Hasta hace pocas semanas estuvo vigente un crédito por miles de millones de pesos otorgado el año 2016 por Inversiones Odisea Limitada –empresa perteneciente a los cuatro hijos del Presidente Sebastián Piñera, por traspasos nunca aclarados que les hizo su papá– a la firma Costa Verde Aeronáutica S.A., a través de la cual la familia Cueto tiene el control de LATAM. Siendo el transporte aéreo una de las actividades más golpeadas por la pandemia global, llama la atención que, justo en el mes de marzo, cuando la restricción de los vuelos se sumó al sobreendeudamiento de la compañía e hizo precipitar su caída, la sociedad de los hermanos Cueto decidiera liquidar anticipadamente la deuda que mantenía con los Piñera Morel. Una de las razones probables de este pago por adelantado –advierten fuentes conocedoras del caso– habría sido reducir el ruido político, para cuando LATAM comenzara el lobby con el Gobierno para solicitar el rescate financiero de parte del Estado de Chile.
Dos semanas antes de que LATAM se acogiera al “Chapter 11”, de la Ley de Bancarrota estadounidense, debido a los multimillonarios pasivos que tiene la aerolínea y que superan los US$11 mil millones, la familia Cueto se apresuró a pagar una cuantiosa deuda que años antes había contraído una de sus principales sociedades de aeronáutica con Inversiones Odisea Limitada, la empresa de los hijos del Presidente de la República Sebastián Piñera.
En concreto, hasta marzo de este año, la sociedad Costa Verde Aeronáutica S.A. –a través de la cual la familia Cueto mantiene el control de LATAM– mantenía un crédito vigente por $26 mil millones de pesos que el año 2016 le había sido otorgado por Inversiones Odisea, la compañía que desde el 2010 tiene como principales socios a los cuatro hijos del Presidente, luego que el Mandatario cediera sus derechos a estos en una operación nunca aclarada, durante los primeros meses de su primer Gobierno.
El crédito, con interés variable, apareció en todos los estados financieros de Costa Verde Aeronáutica S.A. hasta el año 2019. En la Memoria Anual, correspondiente a ese año, figura en las “Notas a los Estados Financieros Consolidados al 31 de Diciembre de 2018 y 2019″ el detalle de los préstamos, donde en el cuarto lugar de la columna de vencimientos, de 1 a 3 años, figura Inversiones Odisea, con un monto de $10.400 millones y otro de $14.300 millones (pág. 50 de la Memoria).
Pero, en la página 58 de la mencionada Memoria, figuran los “Hechos Posteriores” –ocurridos después del 31 de diciembre de 2019–, entre los cuales se señala textualmente que “durante el primer trimestre de 2020, la sociedad ha realizado pagos voluntarios anticipados de deuda”. Estos pagos, por adelantado, que realizó la sociedad de la familia Cueto a la compañía de los hijos del Mandatario, coinciden con las primeras señales de contracción económica que estaba experimentando la industria del transporte aéreo, luego que la Organización Mundial de la Salud calificara el brote de coronavirus como de interés internacional.
Siendo el transporte aéreo la principal actividad comercial de la sociedad Costa Verde Aeronáutica y una de las más golpeadas tras la declaración de la pandemia global, llama la atención que justo en el mes de marzo, cuando la restricción de los vuelos hizo precipitar la caída de LATAM debido al sobreendeudamiento que arrastraba, la sociedad de los hermanos Cueto decidiera liquidar anticipadamente la deuda con los Piñera Morel, teniendo todavía un año por delante, pues el crédito tenía como fecha de vencimiento el 2021.
Si bien no existe constancia de cómo se pagó esa deuda, fuentes conocedoras de la situación financiera de LATAM advierten que existe una alta probabilidad de que las familias Cueto y Piñera, durante el primer trimestre de 2020, hubieran estado negociando y arreglando la vitrina financiera de Costa Verde Aeronáutica S.A., con el fin de que los Cueto no fueran deudores de los Piñera Morel y, así, reducir el ruido político para cuando la señalada aerolínea solicitara el rescate financiero de parte del Estado de Chile.
Hoy todo indica que sin el concurso del Estado de Chile las soluciones para la compañía se ponen cuesta arriba. La empresa venía haciendo previsiones financieras y renegociando deudas desde el 2016 y, antes, promoviendo, con éxito, el ingreso de capitales extranjeros, como los provenientes de su sociedades con Qatar Airways y Delta Airline. Se especula que Latam aspira a no menos de unos 750 a 1.000 millones de dólares de parte del Gobierno chileno, sea en dinero fresco o en garantías que permitan obtenerlo en el sistema financiero.
Las dificultades no corren solo por el lado de las desconfianzas políticas, generadas por el estrecho vínculo de amistad que une a los Piñera y los Cueto. Incluso los requerimientos técnicos del Ministerio de Hacienda le juegan en contra, pese a la buena voluntad de los amigos.
El llamado Marco Financiamiento de Emergencia a Empresas Estratégicas de Mayor Tamaño de esa cartera, solo permite dar apoyo para la “continuidad operacional de empresas viables cuya subsistencia esté en riesgo y que sean de interés estratégico para el país, pero sean productivas y tengan un proyecto de negocios viables en términos económicos y financieros y que permitan retirar el apoyo estatal en un horizonte razonable y con una remuneración adecuada a los riesgos incluidos”.
Frente a esto es que las preguntas sobre si realmente hoy es viable LATAM, o si es de interés estratégico para Chile, o si podrá retirar el apoyo estatal en un horizonte razonable y con una buena remuneración, en relación con los enormes riesgos, cobran especial sentido en el debate político.