El empresario Máximo Pacheco Matte es el rockstar del gabinete de Bachelet. Enfrentado al desafío estratégico de atraer inversiones, contener el alza del costo de la energía e incentivar la competencia en el sector, el ministro-empresario ha sido un pez en el agua.
Lo sabe y lo hace ver. En el cierre de Enade, era el guaripola principal de la Presidenta, con un protagonismo similar o mayor al del titular de Hacienda, Alberto Arenas. Tiene amigos –un millón, dicen algunos– entre los empresarios. Sabe cómo entenderse con ellos, porque juegan en la misma cancha.
En sólo 9 meses, su tranco ha sido vertiginoso. Arrasó, en una polémica pública, con Metrogas, consiguiendo una rebaja ‘voluntaria’ del 15% en sus tarifas después que la compañía –antes de cambiar de dueño a la española Unión Gas Fenosa– rebatiera públicamente la acusación de que su rentabilidad no superaba lo legal.
Junto con ello, ha tenido el respaldo público de Endesa, compensando en parte la mayor distancia que se ha visto en Aes Gener y Colbún. En la última licitación, obviando la ausencia de estas últimas dos compañías y con la presencia de la firma controlada por la italiana Enel a precios elevados, logró el ingreso al SIC de un actor que es dominador en el Norte Grande (SING), ECL, firma que, junto a la francesa EDF, marcaron la mayor irrupción de las últimas décadas.
No sólo eso. El ministro comprometió un impulso a las ERNC (Energías Renovables No Convencionales) y las bases de la licitación recién asignada dieron calce perfecto para que entraran diversos actores con energía solar y eólica y a precios cercanos a US$ 80 por GWh.
El éxito de Pacheco suma y sigue. En medio de la desaceleración económica y la caída de la inversión, está logrando interés de diversos empresarios extranjeros por apostar al sector. Tan glorioso es su presente que suena para biministro de Economía y Energía o, incluso, para asumir Hacienda en un cambio de gabinete, opción con menos posibilidades, dado el respaldo que Alberto Arenas tiene de Bachelet.
Pero su éxito también tiene costos y ha requerido un cambio de paradigma dramático en el comportamiento del gobierno respecto de los proyectos de generación eléctrica. Esto último, apoyando a proyectos controvertidos e interviniendo directamente en el éxito de su concreción. Junto con ello, Pacheco tiene pendientes al menos un par de desafíos que parece, por ahora, no tener cuajados: el impulso al gas y el control de los precios de la energía.
Ganador
Empresario y millonario, Pacheco es ante todo un comunicador. Deleite de los y las periodistas, explica sin dubitación sus logros y los pasos que sigue. Sabe cuándo callar y cuándo omitir.
Desde que llegó se abocó a armar la agenda de Energía y principalmente a no ser un problema para Bachelet, volcada a sortear las gigantescas olas que dejó la reforma tributaria, eje central del programa de gobierno y que los empresarios se resistieron a dejar pasar no sin antes desplegar una dura crítica al Ejecutivo.
Como ha dicho en público y en privado, cada vez que se reúne con empresarios, Pacheco escucha críticas al gobierno por la reforma tributaria y la reforma laboral, esta última en ciernes. Pero, dice él, cuando comienzan a hablar de su sector, aparece la armonía y el entendimiento.
Metrogas de rodillas
En su agenda de Energía, anunciada en mayo de este año, prometió regular la distribución de gas natural, que en Chile no es parte de un marco institucional como el de las empresas sanitarias o las distribuidoras eléctricas.
En la penúltima semana de septiembre abrió una batalla campal con Metrogas. La empresa, que en ese momento estaba en manos de empresarios conservadores, como las familias Marín, Pérez Cruz y Hornauer, lo enfrentó públicamente. El gobierno acusó a la administración de Piñera de no haber chequeado la rentabilidad de la única distribuidora de gas natural en Santiago y apuntó a la compañía diciendo que superó los niveles de retorno permitido.
