La empresa tecnológica que por estos días se encuentra en el ojo del huracán, ha sido también analizada por el resto de sus pares que ven con asombro cómo una firma que nació con una aplicación mirada en menos en la industria hoy crece a punta de abultados contratos con el Estado, como la licitación que ganó en el Sernatur. Hopin está alejada de los círculos de empresas tech del país, y en rigor más que por lo que hace, es conocida por sus generosas redes de contactos, que van desde el empresario Cristián Varela, Andrés Navarro y, por supuesto, Sebastián Piñera [ACTUALIZADA]
Dice el refrán que es mejor tener amigos que plata. Pero si esos amigos además tienen dinero, parece ser el mejor de los mundos para emprender en Chile.
Esa parece ser la historia de Hopin (o Hop.in), una compañía que nació en 2011 como una aplicación, una red social, de escaso impacto, pero que hoy aparece firmando contratos con distintas agencias gubernamentales y el sector privado.
Todo esto en medio de la polémica que suscita la figura de Cristóbal Piñera, exsocio de este emprendimiento y que tras su reciente viaje a China junto con su padre Presidente, ha generado una larga discusión respecto de las brechas de privilegios y la meritocracia en el país.
La crisis para el gobierno no se apaga, más aun cuando el Presidente de la República, Sebastián Piñera ofreció mostrar las facturas del gasto de sus hijos, lago que hasta ahora ni ha sucedido. Desde La Moneda, una y otra vez han salido a dar explicaciones.
A la par, el nombre del Hopin hizo eco en la industria tecnológica, pero no precisamente por su consolidada carrera, sino por el escándalo que ha protagonizado.
La industria está compuesta por gran cantidad de Pequeñas y Medianas Empresas del sector tecnológico, desarrolladores con un sello de «emprendedores», el mismo que los relatos de Cristóbal Piñera en 2012 se achacaba cuando lanzó la fallida red social.
«Hace un mes volvió a la casa familiar en San Damián, pues como planea casarse este año, esa fórmula le permite “achicar” más los gastos. Aunque por los viajes de trabajo ha podido dormir sólo siete noches allí, dice que “ha sido súper choro, hace tres años que sólo veía a mis papás en los almuerzos de los domingos cuando estaba en Chile, ahora tratamos de tomar desayuno y comer todas las noches, aunque siempre alguno de los tres llega después de las 11 de la noche”, relató a un reportaje en La Tercera en 2012.
La industria tecnológica ve con incredulidad la mediática posición que hoy tiene la firma, pues pocos habrían pensado que estarían por estos días en la prensa. Sobre todo por sus orígenes, hace casi 10 años.
En sus inicios, en 2011, Hopin se instaló como una red social que buscaba compartir contenidos destacados por los propios usuarios a través de una cuenta en facebook. «Bubbléalo» era el concepto del software y que tenía como principio destacar contenidos de páginas web a través de burbujas u otro tipo de herramientas de colores y compartirlo vía redes sociales.
«¿Qué lo diferencia del monstruo tecnológico de Facebook o la noticia instantánea de Twitter? Cristóbal Piñera lo explica así: con esta plataforma de redes sociales pasamos del link a la internet visual, y de lo visual a lo táctil. “Por ejemplo, si estás buscando fotos, te metes a mis imágenes de Google y aparecen 10 mil imágenes filtradas por una máquina. Aquí, en cambio, eliges quién quieres que te dé las fotos: pueden ser profesionales, amigas, diseñadores que además las han comentado. El filtro es humano, el filtro eres tú”. Otra diferencia con Facebook -que sólo permite poner “me gusta”- es que Hop.in permite calificar las publicaciones con una cara de felicidad, otra de enojo, una de sorprendido y otra que significa cool», relataba la misma de la época comparando a Piñera con Marck Zuckerberg.
La idea no prosperó. Algunos blogs de la época fueron muy críticos en relación a la «usabilidad» de la aplicación y con la figura de Cristóbal Piñera como socio, de alguna forma alimentó el morbo y la burla del resto de sus pares. Todo esto, en parte, por la agresiva forma como empezaron a instalarse en este mercado.
Por un lado, su estrategia para comunicar el proyecto fue agresiva. El menos de los Piñera se refería a la posibilidad revolucionaria de la aplicación y el emprendimiento, desde el primer minuto, contó con la cobertura de medios como la Revista Sábado, La Segunda o CNN.
De hecho, el canal de televisión le dedicó una larga entrevista para abordar a fondo el emprendimiento a través de un contacto directo con los tres socios desde EEUU.. La aplicación no estaba al aire aún y, sin embargo, tuvieron amplísima cobertura.
Fue así como Hopin llamó la atención de sus pares a través de estas campañas, pero con bastantes dudas de qué se trataba.
«Nadie entendió muy bien qué quisieron hacer. Había páginas que se burlaban con ironías del proyecto, para nosotros lo único que llamaba la atención del proyecto era que el hijo de Sebastián Piñera era socio», dice un pequeño empresario que prefiere hablar desde el anonimato.
