Tras la investigación publicada por El Mostrador sobre la manipulación de datos de mortalidad de peces por parte de Nova Austral, los entes reguladores interpusieron denuncias, desde el Congreso se exigió una normativa más estricta, la plana mayor de la firma fue reestructurada, y el precio de los bonos en el extranjero de la compañía se desplomó a 60 centavos por dólar, destacó Bloomberg. Según la agencia, un director de Bain Capital (una de las controladoras de la salmonera) asumió que la investigación identificó «deficiencias inaceptables», pero en Nova Austral entregan una información contradictoria. “Muchos de ustedes han preguntado acerca de la liquidez de la compañía, y les puedo decir que la situación sigue siendo satisfactoria”, les dijo a los inversionistas de la Bolsa de Oslo el nuevo gerente de Finanzas de la empresa, el ex Cencosud, Nicolás Larco.
Un reportaje de Bloomberg se hizo eco de la crisis que se abrió tras la investigación publicada por El Mostrador sobre la manipulación de datos de mortalidad de peces por parte de Nova Austral, una empresa que se presenta como líder en el mercado por sus innovaciones sustentables.
“El regulador interpuso denuncias (en alusión a Sernapesca y la Superintendencia de Medio Ambiente); miembros del Congreso exigen una normativa más estricta; el máximo ejecutivo de Nova Austral, Nicos Nicolaides, fue apartado y el precio de los bonos en el extranjero de la compañía se desplomaron a 60 centavos por dólar”, son algunos de los impactos recogidos por el reportaje de Bloomberg. A esto se suma la decisión del Aquaculture Stewardship Council, que suspendió a Nova Austral su certificación de producción responsable.
Es más, según Bloomberg, Harold Meyer, miembro de la junta directiva y director de Bain Capital (controladora de la empresa junto a Altor Funds) indicó en una videollamada en julio que la investigación identificó «deficiencias inaceptables».
Bain y la firma de capital privado Altor Funds tomaron control de Nova Austral en 2014 luego de que una de sus compañías la comprara en US$183 millones. En Bloomberg tomaron contacto con ambas, pero ninguna de las dos empresas respondió a las solicitudes de comentarios.
Pese a estos datos, en Nova Austral minimizan estos daños. El nuevo gerente de Finanzas de la empresa, Nicolás Larco, salió a calmar a los inversionistas y aseguró que la pérdida de certificaciones no afectará sus ventas. Larco es un ex ejecutivo de Cencosud que en julio pasado ingresó a la salmonera en medio de la reestructuración para hacer frente a la crisis, cuando el ex CEO de la empresa, Nicos Nicolaides, fue alejado de la firma.
De acuerdo a una publicación del medio especializado Salmon Expert, el presidente de Nova Austral, Yngve Myhre y Larco dieron el pasado 16 de julio una teleconferencia a sus inversionistas de la Bolsa de Oslo. En esa instancia, ambos ejecutivos sostuvieron que el panorama es positivo para la empresa.
“Muchos de ustedes han preguntado acerca de la liquidez de la compañía, y les puedo decir que la situación sigue siendo satisfactoria, por lo que esperamos cumplir con todas las obligaciones financieras. También continuamos pudiendo acceder a la facilidad de crédito revolvente según sea necesario, por lo que no hay problema desde allí”, les aseguró Larco, quien además apostó a que en 2020 “se restablezcan las certificaciones de nuestro salmón”.
Es más, Yngve Myhre les señaló a los inversionistas que “Nova Austral respalda su producto y continuará vendiendo bajo la marca Sixty South de acuerdo con los requisitos relevantes de los organismos de certificación, clientes y autoridades. Nos comprometemos a garantizar el cumplimiento de todas las regulaciones aplicables y continuaremos tomando todas las medidas necesarias para cumplir nuestros compromisos”.
Bloomberg recuerda que Chile, superado solo por Noruega en la producción de salmón, se ha beneficiado gracias a la duplicación de las exportaciones en la última década, a US$4.700 millones el año pasado. De hecho, el salmón es la principal exportación de Chile aparte de la minería y al registrar un crecimiento de dos dígitos en los últimos tres años se considera clave para diversificar una economía estancada que depende demasiado de la producción de cobre.
Sin embargo, varios escándalos han afectado a la floreciente industria chilena del salmón en los últimos años, como por ejemplo el escape de unos 900.000 peces al océano Pacífico o la proliferación de algas en 2016, que ecologistas atribuyeron en parte al cultivo de salmones y causó estragos en la costa chilena.
El reportaje de Bloomberg señala que si bien no hay indicios de que Nova Austral haya vendido salmones enfermos a minoristas, el “gran gancho comercial” de esta empresa es que sus salmones no contienen antibióticos. Por lo tanto, aquellos libres de antibióticos pueden obtener primas de hasta un 30% respecto a los que sí los tienen en los mercados internacionales. Por su parte, los salmones capturados en su hábitat valen hasta cuatro veces más que aquellos criados en granjas acuícolas.
“Haga clic en el sitio web de Nova Austral y aparecerán imágenes de frías aguas antárticas, chubascos de nieve y costas patagónicas. El nombre de la marca de la compañía, Sixty South, que se puede encontrar en Fresh Direct de Nueva York y otros lugares en Estados Unidos, aparece en la página de inicio. «Puro salmón, naturalmente», declara””, señala el reportaje.
“La saga también resalta otra tendencia creciente en momentos en que lo orgánico y lo ecológico están de moda entre los consumidores adinerados del mundo: la tentación de tomar atajos y dar a los productos una apariencia de sustentabilidad es grande. La práctica se conoce como greenwashing o lavado verde. Si bien Nova Austral no hizo un lavado verde como tal ya que después de todo los salmones no tienen antibióticos, lo que sí hicieron es un pariente cercano de eso: falsificar datos para que su producto orgánico parezca más ecológico de lo que realmente es”, añade.
Según Bloomberg, la serie de incidentes que se ha producido en la industria “amenaza con dar a los productores de salmón una reputación que no pueden permitirse, de vaqueros que no toman en serio las reglas. Si bien este nuevo escándalo ha provocado llamados a implementar una regulación más estricta, es probable que Nova Austral reciba una multa de solo unos US$200.000”