La empresa respondió el golpe asegurando que le estaban cambiando las reglas del juego y que el negocio no había sido tan jugoso como parecía. Incluso, el presidente del gremio del gas natural y gerente general de Metrogas, Víctor Turpaud, envió una carta desde la asociación criticando la falta de buena fe del Ministerio en el caso.
El impasse terminó drásticamente dos semanas después cuando, a mediados de octubre, la española Unión Gas Fenosa anunció la compra de CGE, grupo controlador de Gasco y, por ende, de Metrogas. Un mes después, "sorpresivamente" Metrogas anunció una rebaja de 15% en sus tarifas y desde entonces el silencio fue su buque madre.
Una anécdota desconocida caracteriza el estilo Pacheco. Fuentes bien informadas han dicho que tres meses antes de anunciar la compra de CGE, Rafael Villaseca, consejero delegado de Gas Fenosa, se reunió con Pacheco.
Le anunció que entrarían con fuerza al negocio energético y quería saber las condiciones institucionales con las que planeaba conducir el sector. Pacheco dio señales de tranquilidad y Villaseca respiró tranquilo.
Una semana después de que anunciara la compra de CGE, otra vez los ejecutivos de Gas Fenosa visitaron a Pacheco. Días después se anunció la rebaja tarifaria. Pacheco style. Luego, el silencio.
Silencio que al parecer no se mantuvo en el mercado. Esto, pues la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS) investiga desde entonces el posible uso de información privilegiada en el mercado. La acción de CGE comenzó a subir drásticamente los últimos días antes del anuncio del ingreso de los españoles, con montos transados muy superiores a lo normal.
GDF Suez, buen amigo
Rodrigo Castillo, presidente del gremio de las distribuidoras eléctricas, recuerda que Pacheco lideró dos visitas a inversionistas extranjeros, en Europa y la región. “Es una forma de enfrentar los desafíos bastante inédita y que tuvo frutos con el éxito de la licitación”, opina Castillo.
A su juicio, el ministro ha logrado revertir dramáticamente el ambiente de incertidumbre heredado del gobierno de Piñera, que dañó a la institucionalidad cuando tomó el teléfono y llamó a los ejecutivos de Suez para pedirles que desistieran del proyecto Barrancones, cuestionado por pretender instalarse en Punta Choros. Aunque el proyecto estaba aprobado, Suez accedió.
En la última licitación eléctrica, Suez fue el gran protagonista. Ofreció US$ 109 por MWh y se adjudicó más de 5.000 GWh de la energía licitada.
Así, Pacheco podía mostrarse como un ganador, logrando el éxito de la adjudicación del 85% de los bloques licitados, pese a que no participaron Aes Gener y Colbún y aun cuando Endesa, el mayor actor en el SIC, concurrió con una oferta que limitó en el techo de US$ 120 por MWh, lo que la dejó con las manos vacías.
Un alto ejecutivo de una conocida eléctrica cuestiona el verdadero éxito de la licitación. En su opinión, la oferta de Suez no es realista y la inversión requerida para la línea y la central comprometidas no retornaría lo suficiente y lo pagarán todos en el SIC. “Existe el riesgo de tener un elefante blanco (la línea de interconexión)”, sostiene el ejecutivo.
Esta reflexión apunta al hecho de que en el próximo mes el gobierno revelará el estudio realizado por una consultora canadiense respecto de la mejor alternativa para conectar el SING con el SIC.
Si el gobierno opta por licitar la construcción de la línea sin vincularla directamente con aquella que planea construir Suez, el tendido eléctrico de éste podría tener que ser financiado completamente por la compañía, reduciendo el margen que obtendrá E-CL.
Por ello, existe coincidencia en el mercado en cuanto a que el gobierno apoyará la fórmula de Suez, pues además, sería más eficiente.
La alternativa, en ese caso, dice un ejecutivo del sector en forma anónima, es que Suez opte por construir algún proyecto más cerca de los centros de consumo que se comprometió a suministrar.