Esta industria es chica y quienes participan en ella, en general, se conocen. Sin embargo con Hopin la relación era distinta, pues estos últimos de alguna forma eran «outsiders».
Sus socios Andrés Godoy, José Tomás Daire y Cristóbal Piñera fundaron la sociedad en EE.UU. y desde allá, nunca se relacionaron con los círculos de Start-Up Chile, a pesar de que su financiamiento provino principalmente gracias al patrocinio económico de Andrés Navarro, dueño de Sonda y conocido amigo de Piñera padre.
Hasta la fecha, Hopin no participa en organizaciones gremiales que agrupan a otras empresas tecnológicas. En rigor, más que por lo que hacen, son conocidos por quiénes son.
En el entorno de Chiletec -el gremio que agrupa a pymes tecnológicas-, reconocen que la trayectoria de Hopin resulta enigmática y, a algunos emprendedores les llama la atención su posicionamiento y su modelo.
La reciente licitación que se adjudicó en el Servicio Nacional de Turismo (Sernatur) para desarrollar la aplicación móvil «Chile destino turístico 2019» fue por $93,4 millones, una cifra elevada para este mercado. Y como la unión hace la fuerza, para la implementación de este proyecto, en Hopin trabajan codo a codo con Accionet, la compañía que dirige Juan Andrés Fontaine, amigo de Cristóbal Piñera, e hijo homónimo del exministro de Economía, Fomento y Turismo y actual titular de la cartera de Obras Públicas.
Desde esa industria sostienen que una aplicación de este tipo varía entre los $20 millones a $45 millones, dependiendo de si se trata de una App exclusivamente para un único sistema operativo o para más de uno, como en general sucede con iOS (iPhone) y Android.
Mucho se habló del conflicto de interés que habría en la participación de Cristóbal Piñera y José Tomás Daire al participar en las rondas de negocios que organizó ProChile en China.
Esta oficina, dependiente del Ministerio de RR.EE., llevó a cabo la segunda versión del “ProChile Innovation Summit”, encuentro que tiene por finalidad impulsar el ingreso de soluciones tecnológicas chilenas a China y posicionar a Chile como plataforma para el ingreso de startups y empresas tecnológicas chinas en América Latina.
Participaron 43 ejecutivos representantes de emprendimientos locales, quienes realizaron distintas presentaciones ante inversores chinos, en particular ante la Asociación Nacional de Inversiones de Capital Privado de China, la cual congrega a 5.000 miembros y gestiona más de US$400 mil millones.
Lo cierto es que la convocatoria para esta instancia fue abierta. No ocurrió lo mismo que otras misiones comerciales cuya participación es a través de concursos.
«Los días 24 y 25 de abril pasado ProChile e InvestChile realizaron el ‘Chile Innovation and Investment Summit’ en Beijing, China, con el objetivo de conectar a los emprendedores chilenos con el ecosistema de la innovación local. Fue un evento público y abierto a todo público, donde quien deseaba participar lo pudo hacer. No se realizó una invitación ni convocatoria a nadie a particular», explicó ProChile a El Mostrador Mercados.
Vale decir, quienes tenían los recursos para asistir al país, podían acreditarse sin problemas, lo que habría sido el caso de Daire, pues Cristóbal Piñera fue parte del avión de la FACH donde viajó junto al resto de su familia.
En todo caso, las redes de Hopin no están en el gigante asiático, sino aquí, en círculos empresariales que son cercanos al Presidente Piñera.
«Fuimos a presentarnos ante distintos inversionistas privados y venture capital en Chile. Después de muchas reuniones y vueltas, finalmente encontramos a alguien que sí creyó en nuestro proyecto y quiso poner sus fichitas en esto. Y ese es Andrés Navarro. Más que en un socio es un mentor», decía Cristóbal Piñera sobre las vías de financiamiento del proyecto. Pero el dueño de Sonda, reconocido amigo y colaborador de Piñera Echenique, no es el único empresario que circunda las redes de los socios de Hopin.
También lo son Cristián Varela, conocido empresario local y que en los últimos años ha estado mayormente vinculado al mundo del fútbol. Fue presidente de Blanco y Negro en la época que Sebastián Piñera era controlador de la concesionaria. Este es gerente de Chilefilms, sociedad de la cual es socio a José Patricio Daire, padre de José Tomás.
Varela, Daire y su hijo José Tomás, tienen estrechas relaciones comerciales. Los tres comparten propiedades de sociedades como personas naturales y a nivel familiar también comparten vehículos de inversión en las que participan el resto de sus hermanos.
Son estas redes y el auspicio económico de Navarro lo que parece haber mantenido a flote este emprendimiento, desde la perspectiva de algunos actores de esta industria. Hoy Hopin se vende como una empresa capaz de realizar aplicaciones para necesidades específicas de clientes, entre éstos el desarrollo de bots -usuarios ficticios en redes sociales-, pero no es mucho más lo que se sabe de esta compañía.