Hace casi 14 años, Rodrigo Vergara y Juan Andrés Fontaine exploraron la idea de dolarizar la economía chilena.
En un "paper" para la revista de economía de la Universidad Católica, el actual presidente del Banco Central y el ex ministro de Economía de Sebastián Piñera, argumentaron a favor de la medida que elimina el poder del Banco Central. Descartado el dinero nacional, desaparece la política monetaria y la conocida capacidad de los bancos centrales para cometer errores o dejarse llevar por consideraciones políticas.
Pero, aunque su conclusión fue que la idea es atractiva, es una "cuya hora está aún muy distante". Dicen que no es conveniente hacerlo, al menos mientras su integración a la economía mundial y flexibilidad sean significativamente mayores.
Concluyen que "no es descartable" que las condiciones para dolarizar la economía chilena terminen cumpliéndose a lo largo de las próximas décadas, ya que la globalización apunta a tener una moneda única. "En un mundo plenamente integrado, la dolarización hace tanto sentido como ocurre con la actual utilización del peso en todo el territorio chileno".
Pero afirman que por el momento (año 2000), una mejor alternativa a la dolarización es un régimen de cambio libre, con plena integración al mercado de capitales mundial y libre circulación de monedas extranjeras. "En tal caso, la dolarización no sería impuesta por un acto de gobierno, sino resultado de selección natural de monedas. No podríamos oponernos a una solución semejante", dicen los economistas.
Eso sí, uno de los efectos de la dolarización es que le quita poder al Banco Central y uno podría imaginarse que Vergara tendría bastante menos que hacer si se cumpliera su vaticinio de la “selección natural”.