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La montaña de dinero de Europa preanuncia un exceso de ahorro y amenaza con convertirla en China pero sin el crecimiento

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Europa se está convirtiendo en China sin el crecimiento económico.

Eso significa que la zona euro está reuniendo el superávit de cuenta corriente más grande de la historia. El resultado es que habrá montañas de dinero que probablemente provoquen un alza en los mercados de valores y bonos del mundo.

George Saravelos de Deutsche Bank AG acuñó un término para esta acumulación que, según sus cálculos, llega a US$400.000 millones: el euroexceso.

“Es el gigantesco exceso de ahorro de Europa -lo que llamamos euroexceso- lo que impulsará las tendencias mundiales en el futuro cercano”, escribió el estratega que trabaja en Londres en un informe que se conoció el lunes. “A través de una gran demanda de activos extranjeros, tendrá un papel preponderante en impulsar las tendencias mundiales de los precios de activos durante el resto de esta década”.

El efectivo se acumula porque el mundo compra bienes y servicios europeos -en especial los de Alemania- y los consumidores deprimidos de la zona euro no compran demasiado ni en sus países ni en el exterior. El superávit de cuenta corriente de la región se ubica actualmente en 2,2 por ciento del producto interno bruto, mientras que estaba en un déficit de casi 2 por ciento todavía en 2008. En términos de dólar, Deutsche Bank calcula que está apenas por arriba del pico de China de la última década.

Como descubrió China, esto tiene un ángulo político. El superávit da a los ministros de finanzas internacionales un palo con el que golpear a la esclerótica Europa durante las reuniones anuales del Fondo Monetario Internacional que tienen lugar esta semana. La presión para fomentar la demanda interna recaerá principalmente sobre Alemania dado su superávit de cuenta corriente de 7 por ciento del PIB.

Flujo de capitales

Dado que las normas de contabilidad establecen que al superávit de cuenta corriente lo acompaña un déficit de cuenta de capital, las implicancias afectan a los inversores de todo el mundo. En el caso de Deutsche Bank, estas comprenden la caída del euro a 95 centavos frente al dólar para fines de 2017 y un límite para el rendimiento de los bonos del Tesoro de los Estados Unidos a diez años si la Reserva Federal eleva las tasas de interés. Los activos de los mercados emergentes probablemente también se beneficien.

Esto habría que verlo como una nueva versión de lo que el entonces presidente de la Fed Ben S. Bernanke denominaba un “exceso mundial de ahorro” en 2005, cuando el superávit de China sostenía el precio de los activos mundiales.

El deseo de colocar los euros en el extranjero también se verá impulsado por las medidas del Banco Central Europeo para reactivar el crecimiento, tales como tasas de interés negativas, según Michala Marcussen, economista jefa mundial de Société Générale SA en Londres.

“El superávit de Europa buscará un segundo hogar en mercados más riesgosos y podría volcarse a los bonos del Tesoro estadounidense”, declaró en una entrevista. “Aun cuando la Fed empiece a ajustar, la reacción podría no ser tan agresiva en el extremo largo de la curva porque tenemos esta fuerza de atracción de Europa”.

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