó que las alzas se deben a que «han aumentado los precios internacionales y se ha depreciado el tipo de cambio», pero que si no fuera por el Mepco “el precio habría aumentado más de veinte pesos».
Larraín explicó que el diésel paga un impuesto específico (1,5 UTM por metro cúbico, mientras que la gasolina es de 6 UTM), pero que «una cosa es diseñar desde cero un sistema y otra es partir desde el sistema que tenemos, en el cual los cambios que se pueden empujar en un momento no son a todo el sistema y a todas las tasas».
«Desde fuera, uno puede decir pongamos todos los impuestos parejos y hacia allá está propendiendo la modernización tributaria que está planteando el gobierno», concluyó el titular de Hacienda.