Los investigadores de la Fundación Sol, Recaredo Gálvez y Marco Kremerman, realizaron un estudio acabado acerca de las jubilaciones en Chile, sobre la base de datos obtenidos a partir de las solicitudes efectuadas por Ley de Transparencia a la Superintendencia de Pensiones y las cifras publicadas por esta misma entidad en su página web. El informe «Pensiones bajo el mínimo» es un análisis de los montos de las pensiones de vejez, pagadas según tramos de años cotizados y tipos de pensión. Aquellos que han cotizado en el sistema prácticamente desde que se inició –concluyó la investigación– están lejos de jubilarse con rentas ad hoc al mercado y, menos, que sean acordes al costo de vida actual.
A medida que se intensifica el debate sobre el modelo de las AFP, cada cierto rato vuelve a penar en el ambiente político el titular del 4 de febrero del 2000 de El Mercurio, que señalaba que “para el año 2020 la Asociación de AFP asegura que los actuales afiliados al sistema jubilarán con una renta equivalente o superior al 100% de su remuneración promedio durante sus años trabajados”. Una sentencia que más de un parlamentario tiene presente en el marco de la Reforma de Pensiones que impulsa el Gobierno de Sebastián Piñera y a la cual varias voces autorizadas en la materia –como los economistas Joseph Ramos y Ricardo Ffrench-Davis– han calificado como insuficiente para mejorar efectivamente las bajas jubilaciones de la población.
De hecho, hace dos semanas –en entrevista con El Mostrador Mercados– French-Davis dijo que esta era una reforma de corto plazo, mientras que Ramos comentó, en una carta a El Mercurio, que le parecía casi anecdótica la discusión por quién administra el 4% de cotización adicional, cuando eso no mejorará en «nada» las bajas pensiones.
Entre todas las voces que han surgido, ayer Rodrigo Valdés, exministro de Hacienda de Michelle Bachelet, hizo un llamado a aprobar la reforma, precisando que era «moralmente obligatorio llegar a un acuerdo», al tiempo que sentenció que sería un «error garrafal» no lograrlo.
En un seminario del Centro de Estudios Públicos, Valdés dijo que con el nuevo ente que creará el Gobierno con el fin de administrar el 4% –el Consejo Administrador de los Seguros Sociales (CASS)– «se está avanzando sustancialmente, pero debe tener un objetivo claro: mejorar las pensiones. En su autonomía se puede avanzar más. Me da un poco de miedo que tratemos de legislar las decisiones de inversión».
A la par del debate de técnicos, especialistas y políticos, la realidad de los «hijos del modelo» creado y defendido por José Piñera, hermano del Presidente Sebastián Piñera, aquellos que han cotizado en el sistema prácticamente desde que se inició, es que están lejos de jubilarse con rentas ad hoc al mercado y acordes al costo de vida que implica mantenerse en condiciones óptimas tras el retiro del mercado laboral.
Así lo indicó un contundente estudio de la Fundación Sol, «Pensiones bajo el mínimo» –de los investigadores Recaredo Gálvez y Marco Kremerman–, que realizó un análisis de los montos de las jubilaciones pagadas según tramos de años cotizados y tipos de pensión.
El informe recogió una serie de datos a partir de las solicitudes efectuadas por Ley de Transparencia a la Superintendencia de Pensiones y aquellos publicados por la misma entidad en su página web. La medición indicó que la pensión media autofinanciada –solo con los aportes del trabajador– fue de $135.072, vale decir, que el 50% de los pensionados alcanzaron una jubilación inferior a esa cifra, monto que aumenta en un poco más de $16 mil con el Aporte Solidario.
El análisis cobra relevancia, pues –según explican– en los últimos 10 años el sistema de AFP y Compañías de Seguro ha duplicado el número de pensiones de vejez pagadas, finalizando el 2018 con más de 900 mil pensiones de vejez y vejez anticipada. «Hoy ya tenemos una primera generación que ha cotizado íntegramente bajo la lógica de las cuentas individuales en las AFP», introduce el informe.
«Es importante constatar que entre aquellas personas (78.582) que cotizaron entre 30 y 35 años –casi una vida laboral completa– alcanzaron un monto inferior a $294.404 como pensión de vejez autofinanciada. Al considerar el aporte estatal, mediante el Aporte Solidario, la pensión mediana sube levemente y llega a $296.332», reza el estudio de Gálvez y Kremerman.
