La incertidumbre se ha instalado en el último año en la economía chilena, como no lo hacía desde hace tiempo. Factores internacionales como la desaceleración de la economía china e internos como las reformas tributaria y laboral, han marcado la agenda económica, influyendo en este ambiente.
La incertidumbre es un estado mental que puede agravar el estado real de los mercados al inhibir a los actores en sus decisiones de expansión, inversión en capital físico y humano, y generar una profecía autocumplida. Sin embargo, hoy es posible compatibilizar incertidumbre y crecimiento.
La economía moderna ofrece herramientas dúctiles que permiten moverse en las arenas de la incerteza económica y recoger las oportunidades de expansión sin arriesgar decisiones de largo plazo que más tarde se deban desechar ante coyunturas de contracción.
Entre estas herramientas destaca la externalización de procesos productivos y de servicios. Esta aparece como una opción que aporta flexibilidad a los negocios para enfrentar la incertidumbre del mercado, sin comprometer inversiones permanentes en capital humano o físico.
La subcontratación y puestos de trabajo transitorios facilita a las empresas ampliar su fuerza laboral ante coyunturas económicas al alza, contando con empleados de forma parcial y durante el tiempo que lo necesiten. La empresa contratista será la responsable de los derechos laborales del trabajador, así como de recolocarlo y mantener su fuente laboral en otra empresa cuando termine un proceso productivo o de servicios.
Esta misma herramienta –la externalización y subcontratación– también puede acompañar la adaptación a las reformas laborales. Aquellas empresas que han escogido dar flexibilidad a su organización estructurando pequeñas unidades, podrán mantener esta ductilidad derivando sus procesos y relaciones laborales en empresas especialistas en la contratación de personal.
El estado económico actual convierte a la tercerización en una opción conveniente para que los negocios sigan apostando por el crecimiento e incorporen trabajadores en sus procesos según sus variables expectativas de mercado.
Muchos cuestionan la certeza laboral que tiene un trabajador en estas circunstancias. Sin embargo, al ser recolocado en distintas empresas según las necesidades estacionales de cada rubro, éste mantiene su puesto de trabajo de manera permanente. Es otro concepto de estabilidad, más acorde a los tiempos modernos, y que en el ámbito profesional y de las asesorías muchos aplican. Lo relevante es que trabajador y empresa mandante se relacionen con compañías contratistas serias, que respondan de sus responsabilidades salariales y los derechos laborales.
En definitiva, la palabra incertidumbre que ha aparecido en el mapa de los negocios, no debe ser obstáculo al crecimiento. Las empresas pueden continuar con sus apuestas por nuevos negocios adoptando medidas que aporten flexibilidad a sus decisiones de expansión.
Mario Becerra
Gerente general
GrupoExpro
