“Todos los temas conceptuales pasan por la revisión de Arenas”, asegura una fuente que ha seguido de cerca el trabajo que hace la Concertación desde enero, una labor que también ha observado con lupa el ex director de Presupuestos.
Los representantes de todos los partidos de oposición se reunieron por primera vez en las oficinas del Instituto Igualdad, en Darío Urzúa 1763, a comienzos de año para comenzar a trabajar en temas programáticos que le sirvan al candidato de la oposición que resulte electo en la primaria del sector.
“Todos sabemos quien tiene la ventaja”, comenta una persona ligada a esta instancia. Por eso es que muchos ven a esta iniciativa como un aporte al programa de la ex Presidenta. Para esto, cada partido de la Concertación (más el Partido Comunista y el de Sergio Aguiló, Izquierda Ciudadana) y sus respectivos centros de estudios, han puesto de cabeza a dos representantes a trabajar. En el caso del Instituto Igualdad (ligado al Partido Socialista) se encuentra Claudia Serrano, directora académica del instituto y mamá de Miguel Crispi, coordinador de Revolución Democrática, un grupo relevante con el que tendrá que conversar la ex Mandataria si es que quiere renovar las caras con las que espera gobernar.
Por el Partido Socialista también está Andrés Santander, quien ha sido vicepresidente de la colectividad en dos oportunidades. Tanto Serrano como Santander, son cercanos a Escalona. Por la DC participa, entre otros, Edgardo Riveros. Según cuenta un cercano a Serrano, ella también elabora, junto a un grupo de expertos, un mapa de inequidades y temas relacionados con la descentralización.
Los grupos de trabajo de los partidos y centros de estudios se han enfocado en cinco ejes programáticos: educación, nuevo trato laboral, reforma tributaria, reformas políticas y fin al sistema binominal. En algunas de ellas se abocan hombres como Jaime Veas (educación), Hernán Frigolet (Economía) y Francisco Javier Díaz (políticas). Esta organización de contenidos, que ya arrojó un documento marco que tienen en sus manos los presidentes de partido, necesita una siguiente fase de implementación que incluya diálogos regionales y sociales.
Para este resumen es que los encargados volverán a verse las caras el próximo 23 de marzo, también en el Instituto Igualdad. Arenas sigue atentamente cada uno de estos aportes bajo estricta reserva; no sólo por lealtad, sino que también por el nivel de secretismo que caracteriza a la ex Presidenta y sus equipos, cómo lo describe un miembro del PS: “Nadie puede decir nada. Todos saben que Bachelet toma muy mal las filtraciones”.
“Para avanzar en una reforma a la educación se necesita una reforma tributaria de verdad y este ajuste no cierra la puerta sino que deja abierto el debate para el próximo año, para las elecciones y, potencialmente, para una próxima administración”, decía en agosto del año pasado a La Segunda, el ex director de presupuestos del gobierno de Michelle Bachelet, Alberto Arenas, apuntando a lo que él llamó un “ajuste tributario” de la administración Piñera.
Las críticas a la iniciativa presupuestaria se podrían haber advertido meses antes, cuando tras una reunión con el actual mandatario en La Moneda, Bachelet aseguró que es indispensable una reforma tributaria, pero “de verdad”, para llevar a cabo un cambio sustantivo al sistema educacional que “permita avanzar en gratuidad”.
No hay duda que es uno de los temas más relevantes en la agenda de la ex Presidenta, que anunció el viernes su adiós a la dirección de ONU Mujeres. Y es uno de los temas que tiene sobre la mesa el socialista Alberto Arenas; uno de los más cercanos al actual presidente del Senado, Camilo Escalona y también hombre clave en el programa de gobierno de la ex Presidenta.
Si bien el esquema de contenidos de Bachelet será zanjado una vez que pasen etapas cruciales –como una gira por el país en la que se recogerá la opinión de los ciudadanos respecto a temas fundamentales–, alguien que ha estado cerca del trabajo de Arenas, comenta que el Director de Presupuestos ya ha revisado documentos y ha pedido la opinión de personajes concertacionistas en los temas que estarán en el eje de un eventual segundo gobierno de Bachelet: reforma Tributaria y financiamiento a la educación.
También se ha puesto el acento en una reforma laboral, que apuesta por darle más poder a los sindicatos y donde se revisen ámbitos como la subcontratación, un tema que quedó en la superficie luego del asesinato de Juan Pablo Jiménez. Su muerte, además de dejar un puzzle policial, puso el tema en una dimensión nacional.
En un escenario político en que el primer round interno es el programático y donde temas que han puesto los movimientos sociales no podrán ser ignorados –como el financiamiento de la educación pública– Arenas camina con puntos a favor entre sus pares para liderar esta tarea.
El ingeniero comercial de la Universidad de Chile, de 47 años, casado por segunda vez y doctorado en economía de la Universidad de Pittsburgh, comenzó su trabajo en la Dirección de Presupuestos a comienzos de los 90, como asesor, y selló su camino en la institución en 2006, cuando asumió como director. Siempre le interesó la política, desde sus años como estudiante secundario en el Liceo Manuel de Salas, en Ñuñoa. En ese tiempo, antes de dejar el colegio, se integró a las Juventudes Comunistas.
Ya a principios de los noventa se sumó a las filas del PS. Forjó su relación con Bachelet durante sus cuatro años de presidencia y hoy se encuentra en el selecto y reducido grupo en el que ella confía. Es por eso que su nombre suena fuerte como ministro de Hacienda en un eventual segundo gobierno suyo. “Es duro en las materias que tienen que defender y sabe mucho de sus temas. No se deja influenciar fácilmente”, comenta un senador del bloque opositor.
Arenas fue uno de los que “empujó” la polémica decisión de Bachelet de eliminar del discurso del 21 de mayo de 2008 el descuento del 7 por ciento de salud para los pensionados; una decisión que significó un conflicto político con los partidos de la coalición, quienes apuntaron las críticas hacia el entonces ministro de Hacienda y actual pre-candidato presidencial Andrés Velasco. En la Dirección de Presupuestos, Arenas y el DC Julio Valladares –entonces subdirector de Racionalización y Función Pública– formaron una poderosa dupla en las negociaciones con el sector público desde el gobierno de Ricardo Lagos. Por esa razón se ganó el apodo de “Maloso” y Valladares el de “Malito”. Así los llamaban los dirigentes de la Asociación Nacional de Empleados Fiscales, Anef.
Arenas, al igual que Bachelet, tiene un estrecho círculo de colaboradores. Entre ellos se encuentra Andrea Palma, quien fue su jefa de gabinete mientras estuvo en la Dipres y con quien también trabaja en la actualidad. Arenas hoy forma parte del directorio de Canal 13 nombrado ahí por Andrónico Luksic, y también es miembro del Consejo Resolutivo de Asignaciones Parlamentarias, una cuestionada instancia que posee a representantes de cada partido político y que preside el ex senador DC Sergio Páez.