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El principio del retiro empresarial de Álvaro Saieh MERCADOS

El principio del retiro empresarial de Álvaro Saieh

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Enrique Elgueta
Por : Enrique Elgueta Periodista y consultor senior en Comsulting.
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Su renuncia a la presidencia de SMU la semana pasada no es casual. «No estoy cumpliendo bien mi rol de presidente», dijo entonces, ratificando su alejamiento de la primera línea del mundo de los negocios, un camino que inició con la venta del control de CorpBanca. «Es raro verlo como accionista minoritario», señalan sus conocidos, pero parece no importarle. Hoy se perfila como un mecenas del arte en las galerías y museos de Nueva York, lejos de su otrora hábitat: Sanhattan.


Su círculo cercano sabía de las promesas de Álvaro Saieh. Hacía tiempo que venía diciendo que se retiraría de los negocios tarde o temprano, pero que lo haría, y esa ruta parece haber comenzado.

La semana pasada el fundador de CorpGroup anunció su renuncia a la presidencia de una de las empresas que todavía controla: SMU, holding supermercadista que, además de ser dueño de Unimarc, posee las cadenas OK Market y Alvi, entre otros activos en Chile y Perú. La firma se consolidó con un hambre insaciable del empresario que, literalmente, compró las cadenas de supermercados familiares de casi todo Chile para competir con grandes operadores del sector, donde ya detentaban sus garras Walmart (Lider), Falabella (Tottus) y Cencosud (Jumbo). Se fusionó con Southern Cross y no tuvo problema en gastar millones de dólares en hacerse grande en el segmento y rápidamente.

Pero después de seis años a la cabeza del holding, dejó de presidir el directorio. La razón fue una sola: “La decisión la tomé porque no estoy cumpliendo bien mi rol de presidente, porque nunca me han gustado los eventos sociales y un presidente con esas características no está cumpliendo su rol de manera completa». Saieh quedó como vicepresidente, liberándose de la obligación de asistir a los directorios mensuales de la compañía, dejando en ese papel a Pilar Dañobeitía. La movida sorprendió a algunos actores del mercado. Dañobeitía ya había presidido el conglomerado hasta 2013, cuando él asumió el mando, en un momento complejo para la cadena.

En julio de ese año, El Mostrador reveló una serie de operaciones del empresario para inyectar fondos a la cadena baipaseando en ese minuto los límites para invertir en empresas relacionadas.

El holding atravesó una severa crisis financiera, tuvo que renegociar su deuda que tuvo a la cadena con el agua al cuello. Según reconoció el mismo Saieh, esa deuda se terminará recién de pagar en el año 2021. Y para el mercado su apetito por crecer rápidamente en el negocio supermercadista le valió no solo millones de dólares sino un fuerte desgaste personal.

Saldada la urgencia con SMU, es sabido que desde hace un buen tiempo el empresario pasa sus días en Manhattan, donde reside la mayor parte del año y ha cultivado un perfil más vinculado al mundo del arte, entre galerías y museos. Su renuncia a la cabeza del retailer no sorprendió a sus cercanos, a quienes ha manifestado que su retiro de estas labores es algo planificado, que ahora les toca asumir las riendas de sus negocios a sus hijos. Todo lo contrario, por ejemplo, a lo que han hecho Andrónico Luksic o Horst Paulmann, que siguen activamente la marcha de sus negocios.

En Chile su ausencia de la primera línea de los negocios es notoria, algo que se vio ejemplificado en el llamado «Mapa de la Vulnerabilidad», que lidera el ministro de Desarrollo Social, Alfredo Moreno, ya que para algunos actores del mercado no es casual que nadie vinculado a CorpGroup participe de esa alianza público-privada que empuja el Gobierno.

