El organismo aseguró que el país se encamina hacia su crecimiento tendencial y a la meta de inflación del 3%. Según el FMI, es necesario reformar el régimen tributario y de pensiones, aunque el principal riesgo interno es la polarización y la fragmentación política que podrían retrasar los cambios.
El informe anual del Artículo IV del Fondo Monetario Internacional (FMI) concluyó su evaluación sobre la economía chilena, destacando avances significativos en la corrección de desequilibrios macroeconómicos provocados por la pandemia del Covid-19, aunque alertó sobre desafíos persistentes relacionados a la polarización y a la fragmentación política.
Los técnicos del FMI afirmaron que Chile está “encaminado” hacia un crecimiento estable, proyectando un incremento del Producto Interno Bruto (PIB) real entre el 1,5% y el 2% para el próximo año, aumentando a un rango de 2% a 2,5% a mediano plazo. Sin embargo, advirtieron sobre la complejidad de la coyuntura externa, subrayando la necesidad de reformas continuas para fortalecer la economía.
En cuanto a la inflación, se espera un cierre entre el 4% y el 4,5% para este año, convergiendo hacia la meta del 3% del Banco Central a mediados del próximo año. También, se pronosticó una reducción en el déficit en cuenta corriente, disminuyendo al 3,25% del PIB en 2023 y aproximándose al 3% a mediano plazo.
El informe hace hincapié en la urgencia de reformar el régimen tributario y de pensiones para respaldar las necesidades sociales y promover la inversión, especialmente hacia la transición verde, destacando la importancia de una estrategia clara para el desarrollo de la industria del litio.
Sin embargo, el FMI advirtió sobre riesgos internos, enfatizando la polarización y la fragmentación política y su impacto en posibles demoras en las reformas, junto con la incertidumbre en la solvencia de las isapres. Además, señaló la persistencia del descontento social por la desigualdad y la seguridad.
A nivel externo, el FMI resaltó riesgos relacionados con las altas tasas de interés globales, la volatilidad en los precios de las materias primas debido a la desaceleración en China y la intensificación de conflictos regionales.
Las recomendaciones incluyen la reanudación del programa de acumulación de reservas por parte del Banco Central cuando las condiciones del mercado lo permitan, como protección ante posibles riesgos en una economía global más volátil. Respecto a la política fiscal, se sugiere adelantar la reducción del déficit para facilitar el cumplimiento de las metas gubernamentales a mediano plazo, aunque esto implicaría restricciones en el gasto en los años subsiguientes en ausencia de nuevas medidas tributarias.
El FMI también aboga por un pacto fiscal que contribuya a una economía más equitativa y dinámica, proponiendo alternativas de recaudación como ajustes en impuestos correctivos, revisión del impuesto a la renta y aumentos graduales en el gravamen al carbono para alcanzar metas de emisiones netas y contribuciones nacionales.
No obstante, el informe reconoce avances significativos en el marco fiscal de Chile, destacando la gestión de la deuda pública, la introducción de metas fiscales anuales y propuestas para fortalecer la descentralización fiscal y la transparencia financiera a nivel regional.
El FMI insta a Chile a mantener un enfoque proactivo en estas áreas para fortalecer su economía y adaptarse a un entorno global más desafiante y volátil.