La Moneda enfrenta un complicado escenario para alcanzar un pacto fiscal, tras un portazo del empresariado a la idea de subir los impuestos, y ante la molestia de una parte de la oposición por reuniones que han sostenido el Presidente Gabriel Boric y el ministro de Hacienda, Mario Marcel, con gremios y pymes para lograr un acuerdo que lleve a buen puerto una reforma que es crucial para el programa del Ejecutivo. Sin embargo, tanto los empresarios como la oposición no siempre han estado en contra de reformar el sistema tributario y, como dijo el exlíder del empresariado Alfonso Swett durante el estallido social, “meterse la mano al bolsillo aunque duela”.
El Gobierno ha desplegado toda su fuerza negociadora, tras sufrir –en primer lugar– el rechazo a la idea de legislar la primera versión de la reforma tributaria en la Cámara y después que, ahora, la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), liderada por Ricardo Mewes, cerrara la puerta a cualquier aumento de impuestos, aunque en el empresariado no descartaron apoyar medidas como la modernización del Estado, la eficiencia del gasto público y la reducción de la evasión tributaria. El tema es que el sector empresarial no siempre estuvo en contra.
El ministro de Hacienda, Mario Marcel, fue el encargado de recordarles que “hace no mucho tiempo escuchábamos una actitud bastante más abierta a los temas tributarios” de parte del sector empresarial. Y es que el propio Mewes dejaba la puerta entreabierta –en marzo de este año– a la posibilidad de aumentar el impuesto a las empresas, a cambio de no avanzar en la discusión del tributo a la riqueza. “Claramente, tenemos una mirada común entre las ramas de que esto es el mal menor, porque creemos que es mucho más perjudicial gravar el ahorro”, señalaba Mewes durante el tradicional comité ejecutivo de la confederación.
Pero el cambio de postura de la CPC no es nuevo. Hay claramente un antes y un después del estallido social. El expresidente de la entidad, Alfonso Swett, en octubre de 2019, aseguraba que desde el gremio de los empresarios existía plena conciencia de que ellos debían ser parte de una solución para la crisis social que afectaba a Chile. “Sabemos que tenemos la obligación de ser parte de la solución, sabemos que tenemos que agrandar nuestras manos; y meternos las manos al bolsillo y que duela”, indicó en pleno estallido.
Un par de años más tarde, en 2021, la idea de meterse la mano al bolsillo seguía vigente en el empresariado. En tal sentido, el entonces presidente de Falabella, Carlo Solari, se mostró a favor de que existiera un acuerdo tributario para superar la crisis económica provocada por la pandemia, aunque aclaró estar en desacuerdo con el proyecto de ley que buscaba crear un impuesto a los “superricos”. De todas formas, en entrevista con El Mercurio, el empresario dijo que “las personas que más tenemos debiéramos pagar más impuestos, y todos aquellos que tienen exenciones y beneficios tributarios habría que ver cómo pueden aportar; y también aumentar la base de personas que pagan impuestos, ya sea por global o por impuesto a la renta, aunque sea un mínimo y en forma gradual. Hablamos mucho de subir los impuestos y yo no veo la reforma del Estado”, indicó en dicha oportunidad.
“Es sorprendente el cambio de postura del empresariado, que hace poco estaban abiertos a pagar más impuestos. No hay que olvidar que en plena crisis social teníamos a Andrónico Luksic, a Cecilia Morel, hablando de lo importante de distribuir la riqueza, de compartir los privilegios, y hoy están buscando poner todo eso debajo de la alfombra. Su actitud es irresponsable y le hace un daño tremendo al país. Yo espero que ellos revalúen su postura”, señaló hace unos días la diputada y presidenta de la Comisión de Hacienda de la Cámara, Gael Yeomans (CS).
La diputada Yeomans, junto con recordar el audio filtrado de la esposa del ex Presidente Sebastián Piñera, Cecilia Morel, hizo referencia a la “carta abierta” publicada por Luksic, quien también durante el estallido social les exigió a sus pares del gran empresariado que ayudasen a “pagar la cuenta” de Chile e, incluso, se abrió a la posibilidad de un impuesto especial que gravara el patrimonio de los más ricos. No obstante, el año pasado, tras un emplazamiento del diputado Diego Ibáñez, el presidente de Quiñenco reculó al respecto: “No genere falsas expectativas, señor”, le dijo al parlamentario oficialista que calculó cuánto pagaría el poderoso empresario con dicho gravamen.
Eso sí, la postura es disímil al interior de Quiñenco. Francisco Pérez Mackenna, gerente general del conglomerado empresarial, sostuvo en agosto de 2022 –durante una charla organizada por la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez– que “a los grandes empresarios muchas veces les conviene que suban los impuestos”, aunque en junio de 2023 matizó sus declaraciones y apuntó a ampliar la base de contribuyentes: “Siempre he pensado que países pequeños como el nuestro, que ya fueron capaces de darse una institucionalidad capaz de generar crecimiento, debieran transformar su estructura tributaria en un arma competitiva en favor de la inversión y del desarrollo humano sostenible”, dijo a La Tercera.
