La performance de Fernando Massú ayer en la junta ordinaria de accionistas de CorpBanca parecía la celebración de una Copa del Mundo. “Este año deber ser recordado como histórico”, “no tenemos ninguna restricción para seguir creciendo” y “resultados impactantes” fueron algunas de las frases que marcaron el tono de celebración del gerente general del banco controlado por Álvaro Saieh y que en estos días juega momentos claves para concretar la fusión con Itaú.
Aunque al término de su despliegue de 40 minutos no hubo aplausos del medio centenar de asistentes, Massú se esforzó por dar el máximo de detalles sobre los $ 225 mil millones que ganó el banco en 2014 y que permitieron elevar en 46% las ganancias sobre 2013.
En ningún momento, Massú se refirió a la fusión que desde hace un año viene tramitándose ante la Sbif y que recientemente entró en su fase más compleja, cuando la entidad reconoció ante la Superintendencia un error en el cálculo de los porcentajes con que el banco brasileño y Corp Group quedarán en la firma una vez que se unan.
Sólo respondió acotadamente cuando un par de accionistas hicieron consultas sobre la operación. Luego tendría tiempo de responder las dudas ante los periodistas, donde aseguró con total certeza que el anuncio de la fusión a fines de enero de 2014 no redujo el costo de fondeo del banco y que, si se cayera la operación, tampoco habrá impacto negativo para CorpBanca.
Sus declaraciones llegan en momentos en que la fusión parece entrampada por la molestia que generaron en el CEO para Latinoamérica de Itaú Unibanco, Ricardo Marino, los errores en la información entregada sobre las acciones que tiene Saieh y que elevaron en casi 0,3 puntos porcentuales la participación del empresario en la futura entidad, reduciendo a menos de 0,5 puntos la distancia en la propiedad entre CorpGroup e Itaú.
Extraordinario, impactante, histórico
Massú destacó que CorpBanca triplicó sus ganancias respecto de 2009 y advirtió que no es efectivo que en 2014 haya influido en forma relevante la inflación y la baja del costo de fondeo. Al contrario, dijo que el 80% de las utilidades vinieron de la gestión comercial de su equipo.
Aún más, indicó que solo el negocio de Colombia aportó más de $ 76 mil millones, equivalentes a los dos tercios que CorpBanca tiene en la propiedad, al tiempo que añadió que dicha suma es lo que obtuvo en total un banco de tamaño medio en Chile. Los dos bancos que más se acercaron a ese nivel de utilidades en Chile fueron BBVA e Itaú, el primero con $ 3 mil millones menos y el brasileño, futuro socio de Saieh, que alcanzó casi $ 9 mil millones más.
Massú explicó en detalle el comportamiento de sus distintas divisiones, aseguró que sus niveles de mora y cobertura están muy por debajo del mercado. No sólo eso. Sostuvo que hoy en CorpBanca “no tenemos ninguna restricción para seguir creciendo ni para seguir aportando tanto al crecimiento en Chile como en Colombia”. La frase apuntaba al nivel de patrimonio con que hoy cuenta la entidad, que bordea los US$ 3.000 millones.
Incluso advirtió varias veces que 2014 no fue el resultado de un año específico sino que el producto de un trabajo largo orientado a conseguir este nivel de ganancias. “Esto no es una golondrina, es el trabajo de muchos años. Es fruto de gestión comercial de excelencia”, recalcó.
También destacó las cualidades de su incursión regional, recordando que tiene presencia en Estados Unidos y Colombia, además de vías remotas en otros países de la región. “Cuando se dice que CorpBanca está en vías de tener huella regional la verdad es que ese objetivo estratégico ya no es un proyecto sino una realidad”, aseguró Massú.
La culpa no es sólo de Saieh
Cercanos al proceso de fusión han dicho en las últimas semanas que el olvido de las más de 900 millones de acciones que tenía CorpGroup en CorpBanca en custodia no fue tal, sino parte de las señales que estaría dando Saieh para complicar la fusión y forzar a que caiga.
Aunque oficialmente por ambos lados niegan esta versión, son numerosas las voces informadas que indican que el banco brasileño está consciente del posible cambio de planes de Saieh, quien habría gastado casi la totalidad de los más de US$ 1.000 millones en créditos otorgados por Itaú para cubrir los requerimientos financieros previos a la fusión. SMU parece encaminada a recuperarse e incluso su grupo de comunicaciones Copesa habría superado la fase crítica en que estuvo en 2014.
Por ello, parecía clave que Saieh reconociera el tema de las acciones como un error propio. Sin embargo, ayer Massú le dio una mano y adjudicó la falla a todos los incumbentes en la operación.
Explicó que, en medio de la revisión, todos los participantes de la operación, bancos de inversión, abogados, Itaú, CorpBanca y CorpGroup, detectaron el error. “No es una responsabilidad asignable a alguien en particular… Cuando hay un error que no es de una parte en particular… recuerdo que (respecto de) la información todas las partes tienen acceso, memoria, todos los inversionistas, analistas, todos tienen acceso, entonces la pregunta la doy vuelta, la capacidad para detectar el error es del mercado completo, y se hizo ahora”, explicó Massú, buscando hábilmente una salida a la incómoda y reiterada pregunta de los periodistas.
