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Acerca de la indignación de saber y de la violencia Opinión

Acerca de la indignación de saber y de la violencia

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Juan Cembrano
Por : Juan Cembrano es ingeniero civil electricista de la U de Chile y trabajó como ejecutivo de empresas eléctricas.
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¿Sabe que, hace pocos años, en forma similar, se hizo creer que bajó la rentabilidad para las ampliaciones en transmisión, quedando todo casi igual para las empresas, en valores que superan ampliamente los de mercado? ¿Sabe, en resumen, que, si las autoridades privilegiaran el bien común en las actividades de generación, transmisión y distribución de electricidad, la cuenta de la luz de una industria mediana podría ser actualmente al menos un 38% más baja y la de su hogar un 44% menor?


Tras más de 40 años de trabajo en el sector eléctrico estoy indignado por saber.

¿Sabe usted que, legalmente y sin compensar a ninguna empresa generadora, la autoridad podría permitirle ser «cliente libre» y, así, bajar la cuenta de luz entre un 34% y un 42%?

¿Sabe usted que las empresas distribuidoras cobran por nuevas obras que reciben gratis, y con una rentabilidad que hoy es varias veces la del mercado? ¿Sabe que el Gobierno y el Parlamento están cambiando esa rentabilidad, pero con un ajuste en impuestos para que quede prácticamente la misma? Si lo hicieran como corresponde, aun cobrando por esas obras recibidas de terceros, bajaría el cobro de la componente de distribución en la cuenta entre un 19% y un 20%. ¿Sabe que ahora, con el cambio, esa rentabilidad podrá subir por el riesgo que les significa la generación local, después de que, por más de 30 años, sin riesgo, rentaron de más?

¿Sabe que, hace pocos años, en forma similar, se hizo creer que bajó la rentabilidad para las ampliaciones en transmisión, quedando todo casi igual para las empresas, en valores que superan ampliamente los de mercado?

¿Sabe, en resumen, que, si las autoridades privilegiaran el bien común en las actividades de generación, transmisión y distribución de electricidad, la cuenta de la luz de una industria mediana podría ser actualmente al menos un 38% más baja y la de su hogar un 44% menor?

Si saber esto me indigna, me pregunto: ¿cómo se sentirán de indignados quienes son violentados por la inequidad, apenas subsistiendo y esperando pensiones de miseria? ¿Y qué sienten cuándo ven la banalidad de sus autoridades? Francamente, no sé qué límite deberá superarse para que ellas comiencen a comprender la violencia que trae consigo.

Solo sé que hay que actuar hoy para romper esta cultura vergonzosa de corrupción en los negocios y en la política, terminar con esa codicia ilimitada que está detrás de las cifras de un sector que sí conozco; que percibo, como todos, que está igualmente presente en otros, y que, en definitiva, no permite ni busca un mínimo de equidad.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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