Mientras en el grupo de 18 a 29 años un 49% tiene una opinión favorable al control policial y militar del confinamiento y en los sectores de menos recursos un 46% apoya esta medida, revela la encuesta Vida en Pandemia de la Universidad de Chile. El estudio, aplicado a 2.522 personas, revela además que, ante la disyuntiva entre trabajo y confinamiento, una mayoría del 43% de los encuestados pone a la salud por sobre la economía; mientras que un 60% estima que el Gobierno ha priorizado a la economía en el marco de la crisis, y sólo un 8% cree que el foco de la autoridad ha sido la salud [ACTUALIZADA]
A inicios de octubre, un 97% de las comunas de la Región Metropolitana se encontraban en fases de desconfinamiento, un proceso que sin embargo la población comenzó antes de que la autoridad dispusiera el levantamiento oficial de las cuarentenas. Así lo plantea un informe del Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería, elaborado por investigadores de la U. de Chile, que detectó en agosto una movilidad incluso superior al período previo a las medidas de confinamiento.
Este fenómeno, sumado a la continuidad de los toques de queda, a las posibilidades de rebrotes y retrocesos en el Plan Paso a Paso, y a una eventual necesidad de volver a decretar cuarentenas, plantea la interrogante sobre cómo
las personas adoptaron y percibieron las medidas de confinamiento en este tiempo.
Este fue el foco del tercer informe de Vida en Pandemia, estudio longitudinal e interdisciplinario de la Universidad de Chile que monitoreará el impacto de la pandemia en la sociedad.
En esta oportunidad, el reporte indagó además en las percepciones de riesgo y condiciones personales de los individuos en el contexto del confinamiento, su adhesión a las restricciones de libertades, y su parecer sobre la motivación de la autoridad, entre otros aspectos, a cuatro meses del inicio de la pandemia.
Una de las conclusiones del estudio en esta oportunidad fue el contraste generacional y socioeconómico en el apoyo a la vigilancia policial y militar como dispositivo de control frente a la pandemia. En general, 70% de las personas expresa una opinión favorable al control policial y militar del confinamiento. El contraste generacional se refleja en que un 84% de los mayores de 60 años apoya la vigilancia policial y sólo un 7% está en contra; mientras en el grupo de 18 a 29 años un 49% tiene una opinión favorable y 24% la rechaza.
También se observan diferencias socioeconómicas importantes, con un 82% de los sectores de mayores ingresos que apoya esta medida versus un 46% que está a favor en el grupo de menos recursos.
Frente a este fenómeno, Irma Palma, académica de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile e investigadora principal de Vida en Pandemia, comenta que “mientras la autoridad y sectores de mayor edad y más altos ingresos interpretan la vigilancia policial y militar como un asunto de cuidado de la salud de la población, parte importante de las generaciones jóvenes y sectores populares hace una interpretación distinta, que se funda
en una relación anterior a esta crisis, ya que en la historia, antigua y reciente, esos grupos han estado sometidos más a la represión que a la protección».
La sanción al incumplimiento de normas sanitarias por diagnosticados con Covid-19, por otra parte, muestra una opinión favorable en el 64% de los encuestados. En el análisis por grupos, se aprecia que el apoyo a estas medidas abarcan al 77% de las personas entre 18 y 29 años y al 84% de los mayores de 60 años. Estas tendencias generacionales se replican también frente a la consulta sobre la prohibición de circular durante la noche,
iniciada el 22 de marzo y que se mantiene hasta hoy. El respaldo al toque de queda es de 59% en el grupo de 18 a 29 años y de 87% entre los mayores de 60; mientras que el 23% de los primeros y sólo 8% de los segundos respondieron en contra.
Sobre el nivel de adopción de las cuarentenas, 69% de las personas que estaban o habían estado en confinamiento obligatorio declara haberse confinado completamente (“siempre”) y 21% responde que se confinó en gran medida (“la mayor parte del tiempo”), mientras sólo un 7% dice no haberlo hecho nunca. En este sentido, un 90% afirma una alta adopción del confinamiento cuando la autoridad lo impuso. No obstante, el confinamiento obligado asume
la salida excepcional del lugar habitado bajo condiciones permitidas, por lo que alguien que sale en ese marco cumple con el encierro demandado, y puede definir su confinamiento como total.
Por esta razón, es necesario considerar también que sólo un 43% dice que nunca salió las últimas dos semanas antes de la aplicación de la encuesta.
En segmentos específicos, las generaciones de hombres entre 30 y 59 años registran el nivel más bajo de adopción total del confinamiento obligatorio. También se observan diferencias de género por grupo socioeconómico. En el segmento de mayores ingresos, un 80% de las mujeres señala haber cumplido siempre con la medida de quedarse en casa, versus un 70% de los hombres; mientras en el de menores recursos esta tendencia se replica de igual forma, con un 76% de mujeres y un 63% de hombres que se mantuvieron siempre en confinamiento.