Esto quiere decir que el BC llama a un “colchón” de capital disponible en caso de estrés financieros, para poder hacer frente a cualquier impacto negativo ante eventuales restricciones abruptas de servicios esenciales como el crédito. “El RCC tiene una lógica preventiva, es decir, se activa cuando las condiciones financieras y la situación de los bancos lo permiten, generando mayor fortaleza al sistema bancario, razón por lo que se la considera una medida macroprudencial”, comunicaron.
Este miércoles el Banco Central publicó su Informe de Estabilidad Financiera (IEF) del primer semestre de 2023. En este, no ve con buenos ojos el futuro económico, puesto que “advierte una elevada incertidumbre por las condiciones financieras globales”.
Ante la advertencia, el ente monetario decidió activar el Requerimiento de Capital Contracíclico (RCC) del 0,5%. La decisión es de “carácter macroprudencial cuyo objetivo es aumentar la resiliencia del sistema bancario frente a episodios disruptivos que pueden tener un impacto significativo en la economía, contribuyendo con ello a la estabilidad financiera”.
Esto quiere decir que el BC llama a un “colchón” de capital disponible en caso de estrés financieros, para poder hacer frente a cualquier impacto negativo ante eventuales restricciones abruptas de servicios esenciales como el crédito.
“El RCC tiene una lógica preventiva, es decir, se activa cuando las condiciones financieras y la situación de los bancos lo permiten, generando mayor fortaleza al sistema bancario, razón por lo que se la considera una medida macroprudencial”, comunicaron.
El ente emisor precisó que está decisión responde a factores internacionales como nacionales, pero principalmente el bancario mundial.
Al detallar al respecto, señalizaron que el deterioro a fines de 2022 de las condiciones financieras elevó la incertidumbre sobre su evolución, dejando en “manifiesto debilidades de regulación, supervisión y gestión de riesgos en las entidades afectadas”.
A ello agrega las restricciones en la oferta del crédito en la Eurozona y EE.UU., junto con la demanda debilitada en el sector.
En cuanto a los factores nacionales, el Banco Central comunicó que “las pruebas de tensión del sistema bancario, que se presentan en el Informe de Estabilidad Financiera, dan cuenta de la solvencia de la banca. Esta se encuentra con un nivel de provisiones y capital suficiente para enfrentar un escenario de tensión severo. Sin perjuicio de lo anterior, el sistema está en proceso de convergencia a Basilea III”.
Este escenario provocó el aumento en el riesgo de ocurrencia de un shock externo severo de probabilidad baja, pero con eventuales efectos negativos.