La estatal acusó a los dirigentes sindicales de promover “acciones de fuerza ilegales” luego de los enfrentamientos registrados la noche del lunes entre trabajadores y carabineros. Los dirigentes respondieron acusando “un oportunismo mediático de la administración divisional para tratar de culpar a los mineros”, y señalaron que Codelco “insiste con llevar esto al extremo al no mostrar en estos 4 días de huelga algún interés o intención explícita por resolver el conflicto” [ACTUALIZADA]
La huelga en la división Chuquicamata de la Corporación del Cobre (Codelco) cumple este martes cuatro días y está al rojo tras acusaciones cruzadas entre la estatal y los dirigentes sindicales luego de los enfrentamientos entre los trabajadores y carabineros ocurridos durante la noche del lunes y la madrugada de este martes.
Los incidentes se produjeron luego que tres sindicatos decidieron instalar campamentos en los accesos 2 y 4 a la mina, acompañados de sus esposas e hijos.
No obstante, al llegar al lugar se encontraron con carabineros que trataron de disolver la concentración con gases lacrimógenos, chorros de agua y balines de goma, generándose enfrentamientos que culminaron con al menos una docena de detenidos.
“Cabe destacar que los 12 trabajadores quedaron citados para control de detención, lo que comprueba nuevamente la actitud sancionadora y extrema que han adoptado las policías en este hecho”, acusó el sindicato 3 a través de una declaración.
Los trabajadores denunciaron además que los incidentes dejaron un sinnúmero de heridos, los cuales en su mayoría fueron atendidos en el Hospital del Cobre.
La compañía estatal denunció que la manifestación impedía que los trabajadores que no están en huelga pudieran entrar o salir libremente del yacimiento.
«Estas acciones de fuerza ilegales, que fueron promovidas públicamente por algunos dirigentes, son la muestra del nulo respeto que tienen por sus propios compañeros, que fueron expuestos a riesgos, amedrentados cobardemente e impedidos de regresar a sus hogares», sostuvo Codelco en un comunicado, agregando que iniciará acciones legales contra los responsables.
Sin embargo, Liliana Ugarte, presidenta del sindicato número 2 de la mina, aseguró que los huelguistas fueron amenazados previamente con un desalojo inmediato si instalaban el campamento.
Agregó que los huelguistas no bloquearon el acceso, sino que «hay un excesivo contingente policial, un ataque directo a los trabajadores». «Están acostumbrados a mentir, ellos generaron este clima», añadió Ugarte en declaraciones a medios locales.
En la misma línea, el sindicato 3 acusó “un oportunismo mediático de la administración divisional para tratar de culpar a los mineros”, y señalaron que Codelco “una vez más con sus declaraciones desafortunadas insiste con llevar esto al extremo al no mostrar en estos 4 días de huelga algún interés o intención explícita por resolver el conflicto”.
La minera estatal ha señalado que la huelga no ha paralizado la producción de la mina y espera que alcance un 60 % de lo normal. Sin embargo, los trabajadores movilizados ponen en duda este guarismo, señalando que se trata de cifras “mentirosas”.
Los videos de los incidentes:
La huelga se materializó el pasado viernes, luego que los sindicatos rechazaron una última oferta de la empresa, que incluía beneficios por 14,1 millones de pesos para cada trabajador.
De forma adicional, ofrecía un ajuste salarial del 1,2 % y mejoras en los planes de salida de trabajadores una vez que se concrete la transformación de la mina de rajo abierto a subterránea.
Esa transformación es uno de los proyectos estructurales de Codelco para modernizar y extender en unos 50 años la vida útil de sus principales yacimientos, e involucra en el caso de Chuquicamata una inversión de 5.500 millones de dólares y la salida de unos 1.500 trabajadores.
El conjunto de proyectos estructurales prevé una inversión de 18.000 millones de dólares.
Los sindicatos han señalado que la huelga «no es por plata», sino por la negativa de la compañía a mejorar la atención en Salud de los trabajadores que perderán sus empleos cuando concluya la transformación de la mina.
Según analistas, cada día de huelga en Chuquicamata supone una pérdida superior a 5 millones de dólares.