La divergencia entre las tasas de crecimiento de la economía chilena y norteamericana, donde en la primera la demanda interna y la inversión no presentan señales de recuperación, mientras que en el país del norte se entregan señales sobre un mercado laboral que crece sostenidamente, nos anticipa una paridad cada vez más cerca de llegar (y mantenerse) a la zona de los 600 pesos por dólar en el mediano plazo.
Cada vez es más frecuente observar que las estimaciones sobre el crecimiento económico del país sean recortadas. Un claro ejemplo es el resultado de la última encuesta de operadores financieros (noviembre 2014), en el cual se proyecta un crecimiento de solo un 1,8% para el año 2014. No obstante, esta reducción en las estimaciones de crecimiento, no solo se acota para el año actual, ya que diferentes estudios han llegado a concluir que es muy difícil que el país logre alcanzar su crecimiento “potencial” en los próximos tres años. Una demanda interna alicaída, con un claro ejemplo en el indicador de ventas reales cayendo sostenidamente y una inversión que no muestra señales de repuntar en el corto plazo, especialmente en el sector minero, el cual es de gran relevancia por la creación de valor económico y el aporte que realiza sobre el mercado laboral, son los principales factores que llevan a la economía nacional a presentar cada vez proyecciones de crecimiento menores.
Por otro lado, la economía norteamericana ha presentado cifras de crecimiento alentadoras para el futuro. Se estima que el crecimiento del tercer trimestre de este año sea en torno al 3%, un mercado laboral creciendo en los últimos meses por sobre los 200 mil nuevos puestos de trabajo, y una tasa de desempleo ya ubicándose bajo el 6%, permiten proyectar un crecimiento sostenido en los próximos años. Esto ha permitido a la Reserva Federal de Estados Unidos terminar con su último programa de estímulo (QE3) en su reunión de octubre, estableciendo como prioridad la evolución de las tasas de interés dentro de esta economía, las cuales se espera que muestren un aumento a mediados del 2015.
Sobre la base de estos argumentos, podemos apreciar que la tendencia alcista sobre esta paridad se mantiene inalterada. Mientras no veamos señales de una demanda interna recuperándose sostenidamente y volvamos a ser una plaza atractiva tanto para inversionistas locales y extranjeros, en Chile, la recuperación de las proyecciones de crecimiento para los próximos años es escasa. Por otro lado, no descartaría futuros recortes en la tasa de política monetaria por parte del Banco Central en el mediano plazo, como una herramienta de apoyo hacia los factores explicados anteriormente, siempre que la tasa de inflación vuelva a un nivel cercano al objetivo del 3%. Este último antecedente podría ser crucial para la cotización de la paridad, dado que la divergencia entre las políticas monetarias de ambos países será el catalizador de la presión alcista, que permitiría superar los niveles de 610 pesos por dólar en el mediano plazo.
Pablo Moreno Basso
Analista de Mercados
Capital FX