Zapallar ha sido siempre un balneario exclusivo, pero se está transformando en inalcanzable. Una casa de 250 metros cuesta hasta $ 547 millones, sobre US$ 1 millón. Más de lo que valen varias viviendas equivalentes en metraje o incluso superiores en Santa María de Manquehue o en Vitacura. O en los nuevos condominios en los altos de San Carlos de Apoquindo con cocinas de última generación, piscina y terminaciones de lujo.
Apenas a 10 kilómetros, en Maitencillo, una vivienda de los mismos 250 metros cuesta ocho veces menos, o sea, $ 68 millones. En Cachagua, a cuatro kilómetros de Zapallar, la brecha es de 20 %.
Se dice que en esos kilometros veranean menos del 1 % de Chile, pero más de la mitad del PIB.
Los datos de la consultora inmobiliaria y de turismo Fitzroy, publicados por el Diario Financiero, revelan que en el caso de los departamentos se mantiene la misma diferencia entre Cachagua y Zapallar, aunque los valores de las unidades son la mitad en relación a una casa. Y Maitencillo se acerca un poco más: la distancia en precios es de hasta cuatro veces comparada con Zapallar y de tres con Cachagua.
Los que se construyeron o compraron hace una década en Zapallar descansan sobre una mina de oro, gracias a la escasez de tierras y a un Plan Regulador muy restrictivo.