La principal conclusión fue la conformación de una sola alianza que reúna a las dos coaliciones que sustentan al Gobierno. El objetivo es superar las fricciones a través del diálogo para evitar “ventilarlas” por la prensa, junto con ser un actor político con agenda propia y propuestas para que “genere hechos políticos, que interpele a la derecha”. El Presidente Boric contribuyó a templar los ánimos al inicio de un encuentro orientado a limar asperezas y, por sobre todo, fijar una hoja de ruta de cara a un futuro complejo. “Valoro muchísimo, y yo creo que la sociedad también lo valora, cuando somos capaces de salir de la pelea chica, ponernos de acuerdo y empujar reformas que le importan», dijo el Mandatario en el cónclave del oficialismo que convocó en el Cerro Castillo. El Jefe de Estado fijó en tres los ejes programáticos que orientarán la labor del Ejecutivo: nuevo sistema de pensiones, la reforma de salud y la creación de un sistema nacional de cuidados.
“Hay resquemores de que no nos conocemos, de que tenemos identidades e historias políticas distintas, y en ese contexto hemos buscado la manera de arreglar aquello, de buscar puntos de encuentro para que eso sea un puntapié que les dé más fuerza a las gestiones y políticas públicas», dijo Natalia Piergentili, presidenta del Partido por la Democracia (PPD), al abandonar –cerca de las 20:30 horas– el Palacio Presidencial de Cerro Castillo, en Viña del Mar.
Salía del encuentro que convocó para este domingo 6 de noviembre el Presidente Gabriel Boric y que reunió a quienes conforman la base del Ejecutivo, las coaliciones Apruebo Dignidad (conformada por el Frente Amplio, el Partido Comunista, Acción Humanista y la Federación Regionalista Verde Social) y Socialismo Democrático (Partido Socialista, Partido por la Democracia y Partido Liberal).
Estaban invitados ministros, presidentes de partidos y parlamentarios que empezaron a llegar a las 14:00 horas, para una jornada que se extendió hasta casi las 19:30. “Vamos a establecer un mecanismo de conversación y de trabajo”, agregó Piergentili, anunciando lo que se venía: la firma de un armisticio definitivo entre ambas coaliciones para enfrentar lo que queda del Gobierno de Gabriel Boric. Una alianza, que no es igual a una coalición. En definitiva, juntos pero no revueltos.
El consenso es claro en el oficialismo: existe la necesidad de dejar de lado las recriminaciones y dedicarse a gobernar, sin que esto implique desatender la cuestión constitucional. Asimismo, los asistentes expresaron la necesidad de colaborar con el Gobierno y tenderle la mano al Jefe de Estado, cuya popularidad va menguando entre la ciudadanía. La crítica que hacen en reserva algunas figuras oficialistas apunta a que no se están comunicando los avances de La Moneda y que el Mandatario se ve muy solo en su rol, vulnerable a los coletazos derivados de los problemas que aquejan a la población.
“Valoro muchísimo, y yo creo que la sociedad también lo valora, cuando somos capaces de salir de la pelea chica, ponernos de acuerdo y empujar reformas que le importan», aseguró el Presidente Gabriel Boric en el discurso que abrió el segundo cónclave convocado por él. El primero fue el 25 de marzo y allí el Mandatario llamó a ambas coaliciones a trabajar para convertirse en una sola fuerza. Tarea que desde los partidos califican de muy improbable.
Fue la ministra vocera de Gobierno, Camila Vallejo, quien salió a describir lo ocurrido en una maratónica jornada de reflexión y conversación, una oportunidad en la que ambas coaliciones limaron asperezas para ir a lo importante: enfrentar una tormenta perfecta que combina una grave sensación de inseguridad, listas de espera, encarecimiento del costo de la vida, la falta de vivienda y un largo etcétera. “Tenemos trayectorias distintas, pero hemos logrado una síntesis histórica», señaló la ministra Vallejo.
Paulina Vodanovic, presidenta del PS, fue presentada como vocera de ambas coaliciones –aseguran en el oficialismo que es la primera representante, pero que habrá rotación; de todas maneras desde el Frente Amplio fue visto como un guiño a Socialismo Democrático– y leyó un borrador que fue redactado y suscrito por los diferentes timoneles de partido durante la jornada.
En su alocución, Vodanovic anunció que mejorarán la coordinación interna entre ambas coaliciones, ya sea a nivel de partido como de bancadas. A modo de contexto subrayó que desde los partidos son conscientes de que existe “un escenario económico internacional desfavorable (…) que hace priorizar materias” y que el oficialismo no tiene mayoría en el Congreso, situación que los invita a esforzarse más “para trabajar en ampliar nuestra base y poder lograr que los proyectos de ley avancen y se aprueben”, al tiempo que recalcó que las necesidades urgentes de la ciudadanía –especialmente en materia de seguridad ciudadana y económica– “no pueden esperar”.
Planteó tres medidas que implementarán de manera inmediata: constituir a ambas coaliciones en una alianza de Gobierno, con una vocería única y rotativa y reuniones semanales –además de las coordinaciones de las bancadas parlamentarias–; enfrentar las contiendas electorales “con la mayor unidad”, junto al inicio de una mesa de trabajo para ello por parte de los secretarios generales de los partidos; y, finalmente, continuar con la habilitación de un proceso constituyente, además de participar de mesas de trabajo amplias, más allá de la alianza de gobierno, para materias urgentes como seguridad, economía, salud, educación y vivienda.
“Aplaudan pues”, invitó riendo la ministra del Interior al término de las palabras de la presidenta del PS.
