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Augusto Grob: el hombre a la cabeza de Colún, la empresa que vende sobre US$ 500 millones e incomoda a la competencia MERCADOS Crédito: Marcelo Provoste

Augusto Grob: el hombre a la cabeza de Colún, la empresa que vende sobre US$ 500 millones e incomoda a la competencia

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Andrés Cárdenas Guzmán
Por : Andrés Cárdenas Guzmán Periodista El Mostrador
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De ascendencia alemana y de bajo perfil, el presidente de la Cooperativa Agrícola y Lechera de La Unión defiende hasta la muerte el modelo de negocios que ha hecho de “la magia del sur” el rival más fuerte frente a la competencia, que por todos los medios está tratando de probar que la lechera goza de beneficios tributarios por su estatus. El apellido Grob se puede leer en varios lugares históricos y hasta una calle le rinde homenaje al clan, el que lidera hoy esta empresa que vende sobre los US$ 500 millones. Algo inédito para el modelo de cooperativas en el país.


Una voz en off en el último comercial de Colún para la campaña de la Teletón, entrega un mensaje clave en medio de la fuerte disputa que ha enfrentado a las empresas lecheras del país: que la Cooperativa Agrícola y Lechera de La Unión “está conformada de familias chilenas que se ayudan unas a otras, más de 700 cooperados que trabajan para entregar productos frescos y naturales elaborados en el sur”.

Parece un simple spot publicitario, pero lo cierto es que esta frase provoca resquemor en sus competidores y no deja nada conforme a uno de ellos: Watt’s, que exige saber quiénes son realmente los dueños de Colún.

Todo comenzó hace algunos años, en 2014, cuando la compañía detrás de Danone y Calo deslizó dudas en torno al estatus de su principal competidora, Colún, la que a sus ojos tenía algo más que “la magia del sur” y estaba gozando de beneficios tributarios por su carácter de cooperativa. La pugna escaló y se desató la denominada “guerra de la leche”.

En el último capítulo de esta teleserie, Watt’s solicitó por Transparencia la memoria anual de la cooperativa y sus estados financieros al Ministerio de Economía, cartera que en una primera instancia se negó, lo que provocó dimes y diretes que llevaron a la entidad gubernamental a afirmar que Colún ha cumplido con su obligación de publicar su balance general, estado de resultados y dictamen del auditor externo, los que estarían disponibles en el sitio web de dicha cartera.

[cita tipo=»destaque»]El hombre del cabello cano, entrevistado por un canal argentino el año pasado sobre los beneficios de ser “la única cooperativa que está trabajando fuerte y en buenas condiciones”, dijo que existe apoyo del Gobierno a la estructura cooperativa, aunque –a su juicio– las cosas han cambiado. “En el caso de la lechera, hace dos o tres años, con la reforma tributaria, disminuyeron esos apoyos y hoy día esos beneficios están limitados solamente a más o menos el 50% de la producción que se realiza en las plantas, y el resto está gravado por impuestos normales”, precisó.[/cita]

Una mirada rápida al sitio da cuenta de algunos detalles. Como que en total son 736 los socios que componen Colún, que reside en La Unión, que efectivamente está registrada como una cooperativa y que su directorio está constituido por un vicepresidente, seis consejeros y un gerente. Todos, presididos por Augusto Grob Fuchs.

Los dardos de Watt’s han apuntado a que el control de Colun está en manos de pocos empresarios, al menos la parte más relevante de la empresa, algo que sin la memoria y el detalle sobre quiénes son sus cooperadores es difícil de probar. En algunas presentaciones que ha hecho la empresa de La Unión ha señalado que solo el 1% de sus asociados lo constituyen grandes empresarios. La relevancia de ese grupo minoritario –de acuerdo a la empresa liderada por la familia Larraín– es que pueden retirar «dividendos» de la cooperativa libres de impuestos. Nada hasta ahora ha sido probado.

