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Presidenta Bachelet concreta hoy cirugía mayor a su gabinete y salida de Arenas sería mayor sorpresa

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En total hermetismo. Así ha sido la forma en que la Presidenta Michelle Bachelet ha resuelto la conformación de su segundo gabinete, con el que busca sortear y dejar atrás el escaso apoyo que tiene su mandato en las encuestas, pero, sobre todo, superar la crisis de credibilidad que tienen las autoridades, a la luz del cuestionamiento público por la oscura relación de la política y el mundo privado para el financiamiento de campañas. Lo único concreto, es la salida del Gobierno del ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, lo que representa un nuevo diseño de comité político y conducción.

 A las 9 de la mañana, en el Salón Montt Varas, Bachelet tomará juramento a su nuevo gabinete, con lo que despejará la incertidumbre que se instaló en el Gobierno el miércoles en la noche, cuando –durante una entrevista en directo en Canal 13 con Don Francisco– anunció que les había pedido la renuncia a todos sus ministros y que se tomaría 72 horas “para decidir quién se queda y quién se va”.

El sábado, pasadas las 14:30 horas, se confirmó que el anuncio se concretaría recién esta mañana, en medio de críticas por el hecho de que la Mandataria no cumplió su propio plazo, pero más aún por mantener totalmente al margen a los partidos de la Nueva Mayoría de las definiciones que ha realizado a puertas cerradas en su casa de La Reina, desde donde ha efectuado escuetas consultas y sondeos. Solo su jefa de gabinete, Ana Lya Uriarte, y el abogado Carlos Mackenney, se cuentan entre los pocos que conocen en detalle las cartas que ha barajado Bachelet estos días.

En ese hermetismo, las pocas versiones que circulaban en la noche del domingo coincidían en que el ajuste de gabinete promediaría cambios en unos 8 ministerios, en cuatro de los cuales habría enroque de ministros y en otros cuatro los secretarios de Estado saldrían definitivamente del Gobierno.

Ya es sabido, aunque no oficialmente, que Peñailillo saldrá del Gobierno, lo que implica  un fracaso a la apuesta de renovación política que había hecho Bachelet al ponerlo como conductor político de su administración.

La salida del aún ministro del Interior se gatilla por el mal manejo que tuvo respecto de su vinculación con boletas emitidas al operador político Giorgio Martelli, lo que complicó sobremanera a La Moneda e instaló en el seno del Gobierno el conflicto del oscuro financiamiento de la política y las campañas.

No son pocas las versiones que también hablan de una posible salida del ministro de Hacienda, Alberto Arenas, cuestionado por las eventuales presiones al Servicio de Impuestos Internos para frenar las querellas a Martelli y las investigaciones a la arista SQM. Pero también, desde el año pasado, su figura genera duros reparos en el empresariado y se le critica que permanentemente ha tenido que corregir las cifras de proyección económica.

Se dice que en democracia nunca se le ha pedido la renuncia a ningún ministro de Hacienda, lo que no deja de ser verdad, salvo cuando salió de dicho cargo Eduardo Aninat en el Gobierno de Eduardo Frei, para irse al Fondo Monetario Internacional (FMI), lo que es distinto a la situación de Arenas.   

Después de la ceremonia de juramento, la Presidenta Bachelet quiere marcar inmediatamente la señal de empezar una nueva etapa. Así, a las 11 de la mañana dará a conocer las medidas concretas de la agenda de probidad, tanto proyectos de ley como las disposiciones administrativas que impulsará La Moneda, surgidas del informe elaborado por la comisión Engel.

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