“Teniendo un diálogo político interno y permanente vamos a poder solucionar cualquier tipo de diferencia que tengamos. Los análisis de la historia pasada nos convocan de otra manera, tenemos diagnósticos a veces distintos, pero aquí lo que estamos haciendo es enfrentar las tareas de futuro con una visión única y común, que es la que nos da el Presidente de la República», concluyó la timonel del PS.
Uno de los objetivos de las reuniones semanales –comentaban de manera privada cercanos a las presidencias oficialistas– es el de superar las fricciones a través del diálogo y evitar “ventilarlas” por la prensa. Agregaron que se busca que la alianza sea un actor político, con su propia agenda y propuestas. La idea es que esta instancia “genere hechos políticos, que interpele a la derecha”.
Para La Moneda se trata de una instancia de resolución de conflictos que aleje los cortocircuitos de los personeros oficialistas lo más posible del Presidente.
Pero arribar hasta ahí no fue fácil, ya que luego de los discursos –que incluyeron, además del Mandatario, a las ministras de la Secretaría General de Gobierno, Camila Vallejo (PC); del Interior, Carolina Tohá (PPD); y Secretaría General de la Presidencia, Ana Lya Uriarte (PS)– hubo intervenciones que permitieron desahogar esa tensión que reinaba en el ambiente.
Por Apruebo Dignidad hablaron todos los presidentes de partido, a excepción de Flavia Torrealba de la FRVS. Asistentes al encuentro afirmaron que desde el Frente Amplio se comunicó el mensaje de que “priorizar no significa virar al centro”, una afirmación que fue deslizada en respuesta a ciertos miembros del Socialismo Democrático que sugerían un poco más de realismo con renuncia.
En representación de Socialismo Democrático tomó la palabra la presidenta del PPD, Natalia Piergentili, quien dijo que esperaba que nunca más se mencionara que existe una “escala de valores distinta” entre los partidos ligados a la ex Concertación versus Apruebo Dignidad, en referencia a lo dicho hace un tiempo por el ministro de Desarrollo Social, Giorgio Jackson (RD).
Además, desde este grupo tomaron la palabra parlamentarios como los senadores Álvaro Elizalde (PS), José Miguel Insulza (PS), Ricardo Lagos Weber (PPD) y el diputado Marcos Ilabaca (PS).
Había un espacio planeado en el itinerario para un trabajo en mesas sobre los desafíos de Gobierno. Sin embargo, no se realizó. Algunos asistentes indicaron que se debió a que los discursos se extendieron más de la cuenta, acaso porque había mucho que enrostrarse. Aún permanecía fresca la polémica por la entrevista a El Mercurio del senador de Revolución Democrática, Juan Ignacio Latorre, quien se lanzó con todo contra Socialismo Democrático, o la ex Concertación. «Tal vez ellos tienen una historia de falta de lealtad política con sus liderazgos, pues ni a (Michelle) Bachelet ni a (Ricardo) Lagos los trataron muy bien. Entonces, que no vengan a decirnos cómo gestionar una coalición, porque en su momento también tuvieron crisis”. Desde Socialismo Democrático aseguraban que no solo se trataba de una polémica por la prensa, sino que sus palabras develaban “diferencias ideológicas profundas” entre las coaliciones.
En el discurso que abrió la jornada, el Presidente estableció una misión concreta: el Gobierno debe instalar tres líneas de acción concretas orientadas a construir el primer sistema de seguridad social, lo que le permitiría acercarse algo más al estándar OCDE y que constituye el verdadero legado de su administración. La primera es el nuevo sistema de pensiones, reforma que ya entró a tramitación en el Congreso, y luego le siguen la reforma en salud y la creación de un sistema nacional de cuidados. “En esto vamos a sentar las bases. Les tocará a otros terminarla”, afirmó.
“Hemos estado midiendo la percepción respecto a la reforma de pensiones. La percepción es positiva. La ciudadanía ve que nos estamos haciendo cargo de un problema que se ha tratado de resolver en diferentes gobiernos anteriores y no se ha logrado, y ahí tenemos un desafío gigante”, puntualizó el Primer Mandatario.
El Presidente también destacó que el oficialismo debe proteger el proceso constituyente. “Tenemos por delante más de tres años de Gobierno, y de aquí a la próxima Cuenta Pública falta más de un semestre. Tenemos tiempo y necesitamos aprovecharlo. Tiempo para corregir lo que haya que corregir, en eso no hay excusas y eso se lo he transmitido a todos nuestros colaboradores a lo largo del país”, aseguró el Jefe de Estado.
Lo anterior, en línea con lo que señaló el viernes en una reunión que sostuvieron los delegados presidenciales oficialistas con la ministra del Interior, Carolina Tohá. En la oportunidad, les dijo a sus representantes a nivel regional: “Ustedes son la voz del Gobierno en las regiones, y en muchas regiones todavía no se siente el despliegue del Gobierno como debiera”.
Para concretar los avances, el Jefe de Estado puso énfasis en que debe ser “un Gobierno anclado en el presente (…) hacernos cargo de las urgencias de la ciudadanía”, al tiempo que invitó a interpretar correctamente lo que pasó en el plebiscito si el deseo es ser mayoría política y social. “Fue una derrota importante, no podemos meterla debajo de la alfombra”, subrayó.
Al respecto, la jefa de la Segegob, Camila Vallejo, definió que las urgencias ciudadanas estarán centradas en seguridad pública, el costo de la vida, las seguridades sociales, como los déficits habitacionales y la salud. “El compromiso de ambas coaliciones, junto con el Gobierno, es poder sacar adelante la reforma tributaria, la Ley de Presupuesto, la reforma previsional, las 40 horas, y también queremos desplegar una agenda antiabusos para poder defender a las ciudadanas y ciudadanos de esta sensación permanente, donde se sienten desprotegidos y que el sistema les pasa por encima”, explicó la vocera gubernamental.