Bajas en la TPM suelen favorecer a activos chilenos, y nos referimos tanto a acciones como bonos. En los últimos tres ciclos de recortes anteriores el IPSA mostró un desempeño positivo en los siguientes 6 meses luego de la primera baja. Por el lado de la renta fija, la reacción de mercado tras la última decisión de política monetaria fue de una caída en las tasas de interés (particularmente en los plazos más cortos), lo que eleva los precios de los bonos, que también se verán favorecidos por ganancias de capital cuando comience a bajar la TPM. En la medida que el mercado comienza a internalizar que se acerca el recorte de tasas, de manera anticipada y posiblemente en mayor magnitud que lo anteriormente esperado, se abren las puertas a que el mercado chileno muestre mayores rendimientos que otros mercados.
En su última reunión de política monetaria, el consejo del Banco Central de Chile (BCCh) decidió mantener la Tasa de Política Monetaria (en 11,25%, TPM en adelante) en línea con lo que esperaba el mercado. Sin embargo, el comunicado mostró desacuerdos entre sus miembros, por primera vez en varias reuniones. En esta ocasión, dos de los cinco consejeros optaron por un recorte de 50 puntos base (pbs.), que según sus declaraciones se alinearía con la consolidación de la convergencia de la inflación y apuntan a que el primer recorte se realice en la próxima reunión de julio, con una magnitud de al menos 50 pbs.
Históricamente, los ciclos de recortes de TPM suelen comenzar con bajas acotadas cuyas magnitudes pueden aumentar, considerando que el nivel actual de tasas de interés no lo veíamos desde fines de los 90s. A su vez, las perspectivas apuntan a que la TPM cierre el año en 8% (recorte de 325 pbs. en total desde el nivel actual), lo que sugiere una postura de política monetaria aún contractiva y con una tasa de interés real que continuaría elevada.
Esta decisión fue acompañada del Informe de Política Monetaria (IPoM) de junio, que nos entregó ciertas luces de la evolución de la economía. Este confirmó que la inflación está convergiendo, en medio de un ajuste del consumo privado debido a un débil mercado laboral y restrictivas condiciones financieras. Esto, en un contexto global de bajas perspectivas de crecimiento, con los principales bancos centrales del mundo aún subiendo tasas de interés.
En concreto, en el IPoM de junio se recortó el límite superior del rango de proyección de crecimiento para este año (hasta -0,5% a 0,25%), de la mano de una demanda interna más deteriorada, pero que ayudará a una convergencia más rápida de la inflación. Además, el corredor de la TPM -muestra posibles escenarios respecto de la trayectoria de tasas- se trasladó levemente hacia abajo, sugiriendo que los recortes serían más rápidos y pronunciados que lo estimado en el IPoM de marzo. Así, considerando los escenarios extremos, la TPM podría ubicarse entre 7,75% y 10,5% a diciembre de 2023.
Bajas en la TPM suelen favorecer a activos chilenos, y nos referimos tanto a acciones como bonos. En los últimos tres ciclos de recortes anteriores el IPSA mostró un desempeño positivo en los siguientes 6 meses luego de la primera baja. Por el lado de la renta fija, la reacción de mercado tras la última decisión de política monetaria fue de una caída en las tasas de interés (particularmente en los plazos más cortos), lo que eleva los precios de los bonos, que también se verán favorecidos por ganancias de capital cuando comience a bajar la TPM. En la medida que el mercado comienza a internalizar que se acerca el recorte de tasas, de manera anticipada y posiblemente en mayor magnitud que lo anteriormente esperado, se abren las puertas a que el mercado chileno muestre mayores rendimientos que otros mercados.
Así, el comienzo del ciclo de recortes de TPM en Chile nos llevaría a desacoplarnos de países desarrollados que aún tienen alzas de tasas pendientes o que volvieron a subir luego periodo de pausa. Dentro de la región, también seríamos pioneros en comenzar con las bajas de tasas, luego de Uruguay. A lo anterior se suma un contexto de menor incertidumbre política, con un moderado proceso constituyente que avanza sin mayores perturbaciones y una mejor disposición al diálogo de parte de los principales actores políticos para llegar a acuerdos, además de la ausencia de procesos electorales en los próximos meses. En este contexto, los acontecimientos que están por venir entregan soporte al rendimiento de los activos chilenos.
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