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Opinión: Los efectos de la Reforma Tributaria en la reactivación de nuestra economía

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Patricio Gana Urzúa
Por : Patricio Gana Urzúa Socio principal de AK Contadores
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Las proyecciones de los expertos y organismos internacionales manifiestan que la economía chilena tendría un crecimiento este año que rondaría como máximo un 3%, por lo cual es importante vislumbrar los efectos que tendrá la Reforma Tributaria en el proceso de reactivación económica, que comenzó su puesta en marcha gradual durante el año pasado. 
    
Hay que considerar que la reforma está diseñada principalmente para incentivar el gasto, lo cual debiera tener efectos de corto y mediano plazo para nuestra economía en términos de reactivación. Por ejemplo, esto podemos observarlo principalmente con la depreciación acelerada a 12 meses, que afecta principalmente a Pymes, o depreciación a un décimo de su vida útil que afecta a empresa medianas.  

Las empresas podrán verse beneficiadas en el corto plazo al adquirir bienes de capital y tener rebajas importantes en términos de pago de impuesto de primera categoría, pudiendo generar incluso pérdidas tributarias por este efecto. En este sentido podríamos tener empresas que tengan utilidades financieras y pérdidas tributarias. El impacto de este efecto, en la actual situación económica me parece que será, en todo caso, de relativa importancia.
 
En el largo plazo esta tendencia de incentivo al gasto será mucho más mesurada, ya que las empresas tienen limitaciones de caja según su actividad y tamaño. Las compañías no pueden gastar por gastar. Es por ello que se hace indispensable un manejo cada vez más profesionalizado de las empresas, sobre todo de las Pymes que tienen menos acceso a asesorías profesionales de alta calidad. En el largo plazo este sistema de incentivo al gasto puede ser peligroso si no existe un manejo adecuado de parte de las instituciones.
 
Sin embargo, pese a que van a estar todas las condiciones para que exista un impulso en la economía, en términos generales, considero que en el fondo con esta reforma se está dando un paso atrás, en aspectos como la menor cantidad de exigencias y documentación que les solicitará el SII a las empresas. Ahora las compañías comenzarán a hacer cálculos de impuestos en general con bases que son diferentes. Esto ocasionará que exista un manejo y administración con menor cantidad de datos (no sólo con la finalidad de pagar impuestos), lo que podría generar riesgos que van más allá del tema de cálculos de impuestos puntuales de la Reforma Tributaria. 

Por otra parte, no me parece favorable para la inversión el hecho de que estén subiendo el impuesto de primera categoría a las empresas y los de las personas continúen siendo bajos en comparación, por ejemplo, con los mismos países que estamos copiando, como las naciones nórdicas y España. En estas economías desarrolladas de Europa, entendieron que a las empresas se les tiene que cobrar menos y a las personas más. Claro que las tasas nominales de impuestos son altas, sin embargo, están llenos de exenciones para llegar a tasas reales en ocasiones inferiores al 20%. 

Por ejemplo, en Alemania existen diversos subsidios a las empresas, como el GRW, que es un programa nacional de ayuda a la inversión. Este cuenta con subvenciones directas a proyectos de inversión en toda Alemania en áreas específicas y que varía dependiendo del nivel de la región de desarrollo económico. En las áreas de apoyo máximos, las empresas grandes pueden obtener incentivos sobre el 30% de sus costes de inversión, pequeñas y medianas empresas hasta un 40% y pequeñas empresas hasta el 50%.

También en Alemania existe un banco de desarrollo de la República Federal de Alemania que ofrece una amplia gama de productos, incluyendo préstamos, productos de financiación y capital social –todo preparado para los inversores a través de diferentes programas–. También existe un apoyo tecnológico importante gracias al Programa de Innovación para la PYME (ZIM). Es por ello que las tasas efectivas de impuestos son más bajas que la tasa nominal. 

En Chile nosotros vamos en sentido contrario, y parece que cobrar impuestos a las personas es un pecado capital. En países más desarrollados los impuestos son más altos, porque el Estado es (en teoría) mejor administrador que los privados de temas clave como lo son la salud y la educación. En estos países la salud y educación de calidad “no” son gratuitas, las pagan todas las personas a través de sus impuestos. Nosotros estamos copiando mal sistemas ajenos y los resultados de ello ya se palpan. El ambiente está enrarecido. 

En Asesoría Tributaria existen 2 máximas: "Las asesorías tributarias son un traje a la medida" y "los mayores errores se cometen cuando se copia una solución que se diseñó para otra persona o empresa". Ambas se refieren a algo similar. Quizás en términos económicos estamos cayendo en el mismo error que dichas máximas quieren evitar.

Finalmente, es bueno indicar que no existen sistemas perfectos. Incluso aquellos países a los que de una u otra forma intentamos imitar en términos de estrategias tributarias, laborales o de política social, también están continuamente cambiando, buscando sistemas que se ajusten a nuevas realidades económicas y de negocios. No existen recetas mágicas, pero todos esperamos, por el bien de Chile, que se corrijan los errores y se tomen las mejores decisiones para el país, sin la mezquindad de una elección política a la vuelta de la esquina. Pensemos en un Chile a 20 o 30 años, no sólo a 4.

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