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La mejor opción para el Banco Central es esperar

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En la minuta de la reunión de Política Monetaria de Mayo se evaluó como una de las opciones disminuir la Tasa de Política Monetaria (TPM) en 25 puntos base. Lo anterior generó fuerte volatilidad y ajuste en las expectativas para la tasa de instancia.

Luego de la cifra de Imacec del mes de Marzo y la baja inflación de Abril el escenario para la TPM cambió drásticamente e incluso los datos de mercado llegaron a incorporar 3 bajas implícitas de 25 puntos base para el segundo semestre de 2013.

Luego, las mejores cifras de actividad a nivel internacional, particularmente en Estados Unidos y las cifras sectoriales del mes de Mayo que mostraron una recuperación de la actividad generaron un ajuste al alza en las expectativas implícitas para la TPM, internalizando solo una baja de 25 puntos base durante 2013. Sin embargo, la publicación de la minuta de la última reunión de política monetaria y el bajo registro de Imacec de Abril llevó nuevamente al mercado a internalizar 50 puntos base de baja en 2013.

Efectivamente la economía se ha desacelerado más rápido que lo proyectado, condición liderada por un menor crecimiento de la inversión. Lo anterior se explica principalmente por una convergencia a tasas de expansión sostenibles luego de crecimientos excepcionales en trimestres previos sin descartar la existencia de factores de incertidumbre política. Por otra parte, las expectativas de inflación implícitas en los instrumentos de mercado de mediano y largo plazo se mantienen bajo 3%. Estos argumentos definitivamente sugieren que el Banco Central de Chile debería adoptar una política monetaria más expansiva. Sin embargo, existen factores que indican que la mejor opción para la autoridad monetaria en el corto plazo es esperar por nuevos datos de actividad y preparar al mercado para una baja moderada de la TPM en el corto plazo, tal como se ha realizado con las últimas declaraciones de consejeros del Banco Central. Estos factores están relacionados a que el consumo interno se mantiene muy dinámico, particularmente los bienes de consumo durables, en un contexto de elevado déficit de cuenta corriente.

Por otra parte, en la cifra puntual de Imacec de Abril, se observó una caída en la producción minera que estaría explicada por factores puntuales los cuáles, en caso de ser aislados, habrían permitido un crecimiento de la economía sobre 5 %.

Finalmente es posible que durante el segundo semestre del año observemos un mayor impulso externo que beneficiará las exportaciones y el crecimiento de la actividad a lo que se suma que las expectativas de inflación retornarían a 3 % en el corto plazo, considerando también el impacto que tendrá la depreciación del peso sobre los registros de IPC.

Los argumentos para que el Banco Central adopte una política monetaria más expansiva en los próximos meses han ganado fuerza.
La desaceleración de la economía ha avanzado a un ritmo mayor a lo proyectado y estimamos que el dato de actividad del mes de mayo será clave para los próximos movimientos de política monetaria. En este sentido, la autoridad monetaria mantendría la TPM en 5 % en la reunión de Junio pero incorporaría un sesgo bajista en su comunicado, preparando de esta forma una eventual baja en la TPM de 25 puntos base en el mes de Julio, la cual probablemente se materializaría en caso que la próxima cifra de Imacec se ubique bajo 4 %.

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