La consultora considera que las estimaciones del Banco Central y del ministro de Hacienda son demasiado optimistas. Además, advierte que el Presupuesto 2025 enfrentará presiones significativas. Sin reformas urgentes, señalan desde Gemines, será difícil revertir estas proyecciones negativas.
“¿Crecimiento tendencial o estancamiento tendencial?”, se preguntan los economistas de Gemines en su más reciente informe, advirtiendo sobre un panorama económico complejo para Chile. La consultora fundada en 1974 por Álvaro Bardón junto a otros Chicago Boys sostiene que el bajo crecimiento y la caída en la inversión interna marcarán las proyecciones de la próxima década.
“La economía chilena se encuentra entrampada en un bajísimo ritmo de crecimiento”, señala el análisis de Alejandro Fernández, Tomás Izquierdo, Jean Paul Passicot y Guido Romo, resaltando que la caída en el ahorro interno y la inversión están entre los factores más preocupantes.
El mes pasado, desde Gemines alertaron que, a pesar de la recuperación económica observable en agosto, el mercado laboral seguía en deterioro, con un aumento en la tasa de desempleo. Además, en los meses anteriores, habían advertido sobre “papelones para todos los gustos” y “señales preocupantes” para el crecimiento económico anual.
Cabe mencionar que el Banco Central proyecta un crecimiento tendencial del PIB del 1,8% anual entre 2025 y 2034, basado en un aumento de la Productividad Total de Factores (PTF) del 0,35% anual. Sin embargo, el informe recalca que esta previsión parece “muy generosa”, dado que la PTF ha caído durante los últimos diez trimestres consecutivos. De hecho, Gemines advierte que “si en vez de crecer la PTF se mantiene estancada, el crecimiento tendencial sería de apenas 1,45% anual”.
En ese sentido, los economistas de Gemines recuerdan que, el ministro de Hacienda, Mario Marcel, “intentando dar una mirada optimista al problema”, señaló que las proyecciones del futuro reflejan el pasado, que puede ser modificado por las acciones del presente.
“Es cierto lo que dice Marcel, el problema es que el balance de lo que se ha hecho y, probablemente, lo que se haga en el futuro próximo difícilmente modificarán el menguado crecimiento potencial previsto para la próxima década y, por el contrario, se podría argumentar que, más bien, la tendencia será en la dirección opuesta”, alertan desde la consultora.
Uno de los temas clave abordados en el informe es el Presupuesto 2025, el cual —según Gemines—enfrentará limitaciones considerables. De acuerdo al análisis, el gobierno consumirá “todas las holguras disponibles para incrementar el gasto público”, lo que provocaría una gran presión en los presupuestos futuros. Eso sí, la consultora menciona que se proyecta un incremento del 8,5% en los ingresos para el próximo año, concentrado en los tributos de la minería privada, gracias a los efectos del royalty y al alza en los precios del cobre.
No obstante, precisan desde Gemines, este aumento en la recaudación dependerá en gran medida de la reducción en la evasión fiscal, un aspecto crucial según los economistas, ya que de no materializarse, “llevaría a un aumento considerable en el déficit previsto y a la necesidad de realizar recortes de gasto significativos”.
“Este análisis no pretende solo resaltar lo preocupante de las perspectivas futuras de Chile que se desprenden de las misérrimas perspectivas de crecimiento para la próxima década, sino dar un sentido de urgencia a la necesidad de llevar a cabo un conjunto de reformas que permitan instaurar un proyecto de crecimiento a mediano plazo que eleve esta expansión tendencial del PIB a 3,5% o 4% en un plazo razonable”.
El informe también reitera la preocupación sobre la situación laboral y el impacto en el consumo interno. Los analistas remarcan que el mercado laboral está mostrando signos de deterioro, con un aumento en la informalidad debido al “encarecimiento” del empleo formal. Y es que, aunque las remuneraciones reales han subido, comentan, esto no ha sido suficiente para revertir la desaceleración del consumo privado y la demanda interna.
En definitiva, concluye el informe, la economía chilena enfrenta desafíos estructurales profundos. Gemines enfatiza que, sin un acuerdo político amplio y reformas urgentes, será difícil revertir las proyecciones de bajo crecimiento. “Hacerlo es posible, pero requiere un acuerdo amplio y, como prerrequisito, una modificación profunda y urgente del sistema político y de otros pilares del marco institucional que no funcionan o lo hacen malamente ¿Será posible antes que sea demasiado tarde?”, se preguntan los economistas.