MERCADOS
La consultora fundada en 1974 por un grupo de Chicago Boys aplaude el paso de un programa “refundacional de izquierda” a uno de “corte social demócrata” con medidas para estabilizar la economía. Sin embargo, iniciativas como el aumento del sueldo mínimo y las 40 horas son vistas como perjudiciales.
En su más reciente informe, la consultora Gemines —liderada por los economistas Alejandro Fernández y Tomás Izquierdo—aborda las realidades y expectativas de la política económica en Chile, haciendo un llamado a la comprensión de los límites inherentes a un gobierno de izquierda, especialmente uno que incluye al Partido Comunista, como el que encabeza el Presidente Gabriel Boric desde marzo de 2022.
El análisis señala que debemos reconocer el paso de un programa “refundacional de izquierda”, a un programa de “corte social demócrata”, que —valora—ha acotado mucho el plan de reformas más disruptivas sobre la economía. Sin embargo, “no podemos pedirle a un gobierno de izquierda que desarrolle un programa de centro derecha promercado“, recalca la consultora fundada en 1974 por Álvaro Bardón junto a otros Chicago Boys.
Gemines destaca que dicho cambio de enfoque, liderado por el ministro de Hacienda, Mario Marcel, ha incluido medidas para estabilizar la economía, como la reducción del déficit en la cuenta corriente y el control de la inflación, y ha mostrado “una resistencia a adoptar medidas populistas”, como el congelamiento de tarifas eléctricas.
En términos de reformas, de acuerdo al análisis de una de las más influyentes del mercado y asesora de grandes empresas, el Gobierno ha optado por acotar la llamada “permisología” para disminuir la incertidumbre en la aprobación de proyectos de inversión, aunque “más lentamente de lo que se quisiera“.
Asimismo, señala, el Ejecutivo ha reorientado sus esfuerzos desde el incremento de la carga tributaria hacia proyectos centrados en reducir la evasión y la elusión fiscal. Pero no solo eso, Gemines también destaca que se pasó “desde refundar el sistema de seguros de salud, en torno a la salud pública, a salvar, al menos en el mediano plazo, a la industria de las Isapre. Y desde una reforma profunda al sistema previsional, a un eventual acuerdo en torno a un sistema que mantiene el foco principal en torno a la capitalización individual”.
No obstante, el informe subraya que ciertas iniciativas no favorecen a la economía, como el incremento del salario mínimo a 500 mil pesos y la reducción de la jornada laboral—hitos celebrados especialmente por el Partido Comunista—. Estos ejemplos, según Gemines, ilustran la “agenda de reivindicaciones laborales” típicas de un gobierno de izquierda y refuerzan la idea central del informe.
Mirando hacia el futuro, Gemines anticipa un panorama económico con muchos factores de incertidumbre, aunque con algunos elementos favorables como la proyección del precio del cobre. En el ámbito político, aunque la democracia liberal con economía social de mercado parece tener buen pronóstico, se reconoce una prolongada crisis en el sistema político-electoral, marcada por la fragmentación y la dificultad para gobernar.
El informe concluye que, aunque la democracia sigue operando y se anticipa un posible recambio en la orientación política hacia la centroderecha en los próximos eventos electorales, es fundamental reconocer las limitaciones y realidades inherentes al contexto político actual.
