Sebastián Dávalos, hijo mayor de la Presidenta Michelle Bachelet, aseguró que no hay nada ilícito en el negocio inmobiliario que llevó a cabo su esposa y que lo forzó a renunciar el viernes pasado a un cargo oficial, y denunció que se dijeron "muchas mentiras" sobre el asunto.
"Se dijeron muchas mentiras, esa es la verdad, y queda en el aire esta sensación de que hay algo ilícito o turbio, pero que nadie es capaz de explicar bien", dijo Dávalos en una entrevista que publicó ayer El Mercurio, la primera que da para hablar de su polémica dimisión.
El hijo de la mandataria -quien no percibía retribución alguna por el puesto oficial al que renunció- dejó el viernes el cargo de Director Sociocultural de la Presidencia, tras un polémico negocio inmobiliario llevado a cabo por su esposa, Natalia Compagnon.
La esposa de Dávalos es socia al 50% de la empresa Caval Limitada, que obtuvo un préstamo por valor de 6.500 millones de pesos (unos 10,4 millones de dólares) para la adquisición de unos terrenos en el municipio de Machalí.
El crédito fue otorgado por el Banco de Chile el 16 de diciembre de 2013, un día después del triunfo de Bachelet en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales.
La operación se fraguó durante una reunión celebrada en la sede del banco en noviembre de ese año, en la que participaron Andrónico Luksic, dueño y vicepresidente de la entidad financiera, y el propio Sebastián Dávalos, por entonces gerente de operaciones de Caval.
El hijo de Bachelet descartó que ese encuentro con Luksic fuera "imprudente", porque en ese momento él trabajaba en el sector privado. Al mismo tiempo, aseguró que la Presidenta no estaba al corriente del negocio inmobiliario que realizaba su hijo y su nuera.
En ese sentido, reconoció que este episodio provocó un "daño" a la imagen de la mandataria y del Gobierno, razón por la cual decidió abandonar su cargo.
El objetivo del crédito bancario que obtuvo Caval era adquirir unos terrenos rurales que estaban pendientes de ser recalificados para uso urbano, cosa que aún no ha sucedido.
A pesar de ello, la empresa –que había intentado infructuosamente obtener el préstamo en otros bancos– vendió después los terrenos por un precio superior al de su compra, en 3.000 millones de pesos (unos 4,8 millones de dólares).
Versión de Luksic
Por su parte, el vicepresidente del Banco de Chile habría aceptado reunirse con Dávalos y su esposa para no hacer un “desaire” a familiares de la mandataria.
Así lo señalan, también en El Mercurio de ayer, personeros cercanos al empresario, quienes aseguran que “complicado por hacerles un desaire a los parientes de la que se perfilaba sería la futura Mandataria, el empresario de origen croata accedió”.
La información explica que el encuentro fue solicitado por el gerente de Exportadora y de Gestión Caval, Sergio Bustos, quien estipuló que irían Compagnon y Dávalos.
El encuentro se realizó el 6 de noviembre de 2013 y se tuvo especial cuidado, puesto que Dávalos ingresaba en la categoría de Personas Expuestas Políticamente (PEP), la cual incluye a autoridades de los poderes del Estado y sus familiares.
De acuerdo a lo que se señala, el hijo de la jefa de Estado no era parte de ese grupo de personas, pero se le aplicó la condición producto que “era obvio que –su madre– sería la próxima Presidenta”.
La información cita a quienes conocieron el proceso, los que comentaron que era algo inusual que Luksic recibiera en persona a los solicitantes de un crédito por un monto de esa magnitud, especialmente al tratarse de una empresa como Caval, cuyo capital era de $6 millones.
La nota señala que fue el 13 de diciembre, dos días antes de que se realizara la segunda vuelta entre Bachelet y Evelyn Matthei, cuando el crédito fue aprobado.
Además, se menciona que fue Luksic el que llamó personalmente a todos los directivos del Banco de Chile para detallarles la transacción, como también explicarles lo sucedido a sus hermanos y familia, quienes le habrían reprochado la cita que, más allá de la buena intención, entregaba una imagen negativa al banco y al grupo.