Ramos –académico de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile– explicó que, en medio de las cifras, parece relevante poner en la mesa otra parte de la discusión. «La tasa de reemplazo es que, si yo gano $800 mil pesos en promedio los últimos diez años, qué porcentaje de eso me otorga la pensión. Pues bien, actualmente en promedio esa tasa es de 40%, es mucho menos de lo que la gente está acostumbrada a ganar. ¿Cuál es una tasa decente? Una meta de 70% es la cifra que alguna vez dio vueltas. Pero lo peor es que no se haga nada, nada. La gente que jubila hoy goza de una muy alta rentabilidad, que no van a tener los fondos de pensiones de los que se incorporan hoy al mercado laboral», precisó.
El economista detalló que la rentabilidad histórica de las AFP, por las condiciones del mercado, se está ajustando y las tasas de reemplazo van ir cayendo cada vez más para el mismo monto ahorrado. «La esperanza de vida sigue creciendo y la pensión financia un periodo más alto, por ende, la gente que hoy ingresa a la fuerza de trabajo se jubilaría con una una tasa de reemplazo de 30%», agregó.
El problema es que en la Reforma Previsional que actualmente se discute en el Congreso, nunca ha sido tema la suficiencia de la cotización, a pesar de que el «pecado original» radica precisamente en que se cotiza apenas un 10%. «Ni siquiera se discute si el 4% alcanza, sino solamente quién lo administra», afirmó Ramos.
Uno de los investigadores del estudio, Gálvez, explicó que, al poner sobre la mesa estos antecedentes, la Reforma de Pensiones se queda corta en el debate. «La reforma no resuelve los temas que el mismo Gobierno ha planteado, como, por ejemplo, que el mercado del trabajo ya no será como antes, que habrá menos estabilidad, mayor flexibilidad. Todos, requisitos que requiere el sistema de AFP tal como lo conocemos», advirtió.
El estudio también analiza a los pensionados más recientes, es decir, aquellos que recién en diciembre de 2018 solicitaron jubilarse.
En ese contexto, Kremerman y Gálvez detectaron que el 50% de las personas que cotizaron entre 30 y 35 años, obtiene una pensión autofinanciada menor a $245.888, lo que equivale a menos del 85% del salario mínimo. La realidad de los nuevos pensionados es más crítica. El 50% de las 125 mil personas que se pensionaron durante el año 2018, a través de su ahorro y la rentabilidad conseguida por las AFP, solo lograron autofinanciar una pensión menor a $48 mil, y el 50% de las personas que cotizaron entre 30 y 35 años en su vida laboral, pudieron autofinanciar una pensión menor a $246 mil, monto que equivale a 85% del Salario Mínimo a diciembre de 2018″, explican en su estudio.
En ese escenario es también preocupante la realidad de las mujeres, pues su jubilación es sustancialmente menor que la de los hombres. La crisis previsional es mucho más grave en su caso, debido a que el 50% de las 394.643 jubiladas por edad, recibe una pensión menor a $138 mil ($107 mil si no se incluyera el Aporte Previsional Solidario del Estado).
«Aquellas mujeres que cotizaron entre 30 y 35 años, alcanzaron un monto de pensión menor a $216.392 y un promedio de $276.209, valor que se encuentra por debajo del salario mínimo. También es importante considerar que el tramo de cotización entre 30 y 35 años, representa solo al 6,7% del total de mujeres que recibieron su primera pensión de vejez en 2018», indicó el análisis.
En síntesis, concluye el informe, 8 de cada 10 nuevos pensionados en Chile, ni siquiera logra autofinanciar una pensión superior a la línea de la pobreza, «lo cual demuestra que el sistema de cuentas individuales administrado por las AFP fracasó, ya que después de casi cuarenta años de funcionamiento, no logró cumplir el objetivo fundamental para cualquier sistema de pensiones en el mundo: pagar pensiones suficientes. Y, debido a la caída en la tasa de rentabilidad registrada en los últimos 20 años, tampoco podrá cumplir este objetivo en el futuro, aunque se realicen cambio paramétricos, como aumentar la tasa de cotización».
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