En cualquier caso, el anuncio de Pacheco de apoyar la interconexión es visto como la señal que Suez necesitaba para acudir a la licitación con precios que son vistos como agresivos por otras generadoras del SIC. Eso sí, la interconexión tuvo avances en el gobierno anterior.
Oligopolio y el gas
La participación de Suez y, de paso, de EDF sirvió a Pacheco para mostrar su segundo gran logro: romper la concentración del mercado generador de electricidad que hoy dominan tres empresas: Endesa, Colbún y AES Gener, con más de tres cuartos del negocio.
El oligopolio, como es definido permanentemente el sector, fue criticado abiertamente por Pacheco. “Las razones por la que los precios de la energía en Chile son altos son básicamente dos: la existencia de escasa competencia y el déficit de infraestructura que tenemos”, dijo Pacheco en agosto pasado.
Sin embargo, la llegada de Suez al SIC –recuerda un conocido consultor del sector– implica el arribo a este sistema de una empresa que tiene el 52% de SING, cuestionando en parte la verdadera competencia que puede generarse y si realmente se reduce la concentración.
El gobierno defiende su logro. “Lo más significativo del proceso es que se ha logrado abrir la competencia en el mercado de generación eléctrica, ingresando nuevos actores a competir en el mercado convencional del SIC (GDF Suez y EDF) y las ERNC demostraron que son muy competitivas. Se esperan inversiones del orden de US$ 6.000 millones”, dice Pacheco.
Por cierto, los incumbentes, Gener, Colbún y Endesa, no creen que haya oligopolio. Simplemente adjudican la ausencia de más actores a las características de un país pequeño que en gran parte de las distintas industrias tiene pocos participantes.
Agregan que, siendo gestionado el mercado a costo marginal, se logra la más eficiente operación y si alguien quiere entrar puede acudir a las licitaciones, como ocurrió recientemente.
Un conocido consultor, que prefiere el anonimato, explica que el carácter de Pacheco para desafiar a las grandes eléctricas está en su posición económica, profesional y social. “Pacheco no está obligado a trabajar en las empresas tras dejar el gobierno. A diferencia de otros funcionarios que han pasado por el Ejecutivo, Pacheco no le debe favores ni explicaciones a nadie. Los trata de tú a tú”, afirma.
La alusión de la fuente tiene múltiples ejemplos. Varios de los últimos secretarios de la CNE, subsecretarios y ministros de Energía, han terminado como ejecutivos, directivos o socios de proyectos eléctricos, tanto en el gobierno de Piñera como en los anteriores de la Concertación.
Junto con ello, aseguran las fuentes, Pacheco se encargó de conversar con todos en distintas mesas técnicas antes de tomar decisiones, lo que aseguró un piso de respaldo a sus iniciativas.
El último desafío y al parecer más complejo de Pacheco, es su apuesta de “gasificar” la matriz energética. En la agenda energética de mayo no ahondó en cifras, pero aseguró que era una prioridad.
Sin embargo, hasta ahora pareciera ir más lento. La licitación eléctrica de hace algunos días dio un poder importante al carbón que usará ECL para generar su electricidad, aunque el proyecto de EDF –El Campesino–, considera un terminal de GNL y una generadora con dicho combustible.
Pero su gran desafío está en Quintero. Y en ello Enap es clave. La ampliación del terminal en la Quinta Región ha chocado con la falta de demanda de generadoras y la falta de adaptación de varios complejos que hoy operan con diésel y no están acondicionados para ciclos con gas.
De hecho, se informó recientemente que piensa vender fuera del país gas que haya importado, ante la falta de centrales disponibles para utilizarlo.
Sin embargo, parte de la solución podría aparecer con proyectos que postulen a la licitación de bloques eléctricos el 2015, donde algunas iniciativas podrían considerar el uso del GNL para la generación.
Eso sí, el costo del combustible aparece como un problema, dice un experto que cree que para Pacheco será difícil cumplir con este objetivo.
¿Bajan los precios?
Aunque es reconocido en el mercado que Pacheco fue exitoso al lograr la adjudicación de 85% de los 13.000 GWh licitados, resultó rápidamente cuestionado el verdadero logró obtenido en términos de precios ofertados.
