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Peso chileno, un año para olvidar

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Como una de las divisas más depreciadas con respecto al dólar, a nivel mundial, termina el peso chileno el año 2014. Nuestra moneda se vio sometida a vendavales provenientes desde todas las direcciones, tanto internas como externas, permitiéndole alcanzar máximos no vistos hace seis años. No se visualizan cambios en esta tendencia para el  2015, pero su avance parece haber quitado el pie del acelerador.
 
Frecuentemente la economía mundial muestra pronósticos de crecimiento sesgados a la baja para el próximo año. Por una parte desde China se proyectan estimaciones de crecimiento en torno al 7% para el 2015, el menor de los últimos 6 años, lo cual, a su vez, será un determinante en la constante presión bajista que experimentarán las cotizaciones de los commodities.

Desde Europa, las presiones deflacionarias y un bajo crecimiento han llevado a su Banco Central a tomar medidas de estímulos que permitan un mayor flujo de liquidez y la mantención de tasas a niveles históricamente bajos, con el fin de revertir la tendencia en el mediano plazo, manteniendo una influencia bajista en la cotización de la divisa de la comunidad europea.
 
Sin embargo, la primera economía del mundo, Estados Unidos, sigue mostrando una sólida recuperación sobre su crecimiento económico y mercado laboral, lo que ha permitido el fin de los programas de estímulos llevados a cabo por la Reserva Federal, y anticipar al mercado las modificaciones sobre su política monetaria en el año que se aproxima.

En la última reunión de la FOMC se dio a conocer que el manejo de la tasa de interés no se modificará por lo menos durante el primer semestre, lo cual será manejado con “prudencia” y observando el comportamiento de los principales indicadores de la economía norteamericana, conllevando una apreciación de la divisa cada vez que nos acerquemos a ese momento.
 
Desde el punto de vista interno, los factores de demanda interna e inversión, mantendrán un factor preponderante en la evolución del crecimiento económico chileno. Por lo menos durante el primer semestre del 2015 se mantendrá la tendencia experimentada durante este año sobre estas variables, lo que en paralelo a una inflación más controlada que el año que recién termina, permitirá abrir las posibilidades a ver nuevos descuentos en la tasa de política monetaria por parte del Banco Central.

Lo anterior, junto a una menor inversión nacional y extranjera, mantendría una presión sobre los flujos de capitales y sufriría una mayor depreciación de la divisa nacional.
 
Dado este escenario, no sería absurdo que la tendencia de la paridad dólar/peso mantuviera su senda hacia los 645 durante el primer semestre. Sin embargo, las medidas que se tomen durante los próximos meses podrían entregar un punto de inflexión sobre el recorrido de esta paridad.

Desde China y Europa, se espera que las medidas de estímulos que lleven a cabo los banco centrales y los gobiernos de cada una de estas regiones empiecen a mostrar sus efectos para comienzos del segundo semestre, conduciendo a una menor incertidumbre a la economía global, la cual para esa fecha es probable que esté cada vez más cerca de visualizar subidas sobre las tasas de interés de la economía de Norteamérica, manteniendo una presión alcista del dólar, pero con un impacto menor sobre la cotización de la paridad, dada la mayor apertura hacia el riesgo, que junto al manejo del gobierno sobre sus políticas públicas de forma correcta (con el fin de ir disminuyendo incertidumbre en su accionar) y aplicando programas que estimulen un sector laboral, podría hacernos ver una mayor apreciación del peso chileno para fines del año 2015, que lo lleve a terminar en niveles cercanos a los 600 pesos.

Pablo Moreno Basso, analista de mercados de Capital FX

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