En ella están representadas la familias de mayor patrimonio de Chile: los Luksic, los Yarur, los Matte, los Cueto, los Angelini, los Solari, los Del Río, entre otros apellidos con peso en el sector empresarial, todos participando en una de las 16 áreas de trabajo que diseñó el ministerio de Moreno, otro empresario y ex presidente de la CPC. Así, Luis Enrique Yarur (controlador de Bci) está participando en el grupo de niños adolescentes que dejaron los estudios, misma cosa Roberto Angelini (controlador de CMPC y Copec); Ignacio Cueto, presidente de Latam, en el grupo de personas con consumo problemático de alcohol y drogas; y Paola Luksic tiene que monitorear viviendas sin servicios básicos.

[cita tipo=»destaque»]Así, el alejamiento de Saieh se da en momentos en que CorpGroup parece haber revitalizado su negocio supermercadista, con un rol minoritario en Itaú CorpBanca, con el desafío económico que supone todavía Copesa y una participación en el negocio inmobiliario a través de Vivo, que para el grupo le significa una renta fija. Pero al mismo tiempo siendo un holding más chico, habiéndose desprendido no solo del control del banco, sino de las compañías de seguro que tenía hasta 2013 (vendidas a ILC) y otros activos, como Construmart, el cual se vendió a principios de este año.[/cita]

Saieh parece estar lejos de estas iniciativas. Uno de sus cercanos así lo entiende y advierte de su nuevo rol como un tipo de negocios: más rentista, menos dueño. «Es difícil verlo como un socio minoritario», refiriéndose a la participación, cada vez menor, que tiene en Itaú CorpBanca, banco del que en los últimos meses también ha venido reduciendo su posición.

Esa fusión con el banco brasileño, informada a principios de 2014 pero concretada en 2016, dejó a CorpGroup con el 33,18% de la propiedad. Sin embargo, esa porción ha venido reduciéndose hasta el 29,8%, según cifras de septiembre de la Superintendencia de Bancos.

En Itaú CorpBanca, el grupo Saieh participa a través CorpGroup Banking, las sociedades inmobiliarias Saga y Saga II. Estas ventas son recientes, a fines de septiembre la Compañía Inmobiliaria y de Inversiones Saga Limitada, vendió el 1,37% en una operación avaluada en US$70 millones.

La personalidad de Saieh, aseguran en el mercado, nunca fue la de un director o socio pasivo. No es una posición que le acomode, pues siempre le gustó llevar las riendas de sus negocios.

El heredero

De sus cinco hijos, Jorge Andrés Saieh –el único hombre– ha tomado la posta empresarial. Es presidente del banco, representándolo en el gremio de ese sector como director de la Asociación de Bancos, y también es presidente de otras empresas del grupo, como Copesa. Su veta empresarial tiene más que ver con la gestión ejecutiva, es considerado por sus conocidos como alguien que administra los activos de CorpGroup, no así como alguien que busque incursionar en nuevos negocios, aspecto que su padre desarrolló en los últimos 30 años, bajo el alero de los gobiernos de la Concertación. Además, no es una cara de la nueva sabia empresarial, como por ejemplo sí lo es el heredero del clan Matte, Bernardo Larraín, quien preside la Sofofa, o el hijo de Alfonso Swett Saavedra, Alfonso Swett Opazo, que encabeza la CPC. Salvador Said, hijo de José Said, fundador de Parque Arauco, hizo lo propio en su minuto en la Asociación de Isapres.

Saieh incursionó en una serie de negocios, pero su veta empresarial la construyó gracias a lo que forjó como banquero. En los 80 entró en la propiedad del Banco Osorno, pero como ejecutivo con participación en las utilidades, tenía el 10% y fue invitado a ese negocio por Carlos Abumohor. El salto lo dio en 1995, cuando compró el Banco Concepción, el cual transformó en CorpBanca, que en una década pasó a ser el cuarto más grande del país. Es su mina de oro hasta ahora, pues siendo accionista minoritario es el principal activo de CorpGroup.

Desde entonces ha construido un grupo empresarial que ha demostrado ser exitoso en lo que respecta al rubro financiero, pero no así en otras industrias. En el año 2001 se hizo del control de Copesa, holding de medios que agrupa a marcas como La Tercera, Qué Pasa, La Cuarta. También del Grupo Dial. Este, que hasta hace poco llegó a tener seis emisoras, vendió Radio Paula a la Cámara Chilena de la Construcción y Radio Carolina al Grupo Bethia.

