Los tiempos de la empresa corporativa como la conocíamos hasta ahora se acabaron. Empresa tradicional (“Brick & Mortar”) que no se transforme organizacional y digitalmente, empresa que terminará por ser irrelevante. Según la consultora Virtus Partners, el índice de transformación digital desarrollado por las compañías en Chile se encuentra en un nivel inicial de digitalización, con un 48% (tomando el 100% cómo ‘muy digitalizado’). Estas cifras entregan un amplio margen para mejorar en lo sucesivo.
En este sentido, la innovación abierta toma un papel fundamental cuando hablamos de cómo las grandes empresas comienzan a abordar sus desafíos. Muchas veces las organizaciones están demasiado concentradas en sus procesos, en la facturación, en sus KPI operativos.
Es decir, en su Horizonte 1, pero dejan de lado aquellas nuevas iniciativas (estratégicas y de negocio) que pueden llegar a incrementar su ROI en el futuro. Es decir, en sus Horizontes 2 y 3. ¿De qué manera podemos mejorar estos puntos sin descuidar nuestra operación base? La innovación abierta, el emprendimiento corporativo y el Corporate Venture Capital (CVC) son alternativas atractivas para adaptarse al cambiante mercado.
Dentro de estos cambios estructurales que supone la digitalización, hay organizaciones que pueden asistir al mundo corporativo en esta transformación del modelo de negocios de manera efectiva y ágil. Por ejemplo, las aceleradoras de negocio pueden ser un buen aliado en el proceso de la digitalización y la exploración de los Horizontes 2 y 3 (mediano y largo plazo). Lo anterior con el propósito de que la empresa pueda dedicarse a explotar de manera óptima su “core business” hoy (Horizonte 1).
El valor que puede entregar una aceleradora de negocios a una empresa corporativa es la conexión con un portafolio de emprendimientos innovadores de diferentes industrias; apoyo en el proceso de integración de los emprendimientos con el modelo de negocios actual; y la formación de intraemprendedores al interior de sus unidades.
La generación de pilotos que sirvan para solucionar los dolores de la organización son una excelente opción para testear de manera rápida, ágil y económica nuevas mejoras, nuevos procesos, o incluso, reestructurar áreas y empresas completas. Si una aceleradora de negocios pone a disposición del mercado su portafolio de proyectos y su “know-how” estratégico-táctico, es bastante probable que el ecosistema se termine viendo beneficiado con los aportes que éstas puedan generar.
Estamos entrando en una época de alta velocidad en la manera en que están cambiando los mercados, donde la tecnología e innovación aportan desarrollo, movilidad, y nuevas maneras de entender los modelos de negocios y su articulación con el cliente final.