En lo que ya parece ser una costumbre, la variación del IMACEC de noviembre nuevamente se ubicó por sobre las expec
tativas de mercado. Aparte de confirmar el amplio rango necesario para las estimaciones económicas producto en parte de falta de información de varios sectores de la economía asociados a la demanda interna, es posible obtener un par de implicancias de estos nuevos datos.
Argumentos de la economía local ganan terreno: El Banco Central ha balanceado por un lado la incertidumbre de la situación externa y por otro el dinamismo de la demanda interna para sostener un sesgo neutro respecto a los próximos movimientos de política monetaria. La última cifra de IMACEC y el reciente desempeño de la economía a nivel internacional sesgarán el próximo comunicado hacia un posible riesgo de sobrecalentamiento de la actividad, el cual a nuestro juicio no se ha materializado.
Pese a todo, es difícil que el Banco Central suba la tasa: Si bien el comunicado podría incluir un sesgo más restrictivo, la opción de esperar una eventual desaceleración de la demanda interna en los meses más próximos resulta más atractiva para la autoridad monetaria. Lo anterior producto del importante diferencial de tasas de interés que genera ingresos importantes de flujos de capitales y su impacto sobre el tipo de cambio. Al fin y al cabo, el Banco Central ostenta cifras de inflación actuales bajo el 2% y expectativas de mediano plazo firmemente ancladas al 3%. En este esquema, una “intervención verbal” resulta más práctica.
Finalmente en 2013 llegaría la desaceleración: No es por ser pesimista, pero ya se observan ciertos indicadores de menor ritmo de actividad, particularmente de la inversión en maquinarias y equipos. Es razonable asumir una convergencia de ciertos indicadores, particularmente de consumo, hacia niveles coherentes con el crecimiento de los ingresos y un menor ritmo en la creación de empleo. De lo contrario tendríamos un déficit de cuenta corriente importante o presiones inflacionarias que desatarían un aumento de la inflación esperada, lo que generaría que el Banco Central adopte medidas que finalmente enfriarían la economía local de todas formas. Es decir, no es posible mantener la actual composición del crecimiento económico sin generar desequilibrios que gatillen acciones por parte de la autoridad monetaria.
Independiente de la eventual falta de información para intentar estimar certeramente el IMACEC, existe un claro sesgo de las estimaciones de mercado esperando un menor dinamismo de la economía, situación que empieza a parecer la convergencia natural en diversos escenarios. Aparentemente solo un impulso externo más auspicioso que el proyectado actualmente podría generar un crecimiento en 2013 cercano al observado el año pasado.