Recientemente, el profesor Jorge Atria, académico de la Escuela de Sociología de la UDP e investigador del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES), abordó el tema junto a Mirna Schindler, durante el programa Al Pan Pan en El Mostrador Vodcast. El académico se refirió a la desconfianza del mundo empresarial con el aumento de los impuestos, afirmando que en Chile hay líderes de ese ámbito que son particularmente renuentes a que el rol del Estado sea un poco mayor, junto con argumentar que, por ejemplo, “pagar más impuestos va a permitir exigirle más al Estado”.
Según adelantó El Mostrador Semanal, el portazo de la CPC y varios consejeros de la Sofofa a la idea de subir impuestos es un cambio dramático respecto de lo que se hablaba hasta hace unos meses y reflejo de que, envalentonados por la debilidad del Gobierno, saben que tienen la sartén por el mango y el poder para bloquear cambios. La postura de la Sofofa es firme y, al respecto, la presidenta de la asociación de gremios del sector industrial, Rosario Navarro, rechazó tajantemente la idea de subir los impuestos a las empresas y trazó una “línea roja” en este tema.
Sin embargo, pese a los dichos de su actual presidenta, hay otra frase, aunque data de mucho antes, dicha por Felipe Lamarca, expresidente de la Sofofa y hombre fuerte del grupo Angelini. “Chile no va a cambiar mientras las elites no suelten la teta”, declaró en 2005 Lamarca, quien en 2020 tomó la decisión de dar un paso al costado y dejar el mundo empresarial en abril de ese año.
Respecto de la oposición, entró al debate el destacado economista y académico de la Facultad de Economía y Negocios (FEN) de la Universidad de Chile, Joseph Ramos. En entrevista con Emol, sostuvo que “hay algo de populismo en la oposición”, relacionado esto con la exigencia de reducir los gastos ineficientes del Estado. “¿Por qué no lo hicieron en el gobierno anterior si era tan obvio? Mucho de eso es para la galería”, cuestionó.
Pese a los cambios de postura, la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) ya dijo que aumentar impuestos no es el camino adecuado para el país, pues –a su juicio– obstaculiza el crecimiento económico, la inversión y la creación de empleo de calidad. El ministro de Hacienda, Mario Marcel, respondió a esta postura en una carta, valorando el diálogo con la CPC, pero señalando que el crecimiento económico y la eficiencia del gasto público no son suficientes para financiar los gastos requeridos, como el aumento de la protección social, la reducción de las listas de espera en los hospitales y el fortalecimiento de la seguridad ciudadana.
El jefe de la billetera fiscal subrayó la necesidad de una reforma tributaria y propuso un trabajo técnico para evaluar el potencial efectivo de generación de recursos fiscales. Aunque el señalado gremio empresarial se negó a discutir aumentos de impuestos, el ministro Marcel lo invitó a participar en la creación de incentivos tributarios a la inversión, la formalización y la productividad, así como respecto a la revisión de la tributación de los ingresos altos, las exenciones y los gastos tributarios no justificados, junto a la eliminación de prácticas de elusión fiscal. En general, se busca colaborar en la búsqueda de medidas que impulsen el crecimiento económico y el uso eficiente de los recursos públicos en el marco de un pacto fiscal, para satisfacer las demandas de la sociedad de manera justa y realista, según lo señalado por el titular de Hacienda.
Carta respuesta CPC by El Mostrador
El ministro Marcel se encuentra en Nueva York participando en el Chile Day, precisamente con el objetivo de informar a inversionistas extranjeros que la reforma tributaria incluirá nuevos incentivos al crecimiento y la inversión. En la primera jornada del encuentro, el jefe de Teatinos 120 sostuvo conversaciones en el Council of the Americas, así como con gestores de fondos y economistas de Wall Street.
Cabe mencionar que parte importante del discurso del Presidente Gabriel Boric durante la Cuenta Pública 2023 giró en torno a la reforma tributaria. El Primer Mandatario sostuvo que de su aprobación depende el envío de una serie de proyectos sociales que requieren financiamiento, como el nuevo sistema de créditos universitarios que reemplazará al CAE, saldar la deuda histórica de los profesores y la nueva propuesta de sala cuna.
Y, después que la oposición fijara como una de sus líneas rojas incorporar nuevos incentivos al crecimiento y la inversión, y no solo recaudar, el Jefe de Estado detalló que insistirá en los mecanismos de incentivos al crecimiento, la inversión y el desarrollo que se incorporaban en la reforma rechazada en la Cámara de Diputadas y Diputados. “A fines de julio, mi Gobierno insistirá en el Senado para que retomemos la tramitación legislativa de la reforma tributaria, de modo de conciliar las herramientas para financiar las prioridades acordadas”, señaló el Mandatario.