“Si después del 4 de septiembre del año pasado nos quedamos con la impresión que nos habíamos salvado del desastre, hoy hay que reconocer que las cosas no son tan simples”, dice, para agregar que “los numerosos casos de corrupción que han surgido recientemente bajo el capítulo de “convenios” no ayuda porque desvía la atención, escasa de todas maneras, de los problemas urgentes que requieren de una solución próxima y concentra las energías en tratar de infligir el mayor daño posible en el gobierno y las de éste en defenderse”.
En medio de la impresión inicial de que Chile había evitado el desastre tras los acontecimientos del 4 de septiembre del año pasado, la realidad actual es más compleja. De acuerdo al último informe Gemines, de agosto 2023, “el Gobierno y la oposición están contribuyendo a acercar al país al abismo”, al resistirse a abordar los problemas y deficiencias que han sido ignorados durante mucho tiempo.
“Si después del 4 de septiembre del año pasado nos quedamos con la impresión que nos habíamos salvado del desastre, hoy hay que reconocer que las cosas no son tan simples”, dice, para agregar que “los numerosos casos de corrupción que han surgido recientemente bajo el capítulo de “convenios” no ayuda porque desvía la atención, escasa de todas maneras, de los problemas urgentes que requieren de una solución próxima y concentra las energías en tratar de infligir el mayor daño posible en el gobierno y las de éste en defenderse”.
“La inacción política tiene un impacto negativo en la economía, generando frustración y escasez de oportunidades que podrían desencadenar un nuevo estallido social”, dice el informe.
El informe menciona los casos del exministro Giorgio Jackson y la actitud obstruccionista de la UDI. “Rabietas, golpes bajos e incompetencia”, dice.
En los últimos años, el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) ha sido modesto, con un promedio de alrededor del 2.2% hasta 2019 y 2.3% hasta 2022. Esto se traduce en un aumento per cápita de tan solo un 0.8% a 0.9% anual, lo que requeriría unas ocho décadas para duplicar el nivel actual y no permite reducir la brecha con las naciones más ricas. Esta falta de crecimiento se relaciona con problemas más profundos, como la falta de capital humano, el aumento de los costos de inversión y la falta de impulso en proyectos de infraestructura.
La educación también ha sido un factor crucial en el estancamiento económico. A pesar de las reformas y la inversión en educación, las prioridades se han desviado, priorizando la educación superior en lugar de la educación preescolar y básica. Esto ha llevado a una disminución en la calidad de la educación pública y la degradación de los liceos emblemáticos, lo que plantea problemas tanto laborales como productivos en el futuro cercano.
En este contexto, la política se ha vuelto cada vez más desgastada y polarizada. El desprestigio del Congreso y la falta de avances en reformas fundamentales han minado la confianza en la clase política. La posibilidad de un segundo proyecto de constitución también está en riesgo de ser rechazada, lo que podría provocar una mayor incertidumbre institucional. En consecuencia, el panorama político y económico de Chile se ve sombrío, con falta de soluciones claras y una situación que se asemeja a la de un Estado fallido incapaz de proteger a sus ciudadanos o generar oportunidades para el progreso.
Por otro lado, el Banco Central ha experimentado cambios drásticos en su enfoque. Tras transmitir una imagen de dureza en la lucha contra la inflación, ha optado por reducir rápidamente las tasas de interés, lo que podría tener implicaciones negativas en la estabilidad económica. Este cambio podría haber sido influenciado por la presión de especuladores externos y una devaluación de la moneda nacional, lo que genera preocupaciones sobre el control de la inflación y la estabilidad financiera.
En resumen, Chile se enfrenta a desafíos económicos y políticos significativos debido a la falta de acción en la solución de problemas persistentes. La polarización política, la falta de inversión efectiva y la pérdida de competitividad amenazan con mantener al país en un estado de estancamiento y descontento, lo que podría llevar a un nuevo estallido social si no se abordan adecuadamente estas cuestiones críticas.