Hoy a las 9:30 tendrá lugar uno de los encuentros más anticipados de la campaña presidencial: el de la candidata de la Nueva Mayoría, Michelle Bachelet, con el empresariado. La ex Presidenta se reunirá con la plana mayor de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), que lidera Andrés Santa Cruz, en las oficinas de calle Sótero Sanz en Providencia.
Bachelet acudirá a la cita acompañada de su jefe programático, Alberto Arenas. El encuentro se da luego de numerosos cuestionamientos a sus propuestas de reforma tributaria, al sistema de AFP, educación y su plan para una nueva Constitución. Hace tres meses el propio Arenas tuvo un complejo encuentro con los empresarios en el CEP.
El ministro de Hacienda y ciertos sectores del empresariado culpan a las propuestas de Bachelet por el enfriamiento de la economía y hasta la caída de la bolsa.
El encuentro, al que asistiría junto a su jefe programático y hasta ahora principal candidato a ministro de Hacienda, Alberto Arenas, busca tranquilizar a los representantes de los principales sectores económicos del país que han visto con preocupación la idea de Bachelet de realizar una reforma tributaria que captaría US$ 8.200 millones, cuyo destino sería financiar la reforma educacional y frenar el déficit fiscal que recibirá del gobierno de Piñera en marzo próximo.
Fuentes bien informadas señalaron que el encuentro pretende calmar los ánimos y hacer comprender la importancia de implementar cambios estructurales, entre ellos la reforma educacional ha sido el eje central de las movilizaciones de los últimos dos años.
No será fácil para Bachelet bajar los nervios de los empresarios. A mediados de mayo, Alberto Arenas los enfrentó en el Centro de Estudios Públicos (CEP), tras lo cual se supo de las dudas que generó su presentación, la que, según distintos asistentes, no permitió clarificar las dudas sobre el trazado de un potencial gobierno de la ex mandataria.
Según otra fuente cercana al comando, esta vez el escenario es otro y ya se tienen medidas más concretas que presentar. Además, corren a favor de Bachelet los recientes ingresos al comando de economistas y personeros liberales, más cercanos al empresariado, como René Cortázar y otros de mayor peso en el mundo económico del "establishment", como Eduardo Engel y José de Gregorio.
El temor de los empresarios está radicado principalmente en la reforma tributaria anunciada por Bachelet, que pretende eliminar en una transición de cuatro años el FUT (Fondo de Utilidades Tributables), instrumento que a juicio de los empresarios, ha sido el pilar de la atracción de inversiones desde los ’80 y eje del modelo neoliberal.
La idea de Bachelet es que los empresarios pasen de pagar impuestos por las utilidades de las compañías, aun cuando no las retiren (devengadas) y eliminar el registro de ganancias retenidas de FUT, lo que genera preocupación en los empresarios pues dicho registro acumula casi US$ 250.000 millones que implican un pasivo tributario de casi US$ 50.000 millones. En el empresariado está claro que dicha plata no existe porque, o fue reinvertida o simplemente se gastó.
La propuesta de Bachelet es que se compense el desincentivo a la inversión que podrá provocar esta medida con la depreciación instantánea de las inversiones, lo que permitiría descontar de impuestos toda la inversión realizada.
Bachelet también ha propuesto el alza de 20 % a 25 % del impuesto a la renta y la baja a 35 % del impuesto global complementario.
Además de Santa Cruz, participan en el comité ejecutivo de la CPC el presidente de la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras (Abif), Jorge Awad; de la Sociedad Nacional de Minería, Alberto Salas, y de la Sociedad de Fomento Fabriel (Sofofa), Herman Von Muhlenbrock. También estarán los representantes de la Cámara Chilena de la Construcción, de la Sociedad Nacional de Agricultura y de la Cámara Nacional de Comercio.
El 17 de junio pasado Santa Cruz declaró que la idea de eliminar el FUT y el alza de impuestos afecta la inversión, mientras que el titular de la CNC, Ricardo Mewes, advirtió que estas medidas se traducen en alzas de precios a los clientes.