Quién ronca en Colún

Mucho antes de los episodios que marcaron la «guerra de la leche», en 2013, el grupo activista “Fracción Heterogénea de Weichafes Libertarios” se adjudicó un ataque explosivo a la sala de ventas de Colún en Providencia, lo que provocó importantes daños al edificio. A través de un comunicado, la agrupación señaló que el motivo del ataque fue la solidaridad con el pueblo mapuche, al que, según ellos, se le habrían quitado tierras milenarias para la familia Grob: “Es una empresa capitalista, enemiga del pueblo mapuche, y de todos los explotados del mundo», señalaron.

Los activistas apuntaron como responsables de esto a Augusto y Teófilo Grob, abuelo y padre del actual presidente de Colún, el concejal Roberto Grob Fuchs y al mismo Augusto Grob Fuchs. La familia es conocida en la ciudad de La Unión, ubicada a 40 kilómetros de Osorno, localidad que los ha tenido presentes desde su fundación, ya que el primer molino eléctrico, una de las primeras compañías de bomberos, la ex fábrica Linos La Unión y la propia Cooperativa Agrícola y Lechera, son los emprendimientos liderados por este clan descendiente de alemanes.

La familia Grob es una gran generadora de empleos en la zona. Los medios locales de comunas como La Unión, Lago Ranco o Valdivia hacen eco de casi todo lo que le ocurre al clan. Incluso, una calle de la ciudad le rinde homenaje al patriarca, Augusto Grob Westermeyer, abuelo del presidente de Colún.

Consultado por El Mostrador, el alcalde La Unión, donde nació la cooperativa, Aldo Pinuer, dice que «hay una estrecha relación con la comuna, dada la cantidad de trabajadores que laboran en la compañía. Eso ha permitido que exista una relación fluida entre la comunidad, las autoridades, los trabajadores y la directiva o los cooperadores de la planta».

Los Grob son queridos, transversalmente, por parlamentarios que han defendido a la cooperativa. Recordemos que en mayo pasado los diputados Harry Jürgensen (RN) e Iván Flores (DC), enviaron una carta a la FNE para que se pronuncie frente a las acusaciones de Watt’s, las que –a juicio de los parlamentarios– fueron «injustas e infundadas» y que, además, afectan la imagen del país.

Augusto Grob Fuchs ha estado al mando de Colún por casi 16 años. Estudió agronomía en la Universidad de Chile a inicios de los 70, pero no se graduó, dadas las turbulencias políticas de la época. En 1975 asumió el negocio familiar en La Unión y a los pocos años se asoció a Colún.

El alcalde de La Unión recalca que Grob «es una persona que ha sabido estar al frente como presidente del directorio por bastantes años», que su calidad humana le ha permitido ostentar el cargo y mantenerse. Pinuer agrega que gracias a él «la empresa puede relacionarse de manera recíproca con la comunidad (…) es conocido, accesible y cercano, puedo decir que La Unión cuenta con un gran empresario».

El patriarca de la familia ha figurado poco en la prensa, ha participado de algunos encuentros Enagro y dado pocas entrevistas en su carrera. Su última aparición respecto al tema fue para desligarse del apoyo que le entregaron los ultraderechistas del Movimiento Social Patriota, oportunidad en la que recalcó que “no corresponde ese tipo de campañas, porque hay maneras y maneras de conquistar su público y nosotros apostamos a la calidad y a nada más que a eso”.

El hombre del cabello cano, entrevistado por un canal argentino el año pasado sobre los beneficios de ser “la única cooperativa que está trabajando fuerte y en buenas condiciones”, dijo que existe apoyo del Gobierno a la estructura cooperativa, aunque –a su juicio– las cosas han cambiado. “En el caso de la lechera, hace dos o tres años, con la reforma tributaria, disminuyeron esos apoyos y hoy día esos beneficios están limitados solamente a más o menos el 50% de la producción que se realiza en las plantas, y el resto está gravado por impuestos normales”, precisó.

Colún defiende su estructura y, tras la polémica con Watt’s, explicó –a través de su sitio web– que la lechera la forman sus más de 700 socios, distribuidos en cuatro asambleas (La Unión, Río Bueno, Paillaco y Futrono). Ellos designan un Consejo de Administración que dura dos años y que lleva la dirección de los negocios, define el ingreso de nuevos socios y determina el precio a pagar por la leche .

