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Paul Romer y la polémica por Doing Business de Chile: «No cabe duda que lo datos eran usados como evidencia de un partido político contra otro» MERCADOS

Paul Romer y la polémica por Doing Business de Chile: «No cabe duda que lo datos eran usados como evidencia de un partido político contra otro»

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En enero del presente año, el entonces economista jefe del Banco Mundial acusaba que el Doing Business, el informe sobre facilidad para hacer negocios que desarrolla la institución a la cual representaba, había modificado sospechosamente aspectos metodológicos en la medición, lo cual afectaba a Chile. Tras denunciar el hecho, fue removido de su cargo. Ahora, y tras obtener el premio Nobel de Economía, habla por primera vez de la polémica, con la legitimidad de un premio que lo destaca por sobre sus pares.


En enero de este año, el economista jefe del Banco Mundial, Paul Romer, denunciaba que los funcionarios del organismo multilateral que elaboran el Doing Business, el reporte anual sobre facilidad para hacer negocios, modificaron aspectos metodológicos que perjudicaron la posición de Chile en el ranking, que fluctuó entre las casillas 25 y 57 entre 2006 y 2017. Esto justo se usó como imagen de campaña para el entonces candidato presidencial Sebastián Piñera, ya que esa fluctuación ocurrió en ambos períodos de Michelle Bachelet.

Tras denunciar el hecho, fue removido de su puesto del BM y guardó silencio. Pero hace un mes, él, junto a William Nordhaus, obtuvieron el Premio Nobel de Economía. Y, con la legitimidad que le confiere dicho galardón, decidió hablar por primera vez de la polémica que surgió entre el Doing Business y Chile.

“Quiero pedir una disculpa personal a Chile. Fue mi culpa, porque no dejamos las cosas lo suficientemente claras”, señalaba en esa oportunidad Romer. Ahora ahonda esa disculpa: «Lo que estaba tratando de decir es que si alguien viene y me dice “mira, hay un patrón un tanto sospechoso y preocupante sobre cómo Chile sube y baja bajo diferentes administraciones”, a mí me habría gustado estar en una posición donde pueda decir que tengo confianza en la gente que produce el reporte», señala en entrevista con Pulso.

«El problema es que en ese punto yo no podía decir eso. No podía confiar en la integridad de quienes producían el Doing Business. No podía probar que se había hecho con deshonestidad, pero había señales preocupantes, que me indicaban que no se estaban cumpliendo los altos estándares de integridad que se pretenden para este tipo de trabajo», agregó.

¿A qué se debió el error? Romer explica: «Chile se movía constantemente en el listado, porque la manera en la que el Banco Mundial establecía el ranking cambiaba año tras año. Es como si el Banco hiciera un ranking de personas según cuántas flexiones se pueden hacer, pero para el próximo te fijas en cuántas barras de brazos hacen y para el siguiente en otro tipo de ejercicio. Entonces, te puedes mover hacia arriba o abajo independiente de si te vuelves más fuerte o débil en alguna de esas categorías, tan solo porque ellos cambian la medición».

«Eso es lo que estaba pasando con Chile y la gente a cargo del informe no lo estaba comunicando claramente, ni a los medios ni a los chilenos. Nuestra obligación no es solo producir números, sino que, además, explicarle claramente a la gente su significado. El Banco Mundial falló en su trabajo de comunicar lo que significaban estos resultados», indicó.

Romer criticó que se haya usado este error en la medición como eslogan de campaña política por parte de Piñera: «Cuando Chile cayó en el ranking quedó la impresión de que obedecía a que las políticas habían empeorado. Luego hubo algunas declaraciones que apuntaban a que bajaba porque no se movía tan rápido como otros países. Ninguna de esas explicaciones eran ciertas, la verdad es que Chile caía porque seguíamos cambiando la medición».

«Aquí hay dudas reales por la falta de pruebas y lo cierto es que nadie sabe lo que ocurre con esta unidad del BM, por lo que no tiene mucho sentido especular al respecto. Pero no cabe duda que estos datos estaban siendo usados como parte de la evidencia de un partido político en contra del otro», declaró.

«Mi problema no era que la gente del Banco Mundial estuviera tratando de apoyar a uno u otro partido. Buscaba que tuvieran el mismo nivel de compromiso que yo en mantener la objetividad y yo perdí mi fe en ellos, porque no eran transparentes», sentenció.

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