Frente a la incredulidad que generaba la respuesta, otro profesional le insistió apuntando a lo más evidente aunque crudo.
“Pero son todos ingenieros, no va a decir que no saben sumar”, apuntó un periodista, ante lo cual Massú respondió: “Si es la conclusión que quieren sacar”.
“CorpBanca va a seguir siendo exitoso con fusión o sin ella”
Massú adelantó que el llamado a la junta de accionistas se hará una vez que se reciba el informe de peritos, que entre otras cosas debe verificar los términos de intercambio y la aprobación del estado financiero de Itaú. En su opinión, la errónea información sobre las acciones de CorpGroup no debiera forzar el reinicio del proceso de evaluación por parte de la Sbif, que hasta ahora no ha dicho una palabra sobre el caso, cumpliendo –según dicen– con la prudencia que les rige.
En cualquier caso, el pacto firmado por Saieh y Marino considera dos años como plazo máximo para concretar la operación, el que se cumple a comienzos de 2016. Si pasa ese tiempo, reconoció Massú, no hay extensión considerada en el acuerdo.
Massú también fue consultado en reiteradas ocasiones por los términos de intercambio firmados entre Itaú y CorpBanca. En 2014 CorpBanca superó largamente las ganancias proyectadas en el pacto firmado con los brasileños, mientras Itaú estuvo por debajo de dichas estimaciones.
En el mercado e incluso cercanos a Itaú aseguran que las ganancias del banco de Saieh en parte fueron influidas por la normalización de los costos de fondeo –y el consiguiente mejor spread para CorpBanca– que trajo consigo el anuncio de la fusión a fines de enero de 2014. Esto, precedido del buen ánimo en el mercado generado por el conocimiento de que CorpBanca negociaba la venta o fusión con Itaú, BCI o BBVA Chile.
Sin embargo, Massú descartó por completo el efecto del anuncio en el costo de financiamiento. Recordó que en su presentación quedó claro el impacto cero de dicha noticia y que si no se concretara la fusión el banco de Saieh no vería ningún efecto negativo.
“No tendría por qué tener un costo distinto cualquier cosa que suceda. Por otra parte, también se muestra explícitamente en el gráfico, por el equipo de Corpbanca y las gestiones del equipo fue posible reducir ese costo de fondeo con bastante antelación al anuncio de la fusión. Por tanto, como saben, enfrentamos la coyuntura que se resolvió exitosamente y creo, al menos desde mi punto de vista, que no hay una correlación entre el anuncio y el costo de fondeo del banco”.
Massú aludía al último gráfico que mostró en su presentación ante los accionistas. En él, se revela que, hasta julio de 2013, el premio exigido por depósitos a plazo en CorpBanca se ubicaba bajo los 20 bps, cifra que saltó drásticamente a casi 130 bps en septiembre de ese año. El alza se generó después que se conocieran las operaciones de financiamiento que había desde CorpBanca a SMU a través de fondos de inversión gestionados por Celfin Capital (hoy BTG Pactual), lo que sumado a la crisis financiera de la supermercadista hizo dudar de la solvencia económica de grupo Saieh.
Y aunque las AFP aceleraron drásticamente su salida de la propiedad de CorpBanca (y bajaron a la mitad su exposición a los depósitos a plazo), el banco logró captaciones de otros actores del mercado (clientes individuales de altos ingresos y retail), zafando del difícil momento y llevando el premio al mercado a niveles de casi 40 bps a mediados de octubre de ese año.
Massú, eso sí, no recordó que desde ese momento y hasta que se supone –a fines de noviembre de 2013– que Saieh negociaba compartir o ceder el control de banco, el premio rebotó a niveles cercanos a 70 bps y que este sólo volvió a bajar drásticamente a fines de enero de 2014 con el anuncio de la fusión, que desplomó el costo de fondeo a un premio casi idéntico al que había antes de la crisis de julio de 2013.
De hecho, desde entonces el costo de fondeo se ha mantenido relativamente constante, con una suave alza desde el último trimestre de 2014.
Pero Massú simplemente no estaba para dejar dudas acerca de si CorpBanca –y Saieh– pueden sobrevivir sin la fusión. “Con estos resultados, con esta solidez financiera, con este capital, con la presentación que hice, (es) difícil… perdón, descarto cien por ciento, cualquier evento… CorpBanca es un banco que ha sido exitoso en su trayectoria y va a seguir siendo exitoso con fusión o sin ella, si ocurriese algún percance”.
El ejecutivo parecía tan orgulloso como el propio Saieh cuando el miércoles –en un seminario realizado en su hotel (Hyatt)– dijo que el nivel de solidez de su banco era tal, que la sucursal en Nueva York está calificada como categoría 2, “la más alta para un banco”, tras lo cual agregó que “BancoEstado es categoría 2. Casi todos los otros bancos… no sé… si Itaú será categoría 2, a lo mejor es menos”.
La frase, que podría ser una más en el orgulloso pecho del empresario, fue seguida por una mirada a dos de sus oyentes en primera fila: Ricardo Marino y el gerente general de Itaú Chile, Boris Buvinic. Una señal más.