La crisis sanitaria sin precedentes que enfrenta el mundo y que ha tenido como primera consecuencia una debacle económica a nivel global, ha llevado a que la palabra incertidumbre sea la que impera a la hora de hacer pronósticos, incluso del futuro más cercano o al menos hasta que haya una vacuna.
Sin embargo, en medio de toda esta sombra, la economía colaborativa, valor principal del cooperativismo, surge como una luz para el futuro. De hecho, el Premio Nobel de Economía (2001) Joseph Stiglitz destacó, en febrero de este año, cuando la pandemia todavía no golpeaba con fuerza a los países occidentales, que las cooperativas “son el modelo que mejor puede enfrentar los riesgos de una economía que será cada vez más volátil”.
El cooperativismo se presenta como una potente alternativa para paliar las consecuencias derivadas de la crisis y como una respuesta a la reactivación económica a través de la asociatividad, para la consecución de objetivos comunes y la generación de autoempleo. Las cooperativas se sustentan en principios democráticos como la solidaridad, la ayuda mutua y la igualdad de todos los socios, con independencia del capital aportado.
Stiglitz considera que las cooperativas tienen un papel clave en la lucha contra las desigualdades económicas e incluso se refiere a ellas como la economía del futuro. Y es que la economía social es un claro ejemplo de cómo la racionalidad y el progreso social son compatibles y de cómo la eficiencia y la productividad pueden convivir con la responsabilidad social.
En Chile, la pandemia ya ha cobrado la vida de más de 10 mil personas y muchos otros están quedando heridos en el camino: de acuerdo con cifras del Banco Central, durante el segundo trimestre de 2020 la economía se contrajo 14% y las proyecciones más positivas auguran un desempleo de más de 20%. En este escenario lleno de incertidumbre, también se vislumbra un salto creciente en la morosidad y quiebra de pequeñas, medianas e incluso grandes empresas.
En nuestro país el modelo cooperativo ha presentado un resurgimiento importante en los últimos años. Actualmente, existen más de 1.500 cooperativas en variados sectores de la economía. Todas ellas cumplen un relevante rol social cuyo propósito es mejorar la calidad de vida de sus cerca de dos millones de socias y socios.
Aunque en otros países esta tendencia es mucho mayor y las cooperativas representan una parte importante del PIB, abogamos por que en un futuro no muy lejano Chile sea más cooperativista. Asociándonos podemos afrontar mejor los desafíos venideros y salir más fortalecidos que nunca de cualquier crisis.