Entrevistado en El Mostrador en La Clave, Manuel Melero, presidente de la CNC, sostuvo que las restricciones vigentes desde el lunes golpean a un gremio que ya ha sufrido caídas de 10% a 12% desde marzo. “Esto ya lo vivimos el año pasado, esto es un déjà vu”, acotó. Y si bien señala que para el sector la definición entregada por la autoridad sobre los productos esenciales es “caprichosa, antojadiza, relativa, injusta” y “hay imprecisión”, descartan llevar el tema a tribunales. De paso, acusa que las fiscalizaciones solo afectan al comercio formal y terminan transformándose en un incentivo a la informalidad, en una tesis que es apoyada por el presidente de la CPC, Juan Sutil.
Las diversas restricciones al comercio aplicadas desde este lunes, con el objetivo de reducir la movilidad y contener la propagación del Covid-19, tienen en vilo al sector y al mundo de los emprendedores, sobre todo por la falta de claridad en lo que la autoridad entiende por productos “esenciales”.
Para el presidente de la CNC, Manuel Melero, el nuevo escenario “nos afecta muy negativamente” a un sector ya ha sufrido caídas de 10% a 12% desde marzo, de acuerdo al termómetro semanal del gremio. “Esto ya lo vivimos el año pasado, esto es un déjà vu”, acotó.
Entrevistado en El Mostrador en La Clave, el timonel de la Cámara Nacional de Comercio, ahondó en el punto y señaló que “yo he dicho esto que lo esencial es demencial”, argumentando que la definición entregada por la autoridad es “caprichosa, antojadiza, relativa, injusta” y “hay imprecisión”. A su juicio, en las restricciones hay una “intromisión en la vida de las personas, es un abuso desde el punto de vista de ejercicio de la autoridad” y atribuye el control a una “parafernalia política” más que a otra cosa.
De acuerdo a las nuevas medidas, no se podrá vender al por menor “prendas y accesorios de vestir”, “calzados en comercio especializado”. Tampoco se permite “ventas al por mayor de perfumes, tocador y cosméticos”. En tanto, se considera como bienes y servicios imprescindibles a “los alimentos, medicamentos, artículos de aseo y de higiene personal, el teletrabajo, la educación a distancia”, entre otros.
En particular, respecto de las medidas que afectan al delivery, Melero señala que “es otra arena movediza en la que se ha metido la autoridad”. “Esto de definir lo esencial y lo no esencial venimos peleándolo hace un año. El año pasado, conseguimos que por lo menos en el despacho a domicilio la gente pudiera comprar de todo, pero ahora hemos dado vuelta atrás. Al menos la autoridad en esta oportunidad tuvo el criterio de ampliar el ámbito de lo esencial que no fuera solo alimentos y medicamentos, pero se le quedaron muchas cosas fuera. No hay mucho fundamento, hay imprecisión”, insistió Melero.
Con todo, en la CNC descartan llevar el tema a tribunales. “Nosotros estamos hoy día concentrados en colaborar con las autoridades, por lo que de momento no interpondremos recursos judiciales por inconstitucionalidad por definición de servicios esenciales», dijo el dirigente.
Melero añadió que se encuentran “tratando de colaborar, tratando de entender a la autoridad”, pero insiste en la tesis de que “no es en nuestros establecimientos donde se contagia la gente”. “No es ahí (el comercio) donde está el problema”, no digo que nadie se contagie pero nos dan duro con las medidas, con las fiscalizaciones, pagando justos por pecadores”, sostuvo.
A juicio del presidente de la CNC, las restricciones también terminan afectando al sector formal, en desmedro del informal. “Somos el blanco más visible, más tangible, más fácil de regular, de fiscalizar, y hacer una parafernalia política, pero siempre caen en los mismos, en los formales”, añadió.
“Tengo el caso de una amiga que fue temprano al supermercado y tenía que comprar unos pijamas térmicos para sus hijos, los niños han crecido y llegó a la caja y le dijeron que no lo podía llevar. Pero es algo esencial. No hay disposiciones taxativas en este sentido, la autoridad no ha emitido un dictamen, son solo recomendaciones generales. ¿Y qué hizo mi amiga? Lo compró en el mercado informal, eso está pasando”, contó.
Una idea similar a la de Melero planteó el presidente de la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC), Juan Sutil, quien sostuvo que “la restricción muchas veces es un incentivo a la informalidad. A veces el remedio es peor que la enfermedad, es un tema que debe ponerse en la balanza”.
Entrevistado en Radio Concierto, Sutil sostuvo que «si una persona va al supermercado a comprar alimento, no veo problema de porque no puede llevar alguna cosa extra» y a su juicio personal “yo no hubiese restringido la posibilidad del delivery, estos tienen protocolos y medidas de seguridad”.