Ante la comisión de Hacienda del Senado, el presidente del instituto emisor abordó el tema de la reforma que se vota en particular este miércoles en la Sala de la Cámara de Diputados. En la oportunidad, advirtió que, dependiendo de su magnitud, el retiro tendría efectos macroeconómicos –con un impacto potencial sobre la demanda interna– y financieros. “Los recursos están en alguna parte, están invertidos en alguna parte, entonces cualquier cambio de carácter más masivo tiene efectos también del lado financiero”, señaló.
En el debate sobre el retiro de hasta el 10% de los fondos de la AFP debido a la pandemia han intervenido el Gobierno, políticos, expertos, empresarios y la ciudadanía (que se ha pronunciado mayoritariamente a favor de la reforma, de acuerdo con varios sondeos de opinión).
Pero este lunes también fue el turno de escuchar la voz del Banco Central, a través del presidente del instituto emisor, Mario Marcel, quien asistió a la comisión de Hacienda del Senado.
Aunque aclaró que los temas previsionales se encuentran fuera del mandato del BC, en la oportunidad Marcel advirtió que, dependiendo de su magnitud, el retiro tendría efectos macroeconómicos –con un impacto potencial sobre la demanda interna– y financieros.
“Cualquier cambio de carácter más masivo tiene efectos también del lado financiero (…). Los efectos financieros tienen que ver con los ajustes que se producen en los agentes involucrados. Esto creo que es importante hacer notar que es independiente del sistema de pensiones existente», ya sea sistema de reparto, con y sin reservas, beneficio definido sin equilibrio actuarial, capitalización colectiva y capitalización individual, indicó.
En este contexto precisó que “no hay ningún sistema de pensiones que tenga guardados los recursos para pagar pensiones futuras en una cuenta corriente o en una bóveda. Los recursos están en alguna parte, están invertidos en alguna parte, entonces cualquier cambio de carácter más masivo tiene efectos también del lado financiero”.
En la misma línea, el titular del ente fiscal puso el foco en la importancia de analizar el impacto sobre la demanda interna en conjunto con el impacto financiero, dado que alzas en las tasas de interés producto de una liquidación masiva de activos podrían contrarrestar eventuales efectos expansivos sobre la primera.
Asimismo, al comentar algunas similitudes y diferencias con la experiencia de Perú, donde también se habilitó la posibilidad de retirar parte de los fondos para enfrentar la pandemia, haciendo notar que los activos de los fondos de pensiones en el vecino país son la cuarta parte de los de Chile, de lo que se deriva una diferencia de escala significativa.
La reforma será votada en particular este miércoles en la Sala de la Cámara Baja, tras su aprobación en general la semana pasada con 13 votos oficialistas. El proyecto establece que “excepcionalmente, y para mitigar los efectos sociales derivados del Estado de Excepción Constitucional de catástrofe por calamidad pública decretado a causa del covid19, autorízase a los afiliados del sistema privado de pensiones regido por el D.L. 3.500, de forma voluntaria y por única vez, a retirar hasta el 10% de los fondos acumulados en su cuenta de capitalización individual de cotizaciones obligatorias, estableciéndose como monto máximo de retiro el equivalente a 150 unidades de fomento y un mínimo de 35 unidades de fomento”.
La iniciativa también establece que los retiros no constituirán renta ni estarán sujetos al cobro de comisiones, y además se determinó que «no será incompatible con otros beneficios estatales» desplegados durante esta pandemia.