Los cruzados mostraron evidentes mejorías en el debut del técnico Mario Salas. La UC se impuso con algo de angustia al final del partido ante Antofagasta, un rival que mostró poco y que sufre con la posibilidad de perder la categoría.
Hace un par días, desde San Carlos de Apoquindo, algunos jugadores manifestaron que a Mario Salas le creían y que estaban alineados con su propuesta futbolística, declaraciones que explican, sólo en parte, el pobre rendimiento del semestre anterior. Se deduce que Julio Falcioni trabajaba poco y convencía menos.
En el Francisco Sánchez Rumoroso de Coquimbo, donde se jugó el partido entre Deportes Antofagasta y Universidad Católica, se vio un equipo distinto, más allá de las consideraciones tácticas o la distribución en la cancha. Se percibió otra actitud, mayor entrega y compromiso para recuperar el balón, acompañar las jugadas y generar peligro. Eso se extrañaba en los anteriores partidos de la UC.
Si bien Antofagasta no es el equipo ideal para obtener un parámetro fidedigno de las mejoras futbolísticas -por algo pelea en el fondo de la tabla de los promedios-, quedó claro que esta Católica es otra. Con los mismos jugadores, debido a que Mario Salas recién podrá contar con refuerzos en la siguiente fecha, pudo exhibir mucho más que la campaña pasada, donde apenas alcanzaba para inquietar un par de veces al arquero adversario.
La UC se impuso por 3 a 2, con goles conseguidos desde balones detenidos, tanto a favor como en contra. La faceta defensiva debería mejorar con la llegada del uruguayo Walter Ibáñez, el Colorado, que llega con la misión de jerarquizar la defensa cruzada. Es un jugador que va bien por arriba (en ambas áreas), con buena salida pero a veces un poco lento en los desplazamientos, aunque se las arregla para llegar oportunamente a los cruces. Es un defensa acostumbrado a convertir.
Católica se creó muchas ocasiones de gol, con importante volumen ofensivo. Ocupó bien los espacios, pero careció de un goleador fino. Por lo mismo, la presencia de Roberto Gutiérrez debería ser una solución a la hora de aprovechar las oportunidades. Es un futbolista que se debería amoldar a la perfección a la propuesta de Mario Salas, quien acostumbra sacarle brillo a sus centrodelanteros.
El tercer refuerzo también es delantero, el argentino Gonzalo Ríos, cuya contratación debería confirmarse en la presente semana. Una verdadera incógnita que llega desde Boca Unidos, equipo del ascenso trasandino. Será el reemplazante de Ramiro Costa en el plantel. José María Buljubasich, gerente deportivo de Cruzados S.A., confía en acertar esta vez con los refuerzos. Gutiérrez, al menos, es prenda de garantía.
Católica tiene en Franco Costanzo un arquero sólido (uno de los pocos rescatables de la era Facioni). Cristopher Toselli recién podrá pelear el puesto en dos meses más, cuando ya esté recuperado de su operación de rodilla. Salas propondrá cuatro jugadores en el fondo, donde Cristián Álvarez y Walter Ibáñez aparecen como los más seguros centrales. Erick Pulgar será clave para el entrenador, porque le dará quite y salida al equipo, acompañado de Tomás Costa.
En la creación hay dudas. Darío Bottinelli -quien no pudo debutar por problemas con su pase perteneciente a la empresa brasilera Traffic-, debería tener oportunidades para conducir al equipo, pese a su horrible último semestre. Quedó claro que Michael Ríos no es el indicado para cumplir esa misión.
Universidad Católica tiene un plantel importante que se enriquecerá con las incrustaciones. Sólo necesitaba un adiestrador que pudiera sacarle el máximo rendimiento. Mario Salas, el Comandante, aparentemente es el indicado para eso. Los cruzados tendrán un desafío importante para poder dimensionar el alza: Unión Española, el próximo domingo a las 18:45 horas, en San Carlos de Apoquindo.