A las 8 de la mañana de este martes 10 de junio, el Comité de Ministros, compuesto por los titulares de Ambiente, Energía, Agricultura, Salud y Economía, se pronunciará sobre el futuro del polémico proyecto energético HidroAysén.
El escenario pinta oscuro para la iniciativa de Endesa (51%) y Colbún (49%), donde ya se han invertido US$ 320 millones (se estima que construir las represas y plantas costaría US$ 5.000 millones; y la línea de transmisión, unos US$ 4.000 millones), ya que se prevé que la instancia gubernamental no respaldará la continuación de la apuesta energética, al menos no como está concebida actualmente. Por ello, según explican fuentes del sector, este martes “se va a decir que no al proyecto, pero hay que ver qué tan dura será esta negativa: si es definitiva y estructural, revocando la Resolución de Calificación Ambiental (RCA) –otorgada en mayo de 2011–, o será un no con matices”.
Según detallan las mismas fuentes, “si matan la RCA, matan definitivamente a HidroAysén, pero lo pueden dejar abierto a que se reingrese un nuevo Estudio de Impacto Ambiental (EIA) al sistema. La clave es qué pasa en el largo plazo. Es difícil que alguien pueda plantear tener una matriz energética barata si no es con agua, que es la energía más barata. Si quieren bajar los costos de la energía no sé si quieran derribar definitivamente la posibilidad de hacer HidroAysén en la Patagonia”.
Otras fuentes apuntan en la misma línea y aseguran que el ministro de Energía, Máximo Pacheco, ha dado claras señales de que es necesario aprovechar la potencialidad hídrica del país, “por lo que es muy probable que dejen la puerta abierta para hacerlo de manera distinta”.
Desde la compañía, según señala La Tercera, se han encargado de analizar los diversos escenarios posibles, adelantando que lo más probable es que los ministros resuelvan que el proyecto tal como está es inviable, por lo que están preparando artillería legal en caso de que se revoque la RCA. También barajan la posibilidad de reformular técnicamente el proyecto, e incluso de incluir a algún tercer socio estratégico.
Según un alto ejecutivo del sector, una alternativa interesante podría ser Enap, lo que le daría un carácter “de interés país” al proyecto y permitiría zanjar diversos flancos, como lo relativo al uso del agua.
Pero, más allá de lo que el gobierno de Bachelet decida este martes sobre el futuro del mayor complejo hidroeléctrico del país, lo que suceda con HidroAysén sólo será la guinda de la torta de la compleja situación que enfrenta Endesa desde varios flancos, que van desde una serie de conflictos con las comunidades donde ha emplazado sus proyectos, hasta la relación con su matriz italiana, desde donde se toman las decisiones relevantes. La llegada del nuevo ministro de Energía, Máximo Pacheco Matte, suma tensión al cuadro, en vista de las duras críticas que ha lanzado al sector.
Indefiniciones
Endesa Chile, filial del grupo Enersis, el brazo inversor en Latinoamérica de Endesa España, controlada en 92% por la italiana Enel, mantiene abiertos varios focos de conflicto a nivel nacional. Por mencionar algunos, está Coronel con las termoeléctricas Bocamina 1 y 2, esta última paralizada por una orden judicial; el rechazo de las comunidades indígenas donde se encuentra la central Neltume o el largo periplo de Punta Alcalde en Huasco, que terminó siendo autorizada por la Corte Suprema, pero exigiendo medidas adicionales de mitigación.
Fuentes ligadas al gobierno señalan que “Endesa ha hecho mal las cosas. O sea, es impresentable lo que pasó con Bocamina, que una vez operando se dieran cuenta de que era necesario hacer cambios estructurales al proyecto”, aludiendo a la ampliación que presentó la empresa a Bocamina 2, la que fue rechazada por la comunidad y que luego debió ser presentada a través de un Estudio de Impacto Ambiental (EIA) por orden de la Suprema.
Además, agregan, “la fórmula que históricamente han adoptado para trabajar con las comunidades es afectar el tejido social”.
Una potente señal de que las cosas no están funcionando en este ámbito es el anuncio, hace un par de meses, de una reorganización interna y la creación de una gerencia especialmente enfocada en la relación con las comunidades.
Con este fin la gigante energética transformó su área de comunicaciones en una gerencia especializada de relación con la comunidad: su objetivo es construir relaciones de largo plazo y colaboración. Señal que, según un experto en comunicaciones, “refleja que una compañía como Endesa tiene una falencia gigante: centrales que están operando tienen grandes problemas con la comunidad”.
Pero los dolores de cabeza de la filial de Enersis van más allá.
