Si recordamos la crisis de Chile de 1982, podremos ver que ésta se produjo como consecuencia de la devaluación del peso contra el dólar. El tipo de cambio estaba fijo, por ende, las empresas chilenas comenzaron a endeudarse en dólares, y de la noche a la mañana, al liberar el tipo de cambio a su precio de mercado, las deudas en pocos meses se triplicaron y al reajustar los balances quebraron empresas y hasta quebraron los Bancos.
Chile, en los comienzos de la democracia, basó su crecimiento en la diversificación de exportaciones, se crearon sectores como la industria del vino y la industria del salmón. Luego, a finales de los 90, se comenzó a potenciar un nuevo sistema de “creación de valor”, la industria del retail, con grandes exponentes, como Falabella y Cencosud.
A través de las tarjetas de retail, lograron desarrollar toda una industria de consumo mediante deudas. Las consecuencias, según el informe de Dicom-Universidad San Sebastián, son que actualmente hay más de 3 millones de morosos en Chile, siendo que el desempleo aún permanece bajo, en cifras cercanas al 6%. Ese nivel de morosos “se justifica” con un desempleo del 12%, pero, con un desempleo tan bajo, ¿cómo es posible que existan 3 millones de morosos?
El primer riesgo que tiene Chile como país, es que a pesar de ser el país con más tratados de libre comercio, no ha desarrollado una estrategia efectiva que permita diversificar las exportaciones. El hecho que demuestra mi hipótesis es que hoy más del 50% de las exportaciones son cobre. Esto es riesgoso, porque si a futuro se potencian sustitutos como el grafeno, podemos vivir lo mismo que vivimos con el salitre hace más de 100 años; o el hecho de que el costo de producción de cobre en Perú es de 0,9 dólares por libra, siendo que los costos de producción en Chile son de 1,6 dólares (para qué nombrar Chuquicamata con 2,7 dólares la libra). Es decir, si el precio llega a 1,5 dólares, Chile sale del mercado y Perú sigue siendo eficiente en su producción.
El segundo foco de riesgo sistémico, es el alto nivel de morosidad. ¿Cuál es la causa de que 3 millones de chilenos estén morosos? Simple, no se están evaluando bien los riesgos de las personas al otorgar un crédito, porque no existe un sistema de deudas consolidadas. Hoy hay 3 mundos paralelos: la deuda de retail, la deuda bancaria y la deuda de mutuarias (compra de propiedades donde al poner un 20% de pie, la deuda no aparece en el sistema financiero). Por favor, alguien serio del retail que me responda ¿cómo puedes evaluar el riesgo de no pago de una persona si no sabes la deuda global que tiene en los 3 mundos de deuda? Simplemente no se puede evaluar, y el crecimiento del PIB de Chile, en el fondo, es crecimiento de deuda, es decir, no hay una innovación país que justifique que el crecimiento del PIB sea por ingresos. El crecimiento del PIB en Chile es vía deuda.
Acá viene el tercer foco de riesgo, la deuda en dólares de Chile y sus empresas. Buscando en el Banco Central, indica que la deuda externa bruta de Chile es de US$ 130.000 millones de dólares. Según este informe, entre 2007 y 2013, la deuda en dólares ha crecido 145%, hecho no ocurrido nunca desde la crisis del 82. Acá es donde me preocupa demasiado que EE.UU. salió de la crisis del 2008 gracias a que bajó los intereses a 0,25% a corto plazo, y a pesar de estar con un ritmo de crecimiento superior al 4%, sigue con los intereses bajos, sólo bajo amenaza de que algún día los subirán. El inconveniente es que no sólo las empresas chilenas, sino empresas de países emergentes cayeron en la tasa de “regalo” y los gerentes de finanzas incrementaron sus deudas en dólares. Que las empresas chilenas tengan deudas de US$39.000 millones el 2007, y el 2013 sean US$ 95.000 millones, es un índice de riesgo muy relevante, en especial si sigue subiendo el tipo de cambio. En buen chileno, si “Tío Sam” sube los intereses, puede hacer subir aún más el tipo de cambio nominal. Qué pasa si el dólar llega a $700, $800 o $1.000. ¿Las empresas podrían pagar esas deudas en dólares?
Otro factor de riesgo es que, dada la desaceleración, el Banco Central bajó las tasas desde 5% a 3,25%. Este cuarto factor de riesgo es consecuencia de estas bajas, y sumado a la “amenaza creíble” de alza de tasas en EE.UU, el tipo de cambio pasó de $468 a $600 en 17 meses. El dilema es que el alza del dólar empujó al alza la inflación sobre 4,5% los últimos 12 meses. Por ende, hoy el Banco Central se quedó sin balas, ya los bancos no ofrecen ahorro en UF, debido a que la tasa del central es 3,25%, pero si restamos la inflación de 4,5% estamos en tasas reales negativas. En resumen, el Banco Central no puede bajar más las tasas aunque siga desacelerándose la economía, porque produciría un efecto de aumento de la inflación adicional, sobre rango meta entre 2% a 4% anual.
El quinto factor y el más determinante de lo que pueda ocurrir, son las expectativas que genera el Gobierno con las “reformas a la rápida” (Tributaria, Educacional, Laboral), en cambio en pensiones se tomó el tiempo y la comisión Bravo está realizando un trabajo serio y bien pensado.
Por eso hoy estamos en un punto de inflexión: o el Gobierno estabiliza la economía a través de las expectativas (reformas bien pensadas y con tiempo) o se puede dar un escenario “catrasca” bien complejo, tanto por factores internos como externos.
El siguiente escenario tiene una baja probabilidad de que ocurra, pero podría ser así: Gobierno insiste con “reformas a la rápida”, perjudica las expectativas, y hace caer más el crecimiento. El Banco Central, dada la inflación, no puede adaptarse al escenario recesivo y se queda con tasas de 3,25% o genera más inflación. Si EE.UU sube sus tasas, sube el tipo de cambio por sobre $750, y la deuda de las empresas chilenas sigue creciendo exponencialmente dado el aumento del dólar, y en especial importadores como Falabella y Cencosud se pueden ver muy afectados por el aumento del costo de importación, la baja de precios, aumento de stock y caída de los márgenes. Sumado a esto, el cobre cae a US$2 dólares por enfriamiento de China y el Estado al disminuir sus ingresos comienza a endeudarse para cumplir con sus promesas. Quienes pagan los platos rotos son las personas que con una inflación del 8%, se quedan desempleadas y no pueden pagar los dividendos exponenciales. Eso derrumba el mercado inmobiliario que vende oficinas a 82 UF / mt2 cuando el costo con suerte son 15 UF / mt2. A su vez, la Banca y el retail no pueden cobrar los incobrables de 6 millones de morosos, y dada su deuda en dólares terminan quebrando.
Ojalá que no ocurra este escenario extremo, pero hay demasiados factores de riesgo que hay que resolver definitivamente en Chile: proyecto de deuda consolidada, reformas constructivas y pensadas, diversificación de las exportaciones, transparencia de costos inmobiliarios, educación financiera para evitar morosos. Con estos temas de fondo podremos tener una economía adaptable a los riesgos sistémicos actuales; y si no se realizan estos ajustes, ojalá que el cobre se mantenga sobre los US$ 3 dólares la libra.
Gino Lorenzini, fundador de www.felicesyforrados.cl