El mercado bajista para los productos básicos agrícolas está privando a Argentina de su principal fuente de dólares, amenazando con socavar la capacidad del país para pagar a sus bonistas en el exterior.
Después de haber alcanzado máximos en septiembre, la caída de la soja, que junto con sus derivados representa 85 por ciento de los ingresos fiscales por exportaciones de Argentina, superó el 20 por ciento la semana pasada en tanto los precios se derrumbaron hasta un mínimo en nueve meses. Los precios del maíz y el trigo, dos de los otros productos principales de exportación del país, cayeron este año 10,2 por ciento y 11,3 por ciento respectivamente.
La caída de los precios de los productos básicos se produce en momentos que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner libra una batalla en la justicia estadounidense contra inversores de fondos de cobertura —como el multimillonario Paul Singer— por el pago después de la cesación de pagos de Argentina por US$ 95.000 millones en 2001. Una disputa que incrementó los costos de endeudamiento casi tres veces más que la media de 4,8 puntos porcentuales de los mercados emergentes. Si bien se espera que los cultivos del país se recuperen luego de que la sequía redujo la cosecha del año pasado, un peso debilitado y una potencial recuperación de los precios mundiales están llevando a los productores a resistirse a vender su producción, lo cual ejerce presión sobre las reservas que cayeron hasta un mínimo en seis años de US$ 40.400 millones, según IdeaGlobal.
“Para Argentina, es crucial mantener el nivel de reservas porque se utilizan para financiar tanto el gasto como los pagos de deuda”, dijo en una entrevista telefónica, desde Nueva York, Enrique Álvarez, responsable de investigación sobre renta fija para América Latina en IdeaGlobal. “Si las reservas caen por debajo de US$ 40.000 millones, los inversores sentirán mayor preocupación respecto de Argentina”.
En tanto los inversores en bonos exigen internacionalmente un interés de 14,5 por ciento para prestar a Argentina, Fernández ha desviado reservas en moneda extranjera del banco central para financiar el gasto y pagar intereses a los bonistas que aceptaron asumir pérdidas de 70 por ciento en reestructuraciones de deuda realizadas en 2005 y 2010.
Las reservas del banco central cayeron 6,7 por ciento este año. En Ucrania, que depende de los productos básicos, las tenencias de moneda extranjera aumentaron 0,7 por ciento desde el 1 de enero. En Brasil, el exportador de café y jugo de naranja más grande del mundo y el segundo mayor exportador de soja, las reservas cayeron 0,5 por ciento.
Los ingresos del Estado argentino por derechos de exportación cayeron en marzo por cuarto mes, declinando 30 por ciento respecto del año anterior, el único segmento fiscal que registró una caída. La recaudación fiscal total creció 25 por ciento hasta 60.300 millones de pesos respecto de un año atrás, menos que la estimación media de 61.300 millones de pesos de tres economistas encuestados por Bloomberg.
Los productores de soja, que pagan un gravamen de 35 por ciento sobre las exportaciones, esperan una mayor cosecha este año y un peso más débil para compensar la caída de los precios mundiales de los productos básicos, pese a que las perspectivas para 2014 no son alentadoras, según Ricardo Baccarin, vicepresidente de la firma consignataria de granos de Buenos Aires, Panagrícola Safici.
“El mundo apuesta a que los stocks de soja se restablecerán”, dijo Baccarin en una entrevista telefónica. “Están preocupados por la perspectiva para el año próximo, necesitan un tipo de cambio mejor o precios más altos, ya que costos como el fertilizante aumentan en dólares”.