En opinión de varios actores, una piedra en el zapato que enfrenta la compañía está directamente relacionada con una crisis en el gobierno corporativo, lo cual está directamente relacionado con el traspaso de Endesa España a la estatal Enel en 2009 (Latinoamérica es el principal generador de utilidades de Endesa España y dicho negocio está basado en Chile; Endesa es la que genera los mayores flujos de liquidez para Enel). “La compañía está siendo administrada desde Roma”, señalan. Lo que, según un experto en comunicaciones estratégicas, “entre otros aspectos, implica una enorme demora en resolver las cosas. Todo se discute y decide primero en Roma, luego en Madrid y de ahí acá, en tiempos vaticanos. Con seis horas de diferencia. Si un medio quiere entrevistar al gerente general, son al menos 48 horas de respuesta, lo que se traduce en que es una compañía muy grande, muy relevante y administrada a control remoto desde muy lejos”.
Para otro experto del sector, “en Endesa Chile el liderazgo se ha perdido: Endesa y Enersis realizaron una descapitalización monstruosa del capital humano de ambas compañías. De esta forma los ejecutivos que están acá se han convertido en los encargados de pasar mensajes y recados desde Italia, y las autoridades tampoco quieren hablar con ellos porque en la práctica tienen que hablar con los italianos. Todas esas cosas van afectando el liderazgo en la participación de mercado y el desarrollo de proyectos va decayendo”.
En suma, detalla “¿dónde se toman las decisiones?, ¿quién decide?, ¿Pablo Irarrázaval –presidente de Enersis– tiene algún poder de decisión sobre los temas de verdad? No. España tampoco. Se toman las decisiones en Italia”.
Los vínculos con Italia sumaron este año un conflicto extra, ya que en mayo expiró el mandato como CEO de Enel de Fulvio Conti, cargo que ejerció desde 2005, sobreviviendo a cuatro primeros ministros italianos: Silvio Berlusconi, Romano Prodi, Mario Monti y el dimitido Enrico Letta. En su reemplazo el gobierno italiano nombró a Francesco Starace, hombre fuerte de Enel Green Power.
Tal medida era esperada con gran intranquilidad por parte de los altos ejecutivos de Endesa España y Enersis, pues se preveían cambios en el gobierno corporativo y en las relaciones de confianza delineadas en los últimos años.
Ello, aseguran fuentes del sector, “va a producir necesariamente cambios en Endesa España y el equipo en Chile, lo que provoca una gran incertidumbre, ya que no se sabe si van a seguir en sus cargos o no”.
A la incertidumbre se suman indefiniciones en la compañía. Un reflejo de esto, de acuerdo a fuentes ligadas al gobierno, “fue el histórico aumento de capital” de más de US$ 8.000 millones propuesto por Enersis en julio de 2012, que fue duramente cuestionado por las AFP, debido a que Endesa España no pretendía usar efectivo, sino activos valorizados en US$ 4.800 millones, mientras que los restantes US$ 3.200 millones serían puestos por los minoritarios. Finalmente, la operación –acusada de una serie de irregularidades– no prosperó y Endesa tuvo que corregir el aumento de capital reduciéndolo en forma importante.
Un ejecutivo del rubro señala que un ejemplo en la indefinición a la hora de tomar decisiones se grafica en lo que pasó con la central termoeléctrica Gas Atacama: en 2013 Endesa rechazó comprar la generadora, donde tenía 50%, a Southern Cross, pero un año después terminó adquiriéndola en US$ 100 millones más cara de lo que podría haberla adquirido un año antes.
Otros actores aseguran que el contexto de la compañía en Chile “es malísimo: tiene centrales construidas hace años, amortizadas vendiendo a precio de diésel. Endesa es una maquinita de hacer plata. Pero como desarrollo estratégico está enredadísimo hacia adelante”.
El flanco político
El mal momento de Endesa también pasa por el flanco político. El ministro de Energía, Máximo Pacheco, ha sido muy crítico con el rol de las eléctricas, apuntando a la falta de políticas de crecimiento por parte de las compañías del sector. Así lo planteó a principios de mayo ante la Comisión de Minería y Energía del Senado, instancia en la que señaló que esto las ha llevado a no invertir una parte suficiente de los “importantes flujos de caja que han generado en los últimos años”. En su opinión, esta es una de las causas principales de los altos costos de la energía en el país.
“Falta dinamismo en la inversión y las empresas eléctricas hablan de factores externos, de la judicialización y de los problemas con las comunidades, pero este país es el mismo para las mineras, que invierten gran parte de su flujo de caja, pero vemos que la mayor empresa del sector eléctrico –señaló el ministro en el Senado, aludiendo directamente a Endesa– destina en promedio sólo un 23% de su flujo de caja a inversión y pensamos que algo pasó con ellos”.
Desde Endesa declinaron pronunciarse sobre la situación que atraviesa la compañía.