Las más importantes organizaciones nacionales deben reelegir a sus líderes sindicales, como la Camára Nacional de Comercio, La Cámara de Comercio de Santiago, la Sociedad Nacional de Minería, la Asociación de Bancos y la Sofofa, la madre de todas las elecciones. El aterrizaje de los nuevos dirigentes llega en un año en el que deben sentar sus posturas sobre tres reformas clave para el sector privado, y donde el empresariado parece tener poca línea de crédito con la política.
El primer semestre será un año duro para la economía. No se trata de ser pesimistas. Todas las proyecciones del sector privado indican que, bajo una base más alta de comparación, las cifras del crecimiento económico expresadas en el Imacec con suerte alcanzarán el 3%.
El escenario es complejo, pues no permitirá a La Moneda continuar con la estrategia de “celebrar” las cifras económicas como sí lo hizo en 2018, tomando en cuenta el bajo crecimiento que tuvo el país el último año de gobierno de Michelle Bachelet.
Los cálculos apuntan a que los primeros meses del año, el avance de la economía puede moverse en torno a 2,5% e incluso menos. Con ese antecedente, el ánimo empresarial está más bien contenido, a la espera de que las voces que pueden tener interacción con la política apoyen las reformas que pueden darle más cancha al sector privado: la laboral, la de pensiones y la tributaria.
Esperanzas de que la agenda se fortalezca con otros proyectos de ley, como los cambios al Sistema de Evaluación Ambiental, están hoy por hoy en un segundo plano. “Le vemos pocas opciones, incluso de aprobar la idea de legislar”, dice un empresario.
En ese contexto, la línea directa que puedan tener los privados con la administración de Sebastián Piñera será clave. Los máximos líderes empresariales están en una posición distinta. Por un lado, el timonel de la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC), Alfonso Swett, tiene una buena llegada con La Moneda y la aprobación de su gestión por parte del empresariado. Los críticos de su gestión señalan que su mayor debilidad sería no tomar distancia del Gobierno.
En la otra vereda, Bernardo Larraín Matte ha tenido varios desencuentros con La Moneda y también con el propio Swett. La más reciente, cuando su par en el CPC señaló que, a modo personal, estaba dispuesto a que le subieran los impuestos. Larraín manifestó que no se debe personalizar ninguna discusión. Pese a la cordialidad en la esfera pública, ambos dirigentes han tomado caminos totalmente separados en relación con su relación con el Gobierno.
Por eso, la elección de la Sofofa es clave. Y será la madre de las batallas de una serie de reelecciones gremiales que determinarán quiénes representarán la voz de los privados ante La Moneda. El escenario parece predecible, aunque ha tomado algunos giros.
Larraín Matte irá seguro a la reelección del gremio, y todos apuestan por que sea elegido sin mucha sangre. Más aún, luego de que el posible oponente al actual presidente de la Sofofa se cayera abruptamente. Esto, en referencia a Jeanette Awad. Luego de haber sido empoderada en el gremio, la ejecutiva, respaldada por una serie de reconocimientos a su carrera profesional, dejará la gerencia general de Sodexo, luego de haber sido la primera mujer en ocupar la vicepresidencia de la Sofofa.
“Que una mujer por primera vez asumiera la presidencia de la Sofofa, era lo único que podría eventualmente darle la pelea a Larraín”, dice una fuente. La salida de Awad de la empresa desinfló su posible candidatura, más aun cuando las versiones en torno a su salida no se han aclarado. La ejecutiva deja la compañía después de veinte años en la firma, y sin un cargo en el bolsillo no podría asumir la pelea por el sillón de la Sofofa. Eso el menos pues las perspectiva de varias fuentes es que pierde fuerza. Su cargo de consejera, en todo caso, lo ocupará hasta el año 2021.
Lo anterior despeja el camino a Matte, que ha contado con varios críticos de su gestión, muy personalizada, a juicio de algunos, y que cayó en un tono demasiado crítico con el Gobierno.
Renovación total
La Cámara de Comercio de Santiago (CCS) también enfrentará un recambio. Peter Hill dejará el gremio. Las apuestas son a que alguno de los directores de la entidad se postule, pero que tras la salida -luego de doce años en el cargo- del gerente general de la entidad, Cristián García Huidobro, el objetivo es que se genere una total renovación en el gremio. Patricio Reich ha sido uno de los que ha sonado como alternativa.
Otro histórico que deja la dirigencia es el presidente de la Cámara Nacional de Comercio, uno de los gremios que ha tenido cruces con el Gobierno por la forma en que miden las ventas del sector. A la cabeza de la organización está Manuel Melero, hermano del UDI Patricio Melero. De allí que se le reconozcan bastantes redes políticas. Es importante lo que estos gremios puedan decir en materias como la reforma laboral, aseguran parte de sus socios.
En medio del debate a la polémica propuesta del Código de Aguas, la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA) también deberá reelegir presidente. Hoy la SNA, que también maneja medios de comunicación como la Radio Agricultura, está encabezada por Ricardo Ariztía, y el organismo se ha caracterizado por tener una línea conservadora a lo largo de los años. “Es difícil que ahí exista opción de un recambio o un estilo diferente”, manifiesta un cercano.
Una dirigencia clave será la de la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras (Abif). En enero, el presidente del gremio, Segismundo Schulin-Zeuthen, dijo que se alejará del cargo luego de cuatro años y dos períodos al mando de la entidad. Un directorio de influyentes empresarios elegirá a su sucesor, donde se cuenta a las familias Yarur, Said, Matte y Saieh. El grupo Luksic, controladores del Banco de Chile, tendría voto decisivo en la elección.