La incontrarrestable crisis que se vive al interior de RN, los resultados en las primarias de las municipales y una directiva con poco piso, están siendo las razones para adelantar los plazos antes acordados para la inminente salida del ministro de Defensa, Mario Desbordes. Desde Renovación Nacional aseguran que la fecha límite se habría establecido para antes del 11 de enero, día en que se cumple el plazo fatal para la inscripción de candidatos a la elección constituyente. Pero con su retorno a la casona de Antonio Varas se espera, además, que termine la división entre «Corea del Norte» y «Corea del Sur», una analogía que levantan para graficar a los partidarios del timonel, Rafael Prohens, y a la disidencia empeñada en desbancarlo de su cargo.
La estrategia de supervivencia que adoptó la directiva de Renovación Nacional (RN), incluido su secretario general, Felipe Cisternas, está colmando los ánimos transversalmente en la tienda de Antonio Varas. Y si bien los miembros del ala liberal son los que le siguen dando piso al presidente y senador Rafael Prohens, resguardándolo de las embestidas de la disidencia, que constantemente lo critica en público y pide el adelanto de las elecciones, varios de los primeros aseguran que cada vez más la idea de sostenerlo se va disolviendo.
“Se puede ser pragmático, pero no todo en la política es contención, no se puede dirigir sin ideas, hay que tomar definiciones”, se escucha cada vez con mayor frecuencia en los círculos de RN, especialmente después del domingo 29 de octubre, cuando la colectividad perdió Vitacura, la comuna más emblemática de la derecha, quedando en manos del partido que ni la UD ni RN habrían pensado jamás, Evópoli, con la exministra Camila Merino, quien derrotó al concejal RN Max Del Real y al exalcalde UDI Pablo Zalaquett.
Pero más allá de los resultados electorales de las primarias, la disputa por la conducción de la colectividad vuelve a concentrar la atención en esa tienda, que está dividida como Corea del Norte y Corea del Sur, asegura un parlamentario.
El último de los roces de la directiva con la comisión política se dio este lunes, cuando esa instancia estuvo dispuesta a sacar un pronunciamiento respecto de lo innecesario de pactar con Republicanos, de José Antonio Kast. En la ocasión intervino Rafael Prohens, pidiéndoles que lo retrasaran hasta el miércoles en la tarde, pues él iba a presentar un estudio que señalaba que pactar con JAK no sumaba ni restaba. Finalmente, el estudio no se presentó y, nuevamente, la comisión política no fue convocada, lo que elevó la temperatura a niveles “pocas veces antes vistos”, afirman dos miembros de la comisión política.
Pero lo que finalmente estaría rebalsando el vaso es lo que califican como “desastrosa estrategia electoral», donde si bien a nivel de gobernadores regionales obtuvieron cinco de siete, anotándose un triunfo, en las municipales no ocurrió lo mismo. Las más importantes, Vitacura y Lo Barnechea, son las grandes pérdidas e implicará reforzar un despliegue territorial a aquellos candidatos a parlamentarios que ya no contarán con esos alcaldes.
Fue el mismo presidente de RN, en entrevista con El Mostrador, quien señaló que ahora los candidatos llamados a mantener su cupo deberán acrecentar su presencia en esos territorios. “Van a tener que hacer un esfuerzo mayor”, les recomendó.
Prohens se defendió a la vez de los ataques de sus adversarios, señalando que “para criticar, primero, uno tiene que mirarse el ombligo”. Palabras dirigidas a uno de sus detractores más acérrimos, como es el diputado Diego Schalper, a quien acusó de haber tenido éxito solo con uno de sus tres candidatos en la Región de O’Higgins.
El diputado no se demoró en responderle y señaló a El Mostrador que “yo me quedo con las palabras del alcalde Raúl Torrealba, quien dice que, más que perder el candidato, perdió el partido. Creo que el diseño electoral de las primarias municipales no fue el correcto”.
Desestimó además lo expresado por Prohens respecto de la derrota que Schalper enfrentó en su región. “Imagino que está desinformado sobre la realidad de O’Higgins, donde, gracias al trabajo que hemos realizado, hoy la UDI no es el único partido de la coalición que tiene fuerza, en una zona donde solía haber una sola expresión. Tenemos candidatos potentes en varias comunas y ganamos una primaria donde el candidato era siempre UDI. Entonces, imagino que está desinformado”.
Quien también ha acaparado las miradas de la disidencia en el último tiempo es el secretario general, Felipe Cisternas, a quien acusaron de haber concentrado la toma de decisiones exclusivamente en su persona, armando paralelamente una instancia como el comité electoral.
Cisternas, que acompañó a Mario Desbordes cuando fue elegido presidente de RN, se habría refugiado en la disidencia, sacando ronchas en los que se autodenominan sus “exaliados”. El problema es que hoy, y al igual que el cargo del timonel, está en constante cuestionamiento por ambos lados, lo que dificultaría su sobrevivencia.
