Los países del Grupo de los Siete buscan encabezar la lucha contra el cambio climático y acelerar el abandono de los combustibles fósiles acordando la eliminación progresiva de la generación de electricidad a partir del carbón, según declaró el ministro de Economía alemán, Robert Habeck. Habeck hizo estas declaraciones mientras los ministros de Energía, Clima y Medio Ambiente del G7 se disponían a discutir sobre cómo mantener los objetivos del cambio climático en unas conversaciones ensombrecidas por la espiral de los costes energéticos y las preocupaciones sobre el suministro de combustible provocadas por la guerra en Ucrania. El conflicto ha empujado a algunos países a comprar más combustibles fósiles que no procedan de Rusia y quemar carbón para reducir su dependencia de los suministros rusos, lo que hace temer que la crisis pueda socavar los esfuerzos para luchar contra el cambio climático.
Los ministros de energía del G7 solicitaron al grupo de países productores de petróleo que componen la OPEP que bombeen más petróleo a medida que la guerra de Rusia en Ucrania empuja los precios del crudo a sus niveles más altos en una década.
La convocatoria figuraba en el comunicado final de una reunión de ministros de energía y medio ambiente del G7 en Alemania, que ocupa la presidencia rotatoria del grupo de economías industriales avanzadas.
Los ministros señalaron que la guerra había desencadenado un aumento de los precios del petróleo, el gas y el carbón, avivando un aumento de la inflación que estaba ejerciendo una enorme presión sobre los hogares de bajos ingresos, así como sobre las empresas y la industria.
«Pedimos a los países productores de petróleo y gas que actúen de manera responsable y respondan al endurecimiento de los mercados internacionales, señalando que la OPEP tiene un papel clave que desempeñar», dijeron los ministros, según consignó Financial Times.
También dijeron que era una cuestión de «especial urgencia» para la UE disminuir su dependencia del gas natural ruso, y destacaron el importante papel que podría desempeñar el aumento del suministro de gas natural licuado (GNL) «para mitigar las posibles interrupciones del suministro de gas gasoducto, especialmente a los mercados europeos».
Por su parte la OPEP está dispuesta a mantener la producción de petróleo acordada el año pasado en su reunión del 2 de junio y a elevar los objetivos de bombeo de julio en 432.000 barriles por día (bpd), según dijeron a Reuters seis fuentes, rechazando los llamados de Occidente para acelerar el aumento para reducir los precios.
Los países occidentales, que se enfrentan a tasas de inflación récord que amenazan el crecimiento económico, han pedido en repetidas ocasiones al grupo que acelere sus aumentos de producción.
Los miembros del grupo sostienen que el mercado del petróleo está equilibrado y que las recientes alzas de precios no están relacionadas con los fundamentos.
En virtud de una operación pactada en julio del año pasado, la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados, encabezados por Rusia, han ido reduciendo sus recortes de producción récord con aumentos de unos 400.000 bpd cada mes.
Los recortes se desharán por completo a fines de septiembre, pero el bombeo del grupo ha disminuido drásticamente en la realidad, ya que las sanciones y la reticencia de los compradores han afectado a la producción rusa, mientras que Nigeria y Angola extraen muy por debajo del objetivo.
«¿Por qué cambiar lo que funciona perfectamente?», dijo una de las fuentes del grupo. «Anunciaremos que vamos a aumentar nuestra producción en 432.000 bpd aunque ya no podamos hacerlo».
En abril, la OPEP+ produjo 2,6 millones de bpd por debajo de sus objetivos, según datos internos, y la mitad del déficit correspondió a Rusia.
El viceprimer ministro ruso, Alexander Novak, declaró que se espera que la producción de petróleo y condensados en el país caiga más de un 8%, a 480-500 millones de toneladas este año.
Los precios del petróleo han subido un 5% en lo que va de mayo, sobre todo por expectativas de que la Unión Europea acuerde un embargo a los suministros rusos. El crudo Brent cotizaba el jueves cerca de los 115 dólares por barril.
