En estos días, diversos medios de comunicación nos muestran cómo Chile y otros países se preparan para disputar la Copa América, uno de los torneos más antiguos del mundo, en el que, si bien las reglas han variado con el tiempo, siempre han procurado la mayor participación posible –invitando incluso a equipos de otros continentes– y con igualdad de condiciones.
Lo que no muchos conocen es que, en paralelo, nuestro país discute las nuevas bases de un torneo que, si bien tiene muchos años, en virtud de una orden expresa de la Corte Suprema, debe decidir cuántos equipos podrán participar en lo que podríamos denominar como la “Copa de las Telecomunicaciones”.
En efecto, en virtud de una demanda de Conadecus, la Corte Suprema –entre otras medidas– ordenó a las tres principales empresas de telefonía móvil devolver el espectro radioeléctrico obtenido indebidamente en el concurso de la banda de 700 MHz y, además, estableció la posibilidad de que Subtel solicitara al Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC) la modificación del máximo de espectro que puede detentar cada operadora en Chile, equivalente en la actualidad a 60 MHz.
Así lo hizo dicha subsecretaría, la que realizó una propuesta inicial aumentando ese límite hasta 110 MHz de las bandas actualmente en uso, pero luego modificó su postura, proponiendo al TDLC fijar como límite máximo de tenencia de espectro no una cantidad fija de MHz, sino ahora un porcentaje, ascendente al 32%.
En los hechos, tal propuesta solo permitiría que puedan participar –con ventajas permanentes en este mercado– las tres empresas dominantes de siempre, que ya tienen altos niveles de espectro asignados (incluso, por sobre el límite de 60 MHz), pudiendo llegar en conjunto a un 96% del total disponible, dejando a un cuarto operador solo con la posibilidad de adjudicarse el 4% restante.
Como se sabe, en el fútbol todos los equipos juegan con 11 jugadores (espectro) y la cantidad de goles que puede hacer cada equipo (participación de mercado) depende de su respectivo desempeño. Hoy, en la “Copa de las Telecomunicaciones”, al no haberse respetado el límite dispuesto por la Corte Suprema, la distribución espectral no es homogénea.
Así, en la práctica y en términos porcentuales, Entel juega actualmente con 34 jugadores, Claro y Movistar con 26 jugadores cada uno y WOM con 14 jugadores. Y en este campeonato no cabe nadie más.
La nueva propuesta de Subtel sugiere la existencia de tres equipos con hasta 32 jugadores cada uno y un debilitado cuarto equipo con solo 4 jugadores. Y no abre espacio para que ingresen otros equipos.
La buena noticia es que, en el proceso que se sigue ante el TDLC, existen otras posturas que tienden a hacer más competitivo este mercado. A nuestro parecer, un diseño adecuado de política pública debiera apuntar a un campeonato con cupos para, al menos, seis equipos y que la cantidad de jugadores se vaya emparejando gradualmente, hasta que cada uno de los participantes logre competir de una manera porcentualmente similar (con 16 jugadores).
Corresponderá al TDLC definir las reglas de esta nueva “Copa América”. Pero, sin duda, lo mejor para este mercado es abrir la posibilidad para que ingresen otros equipos, incluso –por qué no– de otros continentes. Claramente, no se trata de restringir participaciones de mercado, sino más bien de emparejar la cancha.