Otra crítica sobre la mesa es que su indefinición constante sería la primera responsable de haber perdido Vitacura –en manos del partido por más de dos décadas– y los dardos no solo apuntan al haber «negociado mal”, sino también a haber abierto la opción de primarias. Además se le responsabiliza de haberle quitado un mes de campaña a su candidato, ya que mientras Camila Merino y Pablo Zalaquett se desplegaban en terreno, tanto Carlos Cruz-Coke como Max Del Real se encontraban en stand by, esperando ver quién iba a representar a la tienda.
En Ñuñoa aún no estaría cien por ciento definido quién será el que vaya a representar a la comuna, ya que no existiría claridad al día de hoy respecto a si será el actual alcalde, Andrés Zarhi, o eventualmente Guido Benavides.
La renuncia de tres diputados a la tienda también ha sido materia de cuestionamiento, pues que el hecho de que Harry Jürgensen, Bernardo Berger y Cristóbal Urruticoechea hayan decidido salirse de RN es una clara señal de que las cosas están más que mal en Antonio Varas, argumentan en la disidencia a la mesa.
Otro tema, a menos de un año de la presidencial, es quién será finalmente el candidato: Mario Desbordes o un independiente como Sebastián Sichel, a quien parte de la derecha está escaneando sus atributos desde hace un tiempo. Mientras el presidente de RN dice que «no podemos ser tan absurdos de desconocer que Mario es el mejor posicionado», hay algunos en la disidencia que no descartan que el ex DC y también ex Ciudadanos y actual presidente del Banco Estado pueda convertirse en su representante.
Consciente de que la directiva no puede seguir en esta guerrilla, el presidente Rafael Prohens intentó bajar la temperatura a la disputa interna, ofreciéndole integrar la mesa de RN al actual presidente de la Cámara de Diputados y Diputadas, Diego Paulsen. Pero en esta jugada –advierten detractores y partidarios de la mesa– se podría estar pactando por debajo un eventual consenso para que las elecciones internas sean en marzo, y no en junio como estaría establecido hasta la fecha, de tal forma que se quedaría bien con “dios y con el diablo”, pues la disidencia cedería su apuesta por diciembre y se adelantarían tres meses, como esperaba el oficialismo.
El tema del debate respecto de la derecha social es otro de los condimentos que apuran la decisión de la salida del Gobierno del actual ministro de Defensa, puesto que ya se trabaja hace un par de meses en intentar diferenciar a la derecha social de Joaquín Lavín con la de Renovación Nacional, personalizada en Debordes.
Apuntan a que, a diferencia de la del alcalde, este no sería un proyecto individual, sin respaldo de las bases. Más bien se trataría de una iniciativa de carácter político, nacida al alero del expresidente de la tienda Cristián Monckeberg. A eso agregaron que en RN no se busca un Gobierno de unidad, como lo hace el candidato UDI, sino que se apuesta a una mirada más global y cercana a la socialdemocracia europea, “muy diferente” a la socialdemocracia “lavinista”, precisan.
El problema es que sin Mario Desbordes no hay nadie capaz de llenar ese espacio político en RN, advierten los desbordistas, y señalan que se le habría regalado la cancha al gremialismo. “Nunca hay espacios vacíos, estos siempre se llenan”, apuntan y así lo están haciendo Evelyn Matthei y Lavín, copando los medios e instalando el debate del futuro de la derecha sin nadie en RN capaz de interponerse en su camino. Por lo que es urgente que el ministro de Defensa deje los cuarteles ya y aterrice en Antonio Varas, recalcan sus partidarios.
Desde la salida del Congreso, luego de erigirse como uno de los líderes del sector marcando en las encuestas de carácter presidencial, quienes han trabajado para el regreso de Debordes han seguido detalladamente cada uno de sus pasos, anotando todos los posibles baches que pudiesen jugar en su contra. La idea es concretar en un mes la «Operación retorno» y, al mismo tiempo, levantar su candidatura presidencial. Entre sus partidarios existe molestia por la actitud asumida el lunes recién pasado en el programa “A esta hora se improvisa”, cuando consultado el Presidente Sebastián Piñera sobre la posición del ministro de Defensa de no disponer los terrenos de las FF.AA. en La Reina y en la base aérea de El Bosque para construir viviendas sociales, este respondió: “Bueno, el ministro Desbordes es el ministro de Defensa, y yo soy el Presidente de todos los chilenos”.
Aquello fue leído como una “quitada de piso” para el extimonel de RN y provocó duras reacciones en diferentes chats de adherentes a Desbordes. Pero el traspié con La Moneda no terminó allí, pues el Mandatario anunció el jueves la extensión del estado de catástrofe por el coronavirus hasta el 13 de marzo, lo que implicará que Chile habrá estado bajo ese decreto supremo por un año entero.
Pero coincidentemente, semanas antes, en el mismo programa de Canal 13, Desbordes había adelantado que se terminaría el estado de excepción donde fuese necesario, por lo que la desautorización presidencial vino a ratificarle la urgencia de sacarse el traje de ministro y aterrizar en la sede de su partido en enero próximo. Mario Desbordes está contando los días.