Pacheco ha dicho que esperan reducir en un 25% los precios ofertados en la próxima década. Según manifestó el gobierno tras la adjudicación, se logró reducir en un 15%, lo que permite acercarse al objetivo trazado en la agenda energética.
El problema para el ministro de Energía es que la rebaja de precios es en relación a la última ofertada presentada en agosto de este año por Endesa, cuando esta compañía se adjudicó un 15% de los bloques licitados (consiguiendo 750 GWh) tras ofertar US$ 112 por GWh. Y también es una rebaja aun mayor respecto de los US$ 130 MWh ofertados en la licitación de 2013.
Los cálculos de la CNE, que hizo al adjudicar la licitación la semana pasada, fueron interpretados como una evidencia de que la energía caería un 15% en el SIC. No obstante, hoy se paga cerca de US$ 90 por GWh.
El experto Hugh Rudnick –consultor que ha realizado trabajos para el gobierno, pero que también lo hace para las empresas– advirtió que la cuenta de la luz no bajará y sólo es una reducción del alza que viene en los próximos años.
Es decir, la energía seguirá subiendo, y lo único que se está consiguiendo es impedir que el alza en los próximos años sea menos pronunciada de lo proyectado. Esto es lo que justamente proyectó Pacheco en mayo pasado al anunciar la agenda de energía, donde se puso como objetivo reducir en un 25% el precio de las ofertas respecto de lo propuesto en 2013 (US$ 128 GWh).
En cualquier caso, los expertos reconocen que Pacheco está cumpliendo, al menos parcialmente por ahora, este objetivo, pero advierten que sigue pendiente la necesidad de usar fuentes de energía más baratas para reducir los costos de las empresas y de las cuentas de la luz de la población.
Así lo señala el consultor eléctrico Francisco Aguirre, quien indica que el precio de poco menos de US$ 110 por GWh al que se adjudicó en promedio Suez y los otros participantes, no implica reducción de costos de energía y mantiene al menos en los próximos años una señal de precio aún más cara que la actual. Así las cosas, precisa Aguirre, las licitaciones podrían incluso beneficiar a las generadoras que no concurrieron a las licitaciones, las que cada año están renovando contratos por casi 700 MW y que al fijar nuevos precios se adecuan a las señales de precios de estas licitaciones.
No sólo eso. Aguirre dice que no es la opción más eficiente ir a buscar energía al SING, forzando la construcción de una línea de casi 500 kilómetros, costo que de una u otra forma se traspasará al sistema. “No existe la posibilidad de ganarle al mercado. Todo costo finalmente se paga”, plantea Aguirre.
Transa, transa
Pacheco es un negociador y sus amistades circulan entre la elite política vinculada a la Concertación y la elite empresarial. Partiendo por Andrónico Luksic, líder del área financiera del grupo del mismo nombre, que es dueño de Banco de Chile, Antofagasta Minerals, CCU, accionista de Nexans y Canal 13 (donde Andrónico participa solo), entre otras empresas.
Pacheco fue director del banco y de Lucchetti en el peor momento a comienzos de la década pasada, cuando la firma de alimentos vivía una crisis de proporciones en Perú por vínculos con Vladimiro Montesinos.
Por eso, sorprendió el apoyo explícito que dio a Alto Maipo a comienzos de septiembre pasado, luego de haberle bajado la cortina a HidroAysén. El proyecto lo dirige el ex ministro de Energía de Ricardo Lagos, Jorge Rodríguez Grossi, y tiene como socios a la eléctrica AES Gener y la minera Antofagasta Minerals del grupo Luksic, área de la familia que dirige Jean Paul.
“Alto Maipo tiene el apoyo del gobierno”, afirmó Pacheco en ese momento, desatando críticas de los ambientalistas. Luego vendría una ácida disputa pública entre Rodríguez y la líder ambientalista Sara Larraín, donde el primero acusó intereses personales de Larraín.
Lo cierto es que el respaldo del gobierno a Alto Maipo era inédito y marcaba un punto de inflexión en la forma del Ejecutivo de relacionarse con el sector.