A Watt’s le negaron por el momento el acceso a los documentos con los que busca saber detalles de esos socios. En una carta firmada por la jefa de la División Jurídica de la Subsecretaría de Economía, Ximena Vial, les dijeron que “la memoria requerida contiene listado de socios y sus cuotas de participación en la cooperativa, lo que, calculado con el reparto de resultados, la forma de distribuir el resultado, los retiros e intereses pagados sobre el capital, podría determinar lo que le corresponde a cada socio, exponiendo parte del patrimonio de una persona natural haciéndole soportar sin fundamento, la carga de exponer parte de su patrimonio al control social, cuando no es claro el interés público de conocer el nombre de las personas naturales y parte de su patrimonio”.

La identidad de la totalidad de los socios es desconocida. Son agricultores de la Región de Los Ríos, eso está claro. Watt’s insiste en que»nos encontramos frente a un caso donde se pretende ocultar la identidad de 50 familias poderosas que representan solamente el 7% de los miembros de la cooperativa más grande de Chile y que se llevan el 50% de las utilidades sin pagar impuestos”.

Hace un par de meses, cuando El Mostrador Mercados cubrió los primeros efectos de esta pelea, en el Departamento de Cooperativas (Decoop) solo estaban disponibles los Estados Financieros de la empresa del ejercicio fiscal del año 2011. El 8 de agosto de este año se actualizó la información de 2017 y, veinte días después, según consta en el sistema, a diferentes horas del día se subieron los Estados Financieros del año 2012 en adelante.

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Según ese informe en 2017, la compañía percibió ingresos por aproximadamente (tipo de cambio % 680) US$ 569 millones. Mientras que el remanente a repartir entre los cooperados alcanzó los US$ 77,7 millones. Los números fueron auditados por KPMG (puede revisar aquí el balance).

Consultado por El Mostrador Mercados, Grob declinó referirse al tema.

Para José Luis Delgado, director ejecutivo de la Asociación de Productores de Leche de la Región de Los Ríos (Aproval), la ambición de Watt’s por saber qué hay detrás de Colún, más allá de Grob, no tiene cabida en la discusión.

“Están equivocando el foco de la discusión de fondo. Colún tomó una opción y lo ha hecho bien. Watt’s tomó otra opción y aparentemente no le ha ido tan bien. Porque no entendemos otra explicación para generar todo el ruido que ha generado”, dijo Delgado a El Mostrador Mercados. “La gran diferencia entre Colún y el resto de las compañías es que hay un modelo de desarrollo que es compartido por la parte industrial con la producción primaria, los proveedores. Y eso es lo que creemos que ni Watt’s y el resto han entendido”, sentencia.

Delgado dice que la confianza que existe entre los proveedores y la estructura procesadora es vital y, si tanto Watt’s como las demás competidoras no se enfocan en mejorar sus tácticas, van a ser superados con creces por Colún. “Mientras las demás compañías lácteas basen su ‘estrategia de fidelización’ solo en el precio de la leche, seguirán perdiendo participación de mercado, tal como les ha ocurrido en los últimos 15 años”.

¿Segunda guerra de la leche?

La Comisión Nacional de Distorsiones (CNDP) realizó una audiencia, a raíz de la solicitud presentada por Fedeleche, para obtener la aplicación de salvaguardias para la importación de leche en polvo y queso gauda.

La restricción a las importaciones podría perjudicar a quienes adquieren en el extranjero los ingredientes para fabricar estos productos, considerando que Colún asegura que sus lácteos son 100% locales. Esto podría aumentar la presión al conflicto en la industria o bien desatar una segunda disputa.

De llevarse a cabo el gravamen lácteo, más miradas podrían posarse sobre la cooperativa de La Unión. Cabe mencionar que Fedeleche argumentó que las importaciones de dichos productos se habrían incrementado 48,5% en 2017, en relación con el año anterior, hecho que limitaría la demanda de productores nacionales.

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