Rusia ha incrementado de forma considerable las exportaciones de petróleo a China e India a medida que las ventas a los compradores europeos se vuelven más problemáticas.
Además de la preocupación por el petróleo, los ministros de Energía y Clima del G7 cerraron este viernes su reunión en Berlín con un compromiso para impulsar la independencia de los combustibles fósiles, en particular el carbón, y emplear recursos de forma más sostenible, con el fin de proteger el clima y el medioambiente.
La ministra alemana de Clima y Medio Ambiente, Steffi Lemke, que presentó los resultados junto con su colega de gabinete Robert Habeck, vicecanciller y titular de Energía, calificó la reunión, en la que se abordaron las «tres grandes crisis del clima, la biodiversidad y la polución» de «éxito».
Se trata de problemas que no se pueden «evitar», ni «postergar», subrayó, pero el club de naciones industrializadas, que junto a Alemania incluye a Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Francia, Italia y Japón, «acepta el desafío».
Por ello, además de dar pasos hacia la descarbonización del suministro eléctrico, los titulares decidieron que el nuevo marco global para la biodiversidad debe ser finalizado este año y acordaron mejorar la financiación para luchar contra la extinción de especies hasta 2025.
Además, el G7 llegó a un acuerdo para proteger el 30 % de los océanos hasta 2030, adoptar medidas a nivel nacional contra la polución por plásticos y para hacer más sostenibles las cadenas de suministros y, finalmente, crear un nuevo plan de trabajo para mejorar la eficiencia en el uso de recursos.
Habeck, por su parte, adoptó un tono más crítico y destacó que a pesar de las ambiciones expresadas en teoría en este tipo de encuentros, no se ha hecho lo suficiente y el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5 grados es ya prácticamente inalcanzable.
No obstante, aunque ya no es posible detener el cambio climático, sí que es factible frenarlo, indicó.
En este sentido, señaló que los reunidos han conseguido consensuar objetivos concretos, como por ejemplo el ahorro en emisiones de metano y un paso «fundamental» en la descarbonización, el compromiso de que para 2035 el sector eléctrico en todo el G7 ya solo dependa del carbón en mínima medida.
Acordaron también descarbonizar el transporte hasta 2030 a través de la incentivación del uso de vehículos de emisiones cero.
Habeck subrayó también la importancia del consenso para eliminar de forma progresiva las subvenciones a los combustibles fósiles y destacó que, pese a la complejidad de la cuestión, es «absurdo» utilizar el dinero del contribuyente para financiar actividades dañinas para el medioambiente.
Los ministros, a los que acompañaron en la rueda de prensa sus homólogos japoneses y Alok Sharma, el presidente de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, subrayaron en todo momento la «solidaridad» con Ucrania.
Aunque el comunicado final enfatizó la necesidad de reducir la dependencia energética de Rusia, sobre todo en el mercado europeo, en este sentido los responsables de Energía no pusieron sobre la mesa compromisos concretos.
Según explicó Habeck, cada país parte de un punto de partida diferente y también las posturas políticas de los diversos gobiernos han llevado a que las dificultades se concentren en sectores distintos.
«La cuestión decisiva es avanzar con respecto al statu quo», subrayó, y argumentó que aunque «siempre se puede hacer más», lo importante es dar pasos con que progresar.
Preguntado por las importaciones de gas natural licuado (GNL) para sustituir al gas de origen ruso, indicó que en estos momentos Alemania sigue importando entre 30.000 y 33.000 millones de metros cúbicos de gas de Moscú.
Antes de finales de año estarán en funcionamiento dos terminales flotantes para importar GNL, a las que sumarán otras dos el año que viene y Habeck dio a entender que la independencia total de Rusia podría lograrse de cara a 2024 o 2025.
«Nuestros esfuerzos para suplir la demanda a corto plazo tienen éxito, pero debemos tener cuidado de no tener demasiado,» señaló, puesto que el gas es una forma de energía que es preciso abandonar lo antes posible en favor de las renovables