Tarde o temprano, EE.UU. debería ralentizar su ritmo de crecimiento. No obstante, esto a mi juicio será por limitaciones de capacidad o estrechez en la oferta, más que por el lado de la demanda.
El dólar, medido a través del índice DXY, acumula un alza cercana al 3% en lo que va del año y desde febrero el avance es de 10%, y pareciera que no hay moneda en el mundo capaz de detenerlo.
En genérico y en simple el dólar se aprecia a escala mundial cuando existe la expectativa de que la economía americana –en términos relativos– se fortalecerá en relación con el resto del mundo. Entonces, la gran pregunta es: ¿hay algún país o región capaz de tomar la delantera en términos de crecimiento? Mucho se ha hablado en las últimas semanas de lo que podría hacer China con respecto a impulsar su economía ante señales de moderación del ritmo de crecimiento.
Una opción es que China inyecte un gran estímulo fiscal, como ya lo hizo en el 2009 y 2015, o que simplemente deprecie su moneda, como una forma de mejorar la competitividad. Ambos caminos podrían tener efectos distintos en los precios de los metales y, por ende, en el desempeño de los activos financieros emergentes. Probablemente un estímulo fiscal importante traería aparejado un mayor precio de las materias primas, principalmente metales y por esa vía un mejor desempeño relativo de los mercados emergentes, pero una depreciación de la moneda generaría lo opuesto.
Al respecto, es importante tener presente que hoy China parece estar más preocupada de la estabilidad financiera que del crecimiento y no es tan claro que vaya a estimular de forma decida. Lo más probable es que haga un poco de todo, pero a menor escala, lo suficiente para apuntalar el crecimiento, pero no para darle un gran impulso. Por ello, en el corto plazo China no sería capaz de tomar el liderazgo de Estados Unidos en esta carrera.
Por su parte, Europa tampoco será capaz de tomar la delantera. La economía está creciendo a un ritmo razonable pero no se ve una aceleración en el corto plazo, ya que el impulso crediticio viene cayendo y se ve un estancamiento a nivel de colocaciones de crédito y utilidades de las empresas. Los Mercados Emergentes están viviendo sus propias complicaciones, focalizadas en los países estructuralmente más débiles en términos macroeconómicos como Argentina, Turquía y Sudáfrica. Por esta razón, en el corto plazo son jugadores que no participarán de esta competencia.
Dicho todo lo anterior, tarde o temprano, EE.UU. debería ralentizar su ritmo de crecimiento. No obstante, esto a mi juicio será por limitaciones de capacidad o estrechez en la oferta, más que por el lado de la demanda. Y si esto es así, la Fed no dudará en ejecutar el plan trazado con respecto a la política monetaria. Una razón más para pensar que estos niveles de dólar se mantendrán por algún tiempo más.
Por tanto, a estos niveles es difícil pensar irse largo en dólares, pero si su apuesta es la contraria, tenga en consideración que hay fuerzas que explican los actuales niveles que no desaparecerán en el corto plazo.