Según el asesor de una eléctrica, es evidente que el gobierno reforzó la concreción de Alto Maipo, esperando que a cambio aparezcan en la licitación de 2015, con ofertas competitivas y que aseguren la provisión de energía a clientes regulados.
Otro consultor coincide en que AES Gener irá al proceso de 2015, al igual que Colbún. Asegura la fuente que ambas compañías no acudieron esta vez porque no tienen proyectos y que si tienen holgura acudirán el próximo año.
“Por supuesto que no pueden seguir mirando cómo entran otros competidores a ganar contratos al mercado. Deben llegar”, dice.
No obstante, una fuente cercana a Gener afirma que la decisión del gobierno de apoyar a Alto Maipo no estaba enfocada esencialmente en el rubro energético.
“Cuando el gobierno da su apoyo, lo hace porque la desaceleración ya está marcada y se necesita impulsar inversiones en el país con todas sus implicancias”, señala.
Y es que Alto Maipo va a cumplir un año con trabajos, a fines del próximo año habrá casi tres mil personas laborando en las obras en el Cajón del Maipo y significa una inversión superior a US$ 2.000 millones para una generación de más de 500 MW.
Eso sí, Alto Maipo está en construcción, es decir, tiene la aprobación medioambiental y, según sus defensores, es de pasada (no embalsa) y utiliza y devuelve los flujos del río sin cambiar mayormente el ecosistema del sector.
Pacheco, con el respaldo de Bachelet, no sólo ha jugado fichas políticas en Alto Maipo. También lo hizo con Endesa. Desde hace tres meses, el gobierno central le encomendó a la seremi de Energía de la Región del Bíobio destrabar la disputa entre pescadores de la zona y la eléctrica que tenía paralizada ya un año su central Bocamina II.
Las gestiones del gobierno rindieron frutos y esta semana en Bocamina II se firmó el acuerdo donde Endesa debió abrir la billetera, comprometiendo casi US$ 200 millones, de los cuales US$ 23 millones van directamente a los pescadores.
La influencia del gobierno era de tal nivel, que un alto ejecutivo del sector reconocía semanas atrás que el acuerdo era inminente y que el rol del gobierno fue clave. Y aunque en principio la salida de los 350 MW de la generadora afectó sus ingresos, luego fue menos dañina por la aparición de lluvias en el invierno pasado, que mejoraron sus márgenes.
La última maniobra política de Pacheco se dio esta semana, justamente, en la línea de apoyar la interconexión del SIC con el SING. El ministro de Energía informó que personalmente participará en las negociaciones con las distintas comunas que serán afectadas por la construcción de una línea de casi 600 kilómetros desde el Santiago hasta una zona cercana a la unión con el sistema eléctrico del Norte Grande.
De esta forma, Pacheco se juega sus fichas en lograr la concreción del proyecto para tres años más y disponer, así, de la energía que no se utiliza en el norte del país.
Suez ha dicho que espera el respaldo del gobierno para que su proyecto sea declarado como parte del sistema troncal, lo que daría mayor viabilidad financiera a la línea que planea construir.
Las relaciones de Suez con el gobierno son buenas. Acudió a la licitación y fue clave para su éxito. Según reveló La Tercera el 26 de junio de este año, ejecutivos del grupo se reunieron privadamente con la CNE en mayo pasado y en las últimas semanas Juan Clavería, gerente general de GDF Suez Chile, ha sido visto al menos una vez en el piso del gabinete de ministro Pacheco.
No sólo eso, en la Cena Anual de la Energía del 25 de junio pasado, Clavería tuvo asiento junto a la Presidenta Bachelet. Aunque quienes participaron de la organización de dicha comida aseguran que Clavería estaba allí por ser directivo de la Asociación Gremial de Generadoras de Chile (AGG).
Otras voces que conocen el sector dicen que Suez financió una parte importante de la cena, pero fuentes bien informadas advierten que cada compañía puso recursos en función de su posición en el mercado.