El FMI recortó su proyección de crecimiento para Chile en 2024 al 2,3%, destacando que la economía crece a un ritmo cercano a su potencial gracias a las exportaciones, pero de forma desigual entre sectores. Aún persisten presiones inflacionarias, especialmente en tarifas eléctricas y de transportes.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ajustó su proyección de crecimiento para Chile en 2024, pasando del 2,5% al 2,3%, y prevé una expansión de entre el 2% y el 2,5% en 2025. La actividad económica se está expandiendo a un ritmo cercano a su potencial, impulsada por las exportaciones mineras y de servicios. No obstante, el FMI advirtió que la recuperación es desigual entre sectores y que el mercado laboral continúa rezagado.
En el caso de la inflación, destacan que “se mantendrá por encima del objetivo del 3% hasta principios de 2026, debido principalmente al aumento acumulado del 60% de las tarifas eléctricas entre junio de 2024 y febrero de 2025. Además, la inflación subyacente ha repuntado en los últimos meses impulsada por el aumento de los costes de transporte y la pegajosa inflación de los servicios”.
Sin embargo, señalan que la recuperación económica pospandémica ha sido desigual en distintos sectores, además de que el mercado laboral continúa retrasado y las presiones inflacionarias no han desaparecido.
“Las necesidades políticas son ahora principalmente de carácter estructural. Las prioridades incluyen impulsar el crecimiento y el empleo a medio plazo, reforzar las reservas fiscales, del sector financiero e internacionales, especialmente en el contexto de un entorno mundial difícil, y seguir reduciendo la desigualdad”.
Asimismo, el informe advierte de la urgencia de impulsar el crecimiento económico del país. “Su modesto crecimiento potencial podría deberse en parte a las conexiones más débiles entre sus industrias en comparación con sus homólogos de la OCDE de rápido crecimiento en Asia y Europa del Este. En particular, el sector minero tiene vínculos limitados con otros sectores internos de la economía chilena”, señalan desde el ente, solicitando un mayor dinamismo económico “para hacer frente a muchas presiones sociales y fiscales”.
Entre las prioridades identificadas por el FMI están la agilización de permisos de inversión y evaluaciones medioambientales, la atracción de inversiones y aumento de producción en industrias relativas a transición energética, facilitar el I+D (investigación y desarrollo) e integrar a las mujeres al mercado laboral.
En esa línea destacan que “la estrategia de crecimiento del Gobierno tiene aspectos importantes que pueden reportar dividendos significativos si se aplica de forma rápida y coherentes”.