La participación en esta industria no ha resultado fácil. En los últimos meses Copesa, en manos de Jorge Andrés Saieh, ha iniciado una fuerte estructuración con el fin de reducir costos. Entre la serie de rumores que explicaron la salida de Juan Pablo Larraín de la dirección de La Tercera, se decía que no quería dirigir la transición de pasar de un medio impreso a uno online. Nada de eso se ha confirmado, sin embargo, sí existe la presunción de que los cambios en el holding de medios serán importantes y tendrían como principal objetivo ponerles freno a las pérdidas que acumularía la empresa. La firma también optó por transformar varios de sus medios ajustando las dotaciones: Qué Pasa, Pulso, Paula, sus radios, y cambios editoriales profundos en medios como La Cuarta, son parte de de las decisiones.

El empresario, quien tiene otros socios en Copesa como Alberto Kassis, hizo caja vendiendo, por ejemplo, sus radios más emblemáticas, como Carolina. El ajuste le reportó casi US$ 10 millones y la justificación fue que el grupo, más allá de Copesa, requería reducir deuda. Todos los cambios ejecutados en el medio aún no entregan réditos. Incluso la dupla Andrés Benítez-Carolina Schmidt, que llegó a salvar la transformación, no duró. Saieh y sus socios no estarían dispuestos a financiar pérdidas sin fin en Copesa. Los más críticos dicen que no estar en un negocio regulado, como el bancario, donde parece clave marcar agenda, también ha reducido su interés en los medios.

Otra incursión compleja fue precisamente en SMU, holding sobre el cual Saieh dijo que dejó el trabajo hecho. Esto porque SMU estuvo en una complicada estrechez financiera, producto de una serie de adquisiciones que abultaron las deudas de la compañía y la llevaron a acumular más de US$1.000 millones en pérdidas en 2013, pero hoy la firma atraviesa un contexto económico más positivo, con utilidades que al primer semestre bordearon los $15 mil millones.

La crisis de SMU y las polémicas triangulaciones que se hicieron para inyectarle recursos, marcaron el contexto de las ventas que hizo posteriormente el grupo de sus compañías de seguro y a iniciar gestiones para vender el control del banco. Antes de Itaú, había conversado con BCI y BBVA.

Así, el alejamiento de Saieh se da en momentos en que CorpGroup parece haber revitalizado su negocio supermercadista, con un rol minoritario en Itaú CorpBanca, con el desafío económico que supone todavía Copesa y una participación en el negocio inmobiliario a través de Vivo, que para el grupo le significa una renta fija. Pero al mismo tiempo siendo un holding más chico, habiéndose desprendido no solo del control del banco, sino de las compañías de seguro que tenía hasta 2013 (vendidas a ILC) y otros activos, como Construmart, el cual se vendió a principios de este año.

Manhattan y el arte

Su fallecida hija, María Soledad, tenía la tarea de pavimentar la incursión del grupo en el panorama cultural. Cofundadora de CorpArtes, fundación del grupo con presencia en Santiago y Manhattan, era el link de Saieh con ese mundo. Ambos eran particularmente cercanos.

Igualmente, pese a su partida, este ha seguido perfilándose en esa línea. Una forma de preservar su legado, aseguran conocedores. Es conocido como un gran coleccionista de pinturas renacentistas, las cuales se reparten entre sus propiedades y museos. En la actualidad participa del Board of Trustees del Metropolitan Museum de Nueva York, el MET, uno de los de mayor renombre de esa ciudad y el mundo. Y también participa en el proyecto The Shed, una obra modular destinada a la exposición de distintas disciplinas artísticas.

Una reciente publicación de La Segunda se refirió a este nuevo rol de Saieh. En el marco de una reunión en la Torre Titanium destinada a celebrar a los alumnos chilenos de la Universidad de Columbia, el empresario dejó en claro en qué está hoy: «(En NY) Puedo andar en jeans y nadie me dice nada. Acá en Chile tengo que actuar